Los ayeos y quejíos flamencos definen los nuevos trajes de flamenca de Ángeles Isa, premiados como mejor colección en Certamen de Diseñadores Noveles de Andalucía en Huelva Flamenca 2024
Gritos flamencos para su segunda colección, en la que, como suele suceder en el comienzo de la trayectoria profesional de un diseñador, vuelve a ser personal e íntima. El flamenco ha formado parte de sus primeras etapas de vida, esas que te marcan y establecen las pautas de las siguientes. Y, como tal, debía contarla en volantes.
Se recrea así en el ayeo, otro término flamenco que te aconsejo atesorar, pues son esos ‘ays’ que los cantaores enuncian antes incluso que palabras, y que advierten de la intensidad del cante. Cada ‘ay’ es una lágrima recorriendo las mejillas, expresando ese dolor desgarrador para el que no hace falta palabra, pero sí sentimiento.
Y, por eso, homenajea a ese ayeo y quejío de tablao flamenco, abriendo su desfile en pasarela con un traje que evoca al usado en los 70 de largo enseña tobillos, volante tieso y volumen generoso.
Este lago midi en flamenca se conforma, pues, enseñando calzado, recordando, como ya comentaba antes, a esa década minifaldera en la que el largo se acortó, en exceso, algo que no ha vuelto a ocurrir, y llevó nombre propio: Marisol.
Con, él, Ángeles Isa hace una mezcla de décadas anteriores, y tomando el corte de los 70, lo plantea en blanco, color tendencia de la temporada, en una batista perforada que hace ya unas cuantas temporadas que revitalizó su presencia y no quiere irse, y con un corte en caderas de lo más ochentero. Eso sí, sin mangas y con escote reina Ana, actualizándose así al XXI.
Lina cosió flecos de cuquillo al escote, la primera en hacerlo, Ángeles Isa hace lo propio, pero, directamente, al cuello caja. Y lo emplea a través de un mantoncillo bordado al tono, cortado a modo de capita de teatro. Lo cual, por cierto, ya vimos en diseños de El Ajolí en su anterior colección. Hace honor, pues, a dos grandes referentes e influeyentes en la moda flamenca. Toma buena nota de esta opción, cómoda y elegante, destinada a ser tendencia del 2024 en moda flamenca.
Este elemento, lo incluye en un talle ajustado con vuelo de nesgas, al que se añade un volanteo vertical de tamaño prudente, el cual se multiplica en el largo, ribeteando todo en rojo un impoluto para este blanco de lunar encarnado.
Tras él, llegó el del capricho, el del moteado blanco de tamaño medianito sobre rojo, jugando al contrario, imaginando así un diseño que busca conquistar otros lunares menores que se igualan con enaguas de las que asoman y se abren en flor. Para que, sobre ellas, repose vuelo de caída suave, dispuesto en tramos amplios y haciendo doblete en puños.
Aquí, en este otro traje de flamenca, se cambia un básico por otro para tornarse nocturno, aunque menos ceñido y más suelto. De cuello barco y enaguas a la vista, este delicioso blanquinegro poco más necesita que unos claveles en rojo pasión y aretes, que la Feria de Abril le espera.
El vanguardismo también tiene sitio entre sus propuestas, paseando por ellas para dejar caer un par de tendencias en su flamenca menos clásica. Así, lazadas anchas y largas para un escote corazón, cada vez más visto en flamenca, que caen desde hombros hacia el vuelo canastero, se codean con ese cinturón ancho, de hebilla al tono y en textil, en una armonía absoluta de esta desmesura en vuelos, donde la elegancia dictada en bitonal.
Para cerrar su desfile, opta por la chaquetilla de bailaor, o a la cintura, que se saplica en bordados rojos sobre tono neutro y que se deja acompañar de falda antojadiza en negro, esa de las que tornea el talle de forma exquisita y al que se podría bautizar de básico atemporal, dada la selección de elementos básicos en diseño para una correcta definición de la flamenca clásica.
Una delicia flamenca que vuelve a aunar rojo y negro, en contraste con blanco o plateado, que también engrosa los listados del neutros para esta temporada.
Una colección que arrancaba los desfiles en SIMOF, al menos en los enmarcados como emergentes y en los que sobra el talento. Y que paseaba, también, por la pasarela Huelva Flamenca en su concurso de nuevos creativos, Certamen Diseñadores Noveles de Andalucía, de donde se llevaba el galardón a la mejor colección, para su sorpresa.
El trabajo pulcro y correcto de la diseñadora, que pone en valor las connotaciones básicas de la definición de traje de flamenca, a los que añade elementos que le hacen compatible con la evolución innata de este traje regional conforme a modas, la hicieron merecedoras que su Quejío fuera escuchado y premiado.