Nunca se conoce la colección de Ángeles Verano al completo sin esperar a Jerez. Para ella no es una segunda parte, es una continuación. Por lo que siempre reserva algunos de la colección inicial, a la que añade otros tantos que desfila en esta otra ciudad una vez pasado We Love Flamenco. Y eso ocurre porque Ángeles Verano pertenece a ambos mundos de la moda flamenca, al gaditano y al sevillano. Buscando cada año el equilibrio perfecto para no restarle protagonismo a ninguno de los dos y equiparándolos en importancia, pues así es como los siente ella.
De esta manera, su elegancia flamenca se reparte entre ambos, aunque el grueso se conozca a comienzos de año en Sevilla, en la primera pasarela del año, y en la que, una vez más, las tablas del Alfonso XIII han notado el eco de las vibraciones de sus vuelos, pues una moqueta las protegía en este 2017 del trasiego de pisadas.
No esperes que su alma flamenca siga las tendencias a rajatabla porque le pide hacer otras cosas. El volumen desmesurado tampoco es del que se prodiga entre sus siluetas flamencas, al igual que ocurre con las transparencias en ciertos lugares del talle o con las carruchas XXL, que han aparecido entre los lunares y volantes de otras colecciones en esta temporada. Su estilo está ya muy definido, por lo que es fácil reconocer cuando estás ante un Ángeles Verano. Su predilección es el talle bajo, así que tampoco se ha dejado influenciar por los talles altos ni los micro volantes al hilo que han inundado las colecciones de otros diseñadores. Su sirenas flamencas no son de las que se marcan con volantitos menudos sino de las que se hacen con costuras en los costados, con sencillez aparente que se complica en patronaje.
El vuelo evasé es otro de los elementos de su seña de identidad, pero aquel que no tiene la necesidad de nesgas, colocando un par de volantes al final del mismo como siempre acostumbra. Y recuerda que no se rizan hacia arriba, por lo que no hace acopio de metros para conseguir que el vuelo de una flamenca sea flamenco. Así, en su justa medida, cose sus volantes, al hilo o de capa, dentro de los cánones de la flamenca elegante, la que su pisada al caminar provoca esa ondulación característica que tienen sus textiles rizados al aire y que imagina Ángeles Verano desde hace más de dos décadas.
De las tendencias hay una que sí se ha integrado en sus trajes de flamenca. Se trata del flecado largo, el que invade el talle hasta más allá de las caderas. Ángeles Verano los dispone justo debajo del pecho, como un corte imperio, o bien en oblicuo y desde los lados, acabando en vértice en el centro, consiguiendo ese efecto óptico con el que la cintura se reduce y la figura se afina.
En estampados es fiel a ciertos geométricos setenteros junto al lunar, que deja que se alterne con tonos lisos pero a modo de rayas verticales.
En esta temporada se atreve a diseñar una tigresa flamenca que nos versiona en varios estilismos, incluyendo el animal print dentro de su nueva colección ‘Alma’, mezclando en ellos el terciopelo y otros tejidos lisos al tono, con vuelo del que aúpa estos singulares lunares desdibujados. Y todo en una de sus habituales siluetas, con las que te deleitas mientras ves cómo se ajusta hasta poco antes de las rodillas.
Apuesta, de nuevo, por las hombreras tricotadas y flecadas a mano, lo cual añade también ese puntito de glamour a este estampado felino.
Uno de mis favoritos no venía sólo: Lo lucía la modelo de la firma, Alejandra Sánchez Nolting, acompañada en su paseo por el Salón Real del Alfonso XIII de un perro de larga melena y ojos inquietos. Aquí Ángeles Verano, aunaba casi todas sus propuestas textiles para esta temporada. Lisos, estampados vintage y moteados atigresados, faltándole tan sólo el lunar para hacer una representación completa de lo que ha sido su nueva colección.
