La primavera es la época del año donde se disparan los sentidos, las mezclas imposibles tienen hueco, los sentimientos fluyen, se expresan, se notan más que nunca y la creatividad se llena de color, para dejarse ver mejor con la luz del día, de la que se disfrutan más horas y que tanto anhelamos por aquí aunque, de tanto en tanto, nos sobre.
El Desfile Primavera Mundial fue un fiel reflejo de esto mismo con el añadido que si lo agitas todo en una coctelera obtienes, exactamente, la primavera que mostraron, la de Sevilla, donde se vive la mañana, el mediodía, la tarde, la media tarde y la noche; si me apuras, casi se saborea más la ‘madrugá’. Las propuestas que presentaron las diferentes firmas recogían cada uno de los momentos primaverales. Para los feriantes, para los ‘semanasanteros’, para los ‘bodorrios’ o ampliemos a BBCs, para las noches de viernes y sábado o para quienes, simplemente, les apetece vestir de tal o cual manera.
Así arrancó el desfile Sanchez Murube Costura, con el revuelo de volantes endiosados que ya nos conquistara este año en We Love Flamenco. De nuevo las diosas se dejaron querer por las miradas inquietas de quienes asistieron al desfile, eso sí, con el respeto debido a quienes no se suelen mezclar entre simples mortales. Nadie como ellos para elevar la belleza femenina a tales niveles que sólo ojos atrevidos puedan ver y contemplar y nada como hacerse acompañar de los complementos de Le Voilá para decorar esa belleza.
Tejidos fluídos, suaves, con caída lánguida pero dulce, de la que sugiere la silueta, en vestidos camisas y palazzos en tonos maquillaje, beiges, estampados menudos en blanco y negro, de esos que no son básicos de armario pero se convierten en los preferidos del mismo, gustando repetir llevarlos, una y otra vez, cada temporada. Sorprendentes las propuestas de la tienda multimarca La Importadora. Entre ellas mi favorita este vestido de espalda descubierta, transparencias y flecos. Una delicia verlo caminar.
Bravo por la primera modelo que presentó la colección cápsula de camisas de Le Voilá, en colaboración con Enrique Carrascal Borda2 que realizaba la decoración en hilos de oro que llevaban. Y digo bravo porque poner el primer pie en la alfombra roja que hacía las veces de pasarela, irse la música y ella seguir bailando como si nada tiene mérito, y más cuando resultaba ser una colaboración altruista. Te aplaudo desde aquí, aguantaste como una jabata y los asistentes supimos recompensarte colmándote de aplausos.
Mientras la soprano Rosina Montes nos deleitaba con su voz, la última firma que desfilaba, Infantes y Reyes, nos daba a conocer su barroquismo en diseño y en el textil, donde el exceso de detalles en líneas suaves, sin complicaciones, poseen el equilibrio perfecto. Este vestido con falda tulipán es buen ejemplo de ello.
Pero, ¿y qué me decís de este vestido de noche a lo Cenicienta? Metros y metros de tela para una falda pintada a mano, constituyendo el máximo exponente de su firma: ‘horror vacui’, que viene a significar que huyen de las líneas limpias y del vacío para llenarlo todo de detalles.