Este premio le llega después de una etapa difícil, común al resto de los mortales, que, en su caso, se une a la fase de desarrollo profesional en la que estaba inmersa. Se trata de una metamorfosis por la que deben atravesar, en mayor o menor medida, hasta alcanzar sus metas. Quizás se le pueda considerar como una escalón más que superar, pero, realmente, puede llegar a ser el más importante para quienes desean verse inmersos en este sector de la moda. Por lo tanto, es una fase crítica por ser en la que se conforman y definen ciertos aspectos fundamentales que luego caracterizaran a la futura firma, fiel reflejo del diseñador. De ahí que sea primordial y necesario dar este paso.
Digamos que Consuelo García acaba de atravesarla y aún está desplegando sus alas de mariposa con la misma dureza de la del escarabajo emperador, protagonista del cartel de su nueva colección y que dice mucho de la fuerza con la que arranca en su nueva etapa. Estos meses de confinamiento que hemos pasado le han propiciado ese tiempo que anhelaba tener, tanto para su formación como para su creatividad, y que le han permitido madurar su estilo y manera de hacer moda.
Pero Consolación no se ha reinventado, simplemente se ha definido y perfeccionado para la consecución de un sueño que ya toca con los dedos. Ahora está desplegando sus alas y piensa batirlas con energía. Prueba de ello es su reciente colección, repleta de caprichos engendrados por su soltura con la aguja.
El arranque de su desfile lo hacía con un dos piezas que nos embelesó a todos, en el que el palazzo tornasolado se combinaba con un crop top de abullonados preciosistas, haciendo un juego tonal en degradé.
Para el siguiente, el juego visual de drapeado se aplanaba, ideando estas jaretas anchas en oblicuo para un escote cruzado de mangas corsario desmesuradas, consiguiendo que esta pieza con peplum incluída, hermoseara el conjunto.
El largo mini suele ser uno de los favoritos de la firma, así que tampoco podía faltar aquí tintado en verde y con una versión de hombros caídos de estas mangas farol de los ochenta, tendencia en las últimas temporadas.
Para la opción de largo hasta el suelo, el color elegido fue un amarillo avainillado, cuyo corte imperio y escote corazón quedaban expectantes de mostrarse bajo la torerita en mostaza. Me habría gustado verlo sin ella, ¿a ti no?
También en tono ácido, pero en pantalón, una de las prendas fetiche de la diseñadora, ideaba un estilismo romántico, con lazada integrada en perneras que se remataban en los tobillos. Para las mangas, mismo efecto que en su estilismo drapeado, pero mucho más contenidas para, de nuevo, su escote en uve abrazado al talle y lazado a la espalda, que parece confundirse con el que recorre las piernas.
Pero la novedad en su colección fue una capa muy de los años 40 y 50 del siglo XX, que la que los brazos asoman por grandes ojales laterales y el cierre lo idea no con botón ni corchete, sino con un gran lazo de seda al tono, permitiendo multitud de posibilidades para cerrarla agarrada al cuello. ¡¡Simplemente bella esta propuesta en rojo!!
A vueltas con sus queridas perneras, las recrea en novia para un mono de escote uve y manguitas victorianas, haciendo que de la cintura emerja una delicada cola en seda para este singular y caprichoso estilismo pantalón de novia.
Como has podido comprobar y si te detienes a compararlo con sus anteriores colecciones (I had a dream y Atardecer) podrás verlo, se trata de una colección madura, meditada y muy cuidada. Un derroche de moda entre lo clásico e innovador en un correcto equlibrio que le permite expresarse como ella quiere a través de los textiles. Así consigue concreción en la línea creativa de la firma, a la cual ya doy por sentado visos de perdurabilidad. Es, por tanto, una muestra clara e inconfundible del grado alcanzado por Consolación García, quien, en cada diseño, homenajea a su madre, Consuelo García, a quien debe el nombre de su firma.