Merece la pena llegar a la plaza de La Alfalfa en Sevilla, doblar la esquina de las dulces tentaciones y subir la cuesta con el fin de visitar su rincón creativo, el de Ángela y Adela, el de Taller de Diseño, para conocer el lugar de donde surgen sus volantes flamencos. Para ser exactos donde se los prueban, porque a tan sólo unos metros, justo a tu derecha, te queda su verdadero corazón compartido. Allí todo lo que imaginan toma forma, color y vuelo.
Debes conocer este recoveco sevillano y comprenderás porque su costura es como es, clásica pero con aires innovadores, vintage pero con sencillez minimalista, recargado pero con suavidad y en su justa medida. Su esquinita, su tienda, es a ellas, a Taller de Diseño, lo que el Alfonso XIII a We Love Flamenco, sin ese lugar no serían lo que son, pues les define, les complementa y les aporta. Es entonces, cuando lo ves y accedes, cuando consigues conocerlas por dentro, en su rutina de aguja e hilo mimando volantes, y por fuera, con sus colecciones en pasarela para que sus vestidos se muevan al toque que marcan los pies de la modelo.
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Además, puedes recorrer el mundo sin salir de las cuatro paredes de su tienda porque el mundo les visita a ellas, dejando en cada rincón momentos para contar y revivir, como aquél cuyo protagonista es cierto maestro internacional de alta costura, con perfume propio y todo, pero de cuyo nombre prefiero reservarme y no acordarme, por aquello de dejaros una excusa para visitarlas y que ellas mismas os lo cuenten. Desde luego, llevar uno de sus trajes de flamenca, es vestirse de pequeños relatos y anécdotas que les han sucedido.
Pocos días antes de su desfile en We Love Flamenco me recibieron en su esquinita de la calle Luchana, pudiendo conocerlas en persona y disfrutando de su conversación y divertidas historias mientras probaban los modelos a lucir en pasarela. Vi unos 3 o 4 en exclusiva, todo un lujo para mis ojos y que éstos debían entonces callar, pues el secreto sólo se desvela en pasarela.

Sus trajes de flamenca son de dulce caída, de los que acarician el talle y se vuelven aguerridos en el vuelo para darles brío al caminar. Te aconsejo mirarlos y remirarlos de cerca para apreciar sus detalles, pues el aburrimiento no tiene sitio en sus volantes, te aseguro que cien veces que los veas otras tantas que descubrirás cosas nuevas.

De anárquicos volantes con orden controlado y pequeños en su mayoría, rematados con encajes, terciopelos y otros de carácter dulce y delicado, para así subir enteros la dosis de coquetería y romanticismo, consiguiendo ese punto vintage, como de traje de flamenca recuperado del baúl de la abuela, pero bajo la visión actual de quienes, con una sóla mirada, se comprenden y entienden en cada puntada para realizar un solo vestido de flamenca. Es un gusto poder contemplar y escuchar cómo deciden, sin discutir, sobre si es mejor tal o cual complemento o si se entalla más de un lado que de otro, llegando enseguida a ese punto intermedio.
Quien entra en su Taller sale vestida al completo, incluyendo mantoncillo, flores, peinas, peinecillos y pendientes, sin olvidar los broches. Y todo realizado a mano, por lo que la connotación de exclusividad va innata.
Desfile de Angela y Adela en We Love Flamenco 2015
El desfile comenzó con propuestas para ese lunes de socios feriantes, donde está fuera de etiqueta vestir traje de flamenca para ellas y comienza el suplicio corbatero para ellos, ya que hay Ferias en las que llevarla es más un acto heróico que una simple norma en el vestir. Me pierde, porque me encanta, el dos piezas que lució Lola Alcocer de chaqueta carmesí aterciopelada y pantalón de talle más alto de lo acostumbrada a ver con moteados al tono. El toque del sombrero floreado a juego es el elemento romántico del que tanto gustan hacer uso Ángela y Adela en sus outfits feriantes.
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Con un estilismo a lo Cayetana de Alba, que para algo el pase se le dedicaba, floreado a un lado y ‘peinetado’ al otro, fueron desfilando trajes de flamenca y mantoncillos, de esos de los que no se arrugan al colocarle el broche. Vestidos de flamenca de lunares, lisos o de flores, con sus volantes a lo patchwork ya sean canasteros, al hilo o en nesgas que ayudan a dar color de una esquina a la opuesta, dejándose acariciar por otros vuelos de sari, plumeti y sedas rematados de encajes tintados. Por supuesto que rojo y amarillo hubo, pero interpretados por Taller de Diseño, donde el detalle es básico, deber estar presente y conforma al traje de flamenca.

Tras el vestido de novia con el que debes recrearte viendo la foto algo más de medio minuto, menos es insuficiente, el desfile finalizó con el habitual carrusel de modelos decorado con la preciosa voz de Marta, del programa Pequeños Gigantes, cantado ‘Happy’. También vimos a pequeñas damitas de flamenca mover volantes, esas que cuando se pasean por la pasarela se meten el público en el bolsillo y que se merecen algo más que una simple foto.

¡¡Gracias por traer la coquetería dulce de toque vintage a We Love Flamenco 2015!! ¡¡Gracias Ángela y Adela!!

Un desfile maravilloso, tejidos exquisitos , diseños exclusivos y todos ellos confeccionados con auténtica dedicación y mimo. Enhorabuena Ángela y Adela!
Ponen entusiasmo y todo el cariño en cada volante y eso se nota. Me uno a tu felicitación!
Un desfile maravilloso , tejidos exquisitos , diseños exclusivos , elaborados con auténtica dedicación y mimo.Ángela y Adela nunca me decepcionan.