Es toda una sorpresa ver cómo una botella transforma los tejidos para inspirar estilismos basados en ella. Su decoración en estilo arty, con ese aire más que warholiano, ha resultado ser perfecto para dar rienda suelta a la imaginación de 16 jóvenes talentos del hilo y la aguja. Así, guiados por la forma de la botella y por los colores vivos y radiantes de la estampación, se ha hilado toda una serie de propuestas en sintonía con esta nueva bebida.
Maya Hansen ya ha creado su particular aportación para este Terry White Brandy en forma de camiseta corsé con aplicación de volante en un lado, creando mensaje pictórico de lo más sencillo y a la vez complicado, en donde el color y las buenas vibraciones que transmiten son los verdaderos protagonistas.
Así nace esta nueva Pasarela Innova by Wappíssima, en el que el concurso ‘Somos Color’ ha sido la excusa perfecta para disfrutar de una tarde de moda osada, quizás más cargada de elegancia y coquetería que otras veces, pues el diseño de la botella invitaba al glamour.
En general, durante el concurso, las apuestas con una pieza de cola y pantalón, junto con los largos muy cortitos o asimétricos y la inclusión de ciertos elementos geométricos, han sido de las notas más destacables entre los estilismos vistos. Hasta un total de 16, uno por cada participante que, además han tenido la posibilidad de optar a premio. Y que han sido 3, con respectivos cheques a canjear por tejidos en la empresa textil Flamentex, al que dos de los afortunados, primero y segundo, suman otro más en importe monetario.
Para la creación de las prendas, no sólo los colores blanco, verde, rojo, azul y amarillo han determinado la orientación de los diseños, la corriente llamada arty, que defiende el color y la mezcla de ellos para acompañarse en la expresión más pictórica y poética posible, ha impregnado cada lienzo en blanco. Así, se han recargado de personalidad, determinando el resultado final del estilismo que también recuerda a otras corrientes del siglo XX como el pop art de los años 60.
María Astolfi
Encargada de iniciar el desfile, sus herraduras de la suerte en los diversos tonos aconsejados, estampa un camisero de largo hasta los tobillos y mangas francesas, perfecto para esas tardes de verano después de un día de sol, playa y piscina.
Ana Ávila
Con ella los contrastes abruptos confluyen en este estilismo, donde la asimetría es el principal ingrediente en torno al cual la diseñadora imagina su estilismo.
Victoria Bejarano
En un look a lo Cindy Lauper, con botas Doctor Martins y tul de vuelo que suaviza ese enrejado rockero de las medias, se estructura la sinfonía textil de esta creación.
Elena María Borrego
En una versión algo más edulcorada, el tul de nuevo da forma a un coqueto vuelo ladylike que aniña y acentúa la elegancia, haciendo que el talle recuerde a esas obras pictóricas del artistia Mondrián, dada la disposición colorista y geométrica que ha elegido. Eso sí, con algún que otro lunar en este caso.
Joaquín Dogo
Diseña en torno a una fila de botones de cerámica cada uno a su aire, y con flores bordadas al escote, de esas que se flecan como las colchas de la abuela, que tiende al barroquismo que en principio se marcaba minimalista y acaba complicándose con el elemento vertical y rizado que introduce en los laterales para romper la silueta. Otro signo más, claro e inequívoco, que nos revela el estilo inconfundible de Joaquín Dogo en este desfile, ganador de dos certamenes de noveles en el último año.
Daniel Durán
Pero el despliegue de singulares propuestas no había hecho más que empezar, pues el de este diseñador dejaba, literalmente, boquiabierta. Y todo con un par de piezas. Por un lado, un mini vestido de lazadas de raso al largo, y por otro, unas enaguas transparentes que le ayudaban a alcanzar el largo maxi.
Andