En el 80 aniversario de la muerte de quien luchó con su pluma por la libertad de aquellas sin voz propia, Sanchez Murube crea una colección flamenca que plasma y viste a cada una de las diferentes mujeres cohetaneas a Federico García Lorca, quien más que imaginarlas les da sitio en la historia literaria y poética. Lorca concebía personajes femeninos en continua lucha contra el machismo autoritario imperante en la época, encarnándolo en su peor enemiga: la mujer. Sí, no hay mejor manera de someter a otros que hacerlos responsables a ellos mismos de sus actos y jueces de sus semejantes, para así aliviar su propia pena como si eso les eximiera de culpabilidad.
Vivir su infancia y adolescencia rodeado de mujeres y de las historias que contaban, esas que se engordan de rumores y se pasean de boca en boca con el morbo propio de la tragedia, sufrimiento y represión, son, quizás, la causa de su enfoque temático, donde lo que importa es lo que se dice no quien lo dice. Pues sus mujeres poseían todas las virtudes y defectos que pueden hallarse en un ser humano, pero bajo la presión que ejercían entonces, y todavía ahora en menor medida, el ‘qué dirán’ y el que te señalen con el dedo.
De todas, Sanchez Murube se centra en esas mujeres lorquianas que consiguen hacer realidad sus deseos a pesar de las imposiciones sociales, sin cuestionarse preceptos morales de comportamiento propios de la España de comienzos del XX. No omiten a esas que bien representan el yugo bajo el que quedaban atrapadas quienes las rodeaban. Esas que suelen ser el centro de sus historias como Bernarda Alba, sus hijas y la pérdida de la virginidad, o Yerma y su no problema de fertilidad, que tanto le ahogaba y se acrecentaba con la incompresión del que debía ser el padre de sus hijos.
Sánchez Murube encumbra con los volantes de sus trajes a mujeres como La Novia de Bodas de Sangre,que se escapa el día de su casamiento con su anterior pretendiente, Leonardo, y otras como Adela, que vive la pasión sin pasar por el altar con Pepe ‘el Romano’ y se viste de verde desafiante a pesar del luto reinante en ‘La casa de Bernarda Alba’.
A esas mujeres que, a pesar de vivir en épocas que no les correspondían e intentaron ser libres y lo consiguieron, en mayor o menor medida, son a las que Sánchez Murube viste de volantes en rojo, negro, plata y oro o blanco y beige.
Éstos que os traigo aquí son los que presentaron en el desfile benéfico de la Hermandad de La Macarena, evento que aprovecharon los diseñadores para llevar hasta allí propuestas que no pudieron verse en su desfile en We Love Flamenco y que os muestro en este post.
Para sus trajes de flamenca, como detalles que asoman entre volantes: flores, en cuanto a tejidos: satenes y piqué y en cuanto a otros exornos: hojas de metal, madroños, pasamanería y encajes, porque los ‘sanchez murube’ marcan la diferencia en moda flamenca.
El desfile comenzó con un traje blanco, más bien plata, de madroños que enmarcan una espalda redonda al descubierto, las clásicas de Sánchez Murube. Así, con este traje de flamenca, arrancaba con algarabía un desfile inspirado en mujeres fuertes marcadas por la tragedia. Pues es el blanco de las paredes encaladas símbolo, en la obra de Lorca, de la libertad y pureza de la mujer.
Para este diseño, el talle se marca no demasiado alto y la falda se llena de multitud de volantes al hilo hasta el suelo, de mayor tamaño conforme la cercanía al mismo.
Tras él un sobrio beige, también en satén, con mangas de vuelo desmesurado al codo y escote barco, propios de la firma, con aplicaciones al tono de flores al hombro para un traje flamenca clásico.
Para rojos dos alternativas, una con una sobre falda en seda transparente, que bien podría adjudicarse a una de las hijas de Bernarda Alba, Amelia, dado el gusto de ésta por la lencería o bien, simplemente, personificar la coquetería sin remilgos que representa esta prenda en tono carmín. Es un canastero elegante que se deja salpicar de flores por todo el talle, permitiendo que se palpe la influencia del diseñador tomada de ‘Romancero Gitano’. ¡¡Simplemente bello!! Uno de mis favoritos de su colección y de esta temporada flamenca 2016.
En otro rojo en piqué, las flores se esconden al hombro, debajo de un volante, que seseando van insinuando suavemente el talle mientras giran, cayendo hasta el vuelo fruncido que remata a la falda en evasé. Por detrás, la espalda, se acaricia también con flores pero en cascada desde el hombro, para venir a reposar en la cintura.
Tras estos trajes de flamenca ‘coloraos’ el luto, el de Magdalena en ‘La casa de Bernarda Alba’, quien puede tildarse como la que más se atenía a las reglas, aceptando sin condiciones el rol que le había tocado vivir. Para ella, para Magdalena, Sánchez Murube toma una de las tendencias de la temporada, elevando el talle hasta el comienzo de las caderas para, desde ahí, abigarrar el vuelo de volantes paralelos más pequeños cuanto más cerca de la cintura.
Se combina con crop top lencero y torerita diseñada para lucir abierta, con flores a modo de hombreras toreras y otras que se alternan en raso negro y rojo en la espalda, combinándose con pasamanería lineal por toda la chaquetilla.
Para cerrar su desfile un vestido rociero en blanco, rojo y marrón, donde la mezcla de libertades se diseñan en estos tonos, con talle bajo y ajustadísimo, de escote uve con el zigzag propio de las hojas y agarrado a los hombros con tirantas finas, casi perdidas a la vista, para que escote, cara y cuellos destaquen.
Un placer verlo caminar y que asomen los lunares blancos sobre negro en enaguas rematadas en rojo.
Oritopé de Artepeinas para la Cronolorquía lorquiana de Sánchez Murube
Para Sanchez Murube la colección ‘Oritopé’ de Artepeinas, creada por su diseñador antes de esta colaboración para esta temporada flamenca del 2016, ha resultado ser, finalmente, el complemento idóneo en cada uno de los estilismos lorquianos de la firma, añadiendo carácter y ese puntito de ruptura que siempre emanan las piezas de Artepeinas y que tanto ayuda a definir a las mujeres lorquianas que admiran Sánchez Murube. Algunas de ellas las ha diseñado y creado Artepeinas por y para esta colección, inspirándose de igual manera esas mujeres. Así diseña peinas caladas, redondeadas y sin excesivo tamaño, más bien medidas intermedias, combinadas con pendientes de los que sí destacan y reposan sobre el escote.
Con cada uno de estos trajes de flamenca, Sanchez Murube crea una colección cargada de simbolismo, con una menor variedad del color pero bajo la misma línea en diseño. Una vez más saben cómo imprimir esa inspiración que guían sus bocetos y que puede adivinarse claramente, pero siempre en base a su dosis de buen gusto para dar vida a cada una de estas joyas textiles, acompañadas, este año, de complementos Artepeinas.
Desde aquí me uno al homenaje que ellos han hecho de este poeta, publicando este post en el último día del mes de su muerte, pues un fusilamiento militar el 18 de agosto de 1936 acabó con su palabra, con todas aquellas que aún le quedaban por escribir. Acabaron con ésas que removían conciencias e incomodaban y que, a día de hoy, siguen sin saberse donde reposan, pero no pudieron destruir la lectura de las ya escritas.
¡¡¡Gracias Sanchez Murube por, una vez más, crear flamencas con sentido!!