Otro de mis affaires lo ví en Jerez. En concreto lo vistió la modelo Marina Gallardo, que suele desfilar en SIMOF y que este año también lo ha hecho en esta pasarela de moda flamenca. Realmente bella esta propuesta flamenca en rosa y gris que supo mover como ella suele hacerlo, pero entre los barriles y a la sombra de las vigas de la Bodega La Constancia, en Pasarela Flamenca Jerez Tío Pepe. El mantoncillo, en el mismo estampado del traje, flecado en un rosa pálido que tintaba el tejido y que se colocaba en la manera que gusta Ángeles Verano para sus flamencas, conseguía que fuera todo un espectáculo verlo, donde los pendientes de Marga Macías se tornaban perfectos y las flores de Ópalo Negro para Ángeles Verano realzaban aún más el estilismo.
Y ojo con esta propuesta floral, pues el tamaño excesivo para colocarte una sóla no es lo que más se ha visto en pasarela. Han triunfado ramilletes de flores medianas y pequeñas, dispuestas a modo diadema tal y como se han presentado en esta colección de flamenca de Ángeles Verano.
A Jerez si llevó algún traje algo más subido en el talle, pero a su manera. De un lado sólo, ayudado por un volante que bajaba de nuevo para marcar silueta en el contrario.
También llegaron hasta allí lunares, de los de tamaño euro en blanco, pero muy, muy salteados o separados o cómo quieras llamarlos y situarlos. Y lo hacían en varios tonos, de los cuales me quedo con este rojo intenso a la vez que apagado que siempre es un acierto para el paseo feriante.
Pero además de su alma flamenca, también se trajo, una mini colección de moda que ya presentara en We Love Flamenco. Conociendo así otra línea creativa de la firma. Su otra mitad. Fueron unas cuantas propuestas de silueta lápiz a juego con kimonos flecados, perfectos para estas fechas, para la cena del Pescaíto en la caseta, que ya no será en lunes, o para cualquier evento especial que se te tercie en esta primavera y verano, dado que el vestido es sin mangas y te da juego también en los meses calurosos.
Eso sí, eligió en ambas pasarelas el mismo vestido de flamenca para cerrar su paso por ellas. En We Love Flamenco lo llevaba Noelia Margotón y en Pasarela Flamenca Jerez Tío Pepe lo vestía Alejandra Sánchez Nolting. Aquí sí ha empleado sus clásicos piquillos, pues esta temporada sus trajes de flamenca se han rematado, en su mayoría, con cintas de seda, piel y raso. Para este traje de flamenca se conjugan tonos fríos en diversos azules y lilas, prolongándose hasta el mantoncillo de mariposa pintado a mano, aflamencándose estos colores para dejar en boca ese punto elegante que ella tan bien domina.
No quiero acabar este post sin antes nombrar a Marina Heredia, cantaora que comenzó a la edad de 13 años y, desde la que no ha parado, siendo, a día de hoy, una de las grandes voces femeninas del flamenco. En ella ha recaído este año el premio Flamenca con Arte, que recogió poco antes del comienzo del desfile en We Love Flamenco de las manos de Ángeles Verano, vestida también de la firma para esta ocasión.
Ni tampoco quiero finalizarlo sin hacer referencia a esos momentos que se viven en ambas pasarelas, poco antes que todo comience, donde los corrillos de las modelos vestidas ya para iniciar el desfile dejan instantes como este de la imagen. Son un colorido ramillete de almas flamencas, que esperaban para salir a caminar sobre la pasarela y mostrar volantes y lunares. ¡¡Gracias Ángeles Verano por permitirme disfrutar no sólo de tus desfiles desde fuera sino también vivirlos desde dentro en backstage!!
Gracias siempre a ti Susana por enamorarte de la moda flamenca y poner todo tu buen hacer en cada frase que publicas a todos los profesionales de este sector.
Gracias por captar siempre lo que intento transmitir con mi trabajo, por tu cariño y sobre todo por tu profesionalidad!!!.
Tu también formas parte de mi “Alma”.
Ángeles Verano.