
Si mezclas Balenciaga, Almería y trajes de flamenca, obtienes la colección de Eli Martín para esta temporada.
A menudo sólo necesitamos que un traje de flamenca tenga unos volantes, silueta marcada, talle más o menos bajo, según nos guste, y un puñado de lunares que le vayan bien a los bordados del mantoncillo.
Y casi que ni a veces buscamos el pendiente idóneo, pues ya la elección del traje agota, se nos echan las fechas encima, … En fin, que la solución rápida apremia, por lo que, si el metalizado está tan de moda, allá que pillamos aros dorados, que a los claveles naturales le van perfectos. Digamos que este viene a ser, muy resumido, el proceso de elección de nuestro estilismo para un traje de flamenca a nivel básico. Ese todoterreno que nunca pasa de moda, con el que aciertas sí o sí y que siempre prestas a la amiga que viene de fuera y no tiene traje.
Pero, ¿qué ocurre cuando no quieres el nivel básico en flamenca? ¿Qué haces cuando quieres desmarcarte del resto, ser única?
Si estás en esta tesitura, tus opciones de traje de flamenca clásico, las prisas por terminar el proceso de selección rápidamente y el todo vale, se diluyen. Te lanzas a otro tipo de traje de flamenca, de diseño, más actualizado, menos visto y, a ser posible, único. Eso implica la búsqueda de un taller de moda flamenca, de los pequeñitos con poco más de dos o tres personas, contando con el diseñador.
Se trata, entonces, de un traje de flamenca de firma, elaborado ex proceso para ti o escogido de su colección de pasarela. De colecciones reducidas, con pocas propuestas, en las que el componente de único y exclusivo es más que palpable.
Adjetivos aplicables a creaciones de diseñadores que te ofrecen algo más, que manejan las tendencias, los cortes de fiesta, la influencia del devenir histórico de la indumentaria y lo que imagines que necesitas. Y, ojo, saben incluir todos estos factores, hallando el punto flamenco necesario para integrarlo entre sus costuras, que serán las tuyas, las que te vistan de flamenca.
Eli Martin es uno de esos diseñadores. Es una de esas mentes creativas privilegiadas que te ayuda en tu proceso de selección para el traje perfecto, que imagina contigo cómo ha de ser. Son trajes que se respaldan con un boceto, con preselección de tejidos y texturas, con primera, segunda y tercera prueba, si se precisa.
Y lo hace desde su pequeño rincón creativo en Almería, desde un extremo de Andalucía para llegar al contrario y allá donde su flamenca guste y se quiera, tal y como hacen diseñadores andaluces de primer nivel, como Palomo Spain (desde Posadas, en Córdoba), Nicolás Montenegro (desde Sevilla) y Sergi Regal (también desde Almería y que viste a cantantes como Rosa y Pastora Soler), entre otros.
Aunque para pasarela la diseñadora ha optado este año por presentar una temporada tan flamenca como acostumbra, para su espacio en SIMOF, dentro del stand de la provincia de Almería, tuvo a bien llevar uno de esos diseños capricho en el que pesa más la vertiente moda que la flamenca, pero el equilibrio entre ambos mundos le permite seguir siendo traje de flamenca.
Así, integra en flamenca un escote Bardot con un raso trenzado que entra en contraste con el azul cielo del resto de vestido de flamenca. De talle bajo, para el vuelo de capa acabado en carrucha, coloca otros dos volantitos decorativos que se aúpan con el soberbio despliegue de enaguas en blanco con vivos al tono que no hacen más que embellecer, aún más, un vestido atrapa miradas.
Vestido que contrasta con la colección que nos ha mostrado en pasarela. Una colección cápsula en la que negro, blanco y cítricos han sido los tonos predominantes.
Comenzaba su desfile con un negro asimétrico, nada habitual, por supuesto, en la flamenca clásica, cuyo escote corazón, propio de trajes de novias, llevaba anexionados unos volantes a modo manga que no cubrían más allá del hombro. De silueta marcada y vuelo corto, para que el tul anaranjado dé viveza tonal a este traje negro de flamenca, su primera propuesta ya es más que indicativa de estar ante una diseñadora de atelier, de proceso artesanal y cuidado en cada detalle.
Concepto que quedaba, aún más patente, con este traje de flamenca de inspiración en el corte saco del maestro Balenciaga. Como ves, es un reguero de volantes dispuestos desde sisa hasta el suelo, con volumen y bitonal, una de las características de esta colección, por cierto.
Eli Martín aquí, no hace uso de la línea para recrear el corte saco. Emplea volantes, lo cual, genera el zigzagueo, creando ese perfil o silueta tan característica. Así consigue un traje de flamenca de corte saco, provocando ondulaciones creadas a partir de líneas rectas que adoptan otras formas geométricas, aflamencando, a su manera, este clásico patrón de moda.
Su ‘blanquinegro’ da permiso a que la luz del blanco se apodere de casi todo este estilismo pantalón. Para ello, toma el largo acampanado del pantalón tipo palazzo, favorecedor porque realza cintura y minimiza caderas, lo que viene a ser estilizar el cuerpo, y que resulta de lo más adecuado para rematar con un poquito de volante, dando ese toque aflamencado al look.
Es un estilismo flamenco perfecto, difícil de ver para muchas, pero idóneos para otras a quienes no les gusta llevar el básico, o no, vestido de flamenca o, simplemente, prefieren otra opción para pisar El Real. Tan singular como diferente, con un crop top asimétrico y cut outs paralelos al hombro que sí va vestido.
Observa el detalle estampado del tejido, plagado de margaritas salteadas.
Amarillo. La moda flamenca lleva varias temporadas escogiendo tonos tendencia de los que luego le cuesta trabajo desprenderse. El boom del amarillo no ha desaparecido, tal y como ves, de las colecciones y se está convirtiendo en un habitual en pasarela porque también le está pasando esto en ferias y romerías, donde no para de verse. Ya sucedió, anteriormente, con el buganvilla que, de tanto en tanto, se deja ver entre un volante y otro en los desfiles.
Dicho esto, el gusto de la firma por ciertos elementos, como la asimetría y el textil semitransparente, se repite en este diseño de dos piezas. Por un lado, crop top con hombro desnudo. Por otro, vuelo ajustado que se abre fruncido hacia media pierna para dibujar canasteros con lunares talla moneda, que sintonizan en el color predominante.
Cerraba así una colección en la que, consciente o no de ello, la creativa nos propone una flamenca que revuelve, con elegancia, los cimientos del vestir en el sector de la moda flamenca. Lo hace sin estridencias, buscando destacar con elegancia, deleitar con sabores diferentes y aromas a lo de siempre. Lo hace con respeto, guardando la tradición en flamenca, por encima de todo, premisa para cualquier diseñador que imagine volantes y carruchas en lunares.