Sí, Mantilla, el evento que apoya y promueve el uso de la mantilla en Jueves y Viernes Santo, la Capilla de los Marineros cede su espacio para que se celebre su V Edición.

Seguramente estarás pensando que la respuesta es obvia. Pero, ¿y si te dijera que nuestras abuelas y bisabuelas llevaban claveles rojos cuando vestían de mantilla? Me imagino que estás releyendo la frase anterior porque no das crédito, pero así era. Aunque sé que sigues pensando sobre quién se va a poner unos claveles rojos en Jueves Santo.

¿Quién? Pues de momento nadie, al menos no que yo haya visto. Pero, quizás, seas tú misma quien puede que lo hagas cuando leas todo lo que tengo que contarte. Si lo hicieras, formarías parte de este minúsculo sector que pretende recuperar esa parte de la tradición perdida. Tal y como ya están haciendo desde la asociación de diseñadores de moda flamenca, Qlamenco, con su evento anual Sí, Mantilla.

En este atuendo de mantilla, además de los claveles rojos, destacan las mangas de encaje que forman parte del vestido negro que debe lucirse.

Si tiramos de historia y nos remontamos unos siglos atrás, en concreto al XVIII, en el que la mantilla era una prenda más del estilismo de cualquier mujer y que podía encontrarse en casi cualquier tipo de tejido, desde los de terciopelo y blonda, hasta los de algodón y bayeta. Al igual que las había de diario o de fiesta y se adaptaban a todos los bolsillos y a la climatología del lugar. Con esta diversidad, nos damos cuenta que la prenda recibe el mismo trato en moda que cualquier otro complemento. Al menos entonces. Era impensable salir a la calle sin ella como ahora puede ser salir de casa sin el teléfono móvil.

Evento Sí Mantilla en la Plaza del Altozano en Triana, Sevilla

Es más, fíjate si los gustos la influían que las señoras mayores no estaban muy por la labor de llevar mantilla y preferían el manto. Las viudas eran más de tocas. Pero las chicas jóvenes, como siempre ocurre, querían ir a la moda y llevaban mantilla. Esa predilección pronto se extendió al resto. Y cuando eso sucedió, no sólo variaban en tejidos, sino también en colores. Es más, llegó a usarse en algo tan poco convencional y efectivo como la derrocación de un rey o, tal y como refleja la historia, la abdicación de Amadeo I por la ingobernabilidad de los españoles gracias a la revolución de las mantillas.

Modelos del evento Sí Mantilla durante la sesión de fotos a los pies del palio de la Virgen Esperanza de Triana en Sevilla

Para el XIX, y como una prenda más del look, porque se usaba todos los días, lo suyo era lucirla en tono vitamina, con aplicaciones de madroños y otros detalles, en sedas, encajes de bolillos y blonda, sobre todo. Teniendo entonces a la reina Isabel II como gran defensora de su uso hasta su fallecimiento en 1868, año en el que empieza a decaer debido a la aparición del sombrero y desaparición de ésta, su más férrea admiradora, la reina castiza.

Perlas, peinas, claveles rojos, guantes blancos y vestidos negros en esta V edición de Sí Mantilla

Así llegamos al siglo XX, en el que la mantilla se releva a usos litúrgicos y a ciertos eventos sociales, preferentemente en Madrid y sur de España. Pero, sobre todo en Sevilla donde, con sus altibajos, más ha mantenido se ha mantenido esta tradición.

Será en las décadas de los 40 y 50 cuando se luce en Jueves Santo acompañada de claveles rojos y guantes blancos. Algo que, hoy día, resulta impensable, irrespetuoso y hasta incluso hay quien lo califica como hortera.

Pero, ¿por qué en esos años se prendían claveles rojos en el pelo? No creo que, precisamente, con la alta influencia y presencia que entonces tenía la Iglesia Católica este hecho resultase insultante, irrespetuoso e indecoroso. De ser así, te aseguro que ninguna señora habría osado ir vestida de mantilla y con claveles un Jueves Santo. Ni tampoco lo habrían llevado sus acompañantes en la solapa, costumbre que en los caballeros se remonta a la época victoriana como símbolo de galantería y compromiso matrimonial.

Detalles de cómo debe vetirse una mantilla en Jueves Santo en Sevilla

El clavel rojo representa la encarnación de Dios en la tierra y su futura crucifixión. Este simbolismo procede del Renacimiento, momento en el que se le atribuye su valor divino. Y todo, quizás, a Theophrasturs, botánico griego que le dio al clavel el nombre de ‘dianthus’, que significa divina flor o flor de Dios. Aunque también se le relacionan otros acepciones, como admiración y amor.

Si sintetizamos estos últimos párrafos, tiene lógica que las señoras de comienzos del XX, el Jueves Santo, día en el que Jesús celebra la última cena con los apóstoles y sabe que uno de ellos, Judas, le traicionará, llevarán claveles rojos en representación de Dios en la tierra y como símbolo del sacrificio que hará por nosotros, siendo, además, una expresión de amor y admiración hacia Él.

Cada una de las modelos que formaron parte del evento Sí Mantilla, organizado por Qlamenco con el apoyo de Sevilla City Office y Doble Erre.

Si a ello añadimos los guantes blancos y el significado que tiene en la liturgia, que elige el blanco para el Jueves Santo por su pureza, se entiende mejor aún el uso de claveles rojos y guantes blancos en el atuendo de mantilla para el Jueves Santo.  

Reivindiquemos, pues, el uso y recuperación del clavel, aunque no es tarea fácil que esto suceda puesto que, como en todo, la evolución de la tradición nos ha llevado a cómo debe ser vestir de mantilla hoy día. Igualmente, intentemos hacer de nuevo al clavel protagonista del Jueves Santo, a la flor persa que trajo Carlos I de España y V de Alemania como regalo a su bella esposa, Isabel de Portugal, con quien se había casado recientemente en Sevilla. Y que, tras ver el entusiasmo ante el obsequio, mandó plantar en los jardines de La Alhambra, donde pasaban su luna de miel. 

Y en las escalinatas de la Plaza del Altozano posaron todas las modelos con cada uno de los diseños que pudieron verse en esta nueva cita Sí Mantilla

Este homenaje al protocolo de mantilla de los años 40 y 50 del pasado siglo, rememorando, con ello, a la gran artista de la copla Juana Reina, ha sido la inspiración principal de los diseñadores participantes en este evento, contando para todos los estilismos con las mantillas de Juan Foronda. Y son: Agus Dorado, Alejandro Andana, Amalia Vergara, Atelier Rima, Carmen Latorre, Cristina Vázquez, Fina Estampa Complementos, Flor de Cerezo, Francisco Tamaral, Inma Benicio y Raquel Bollo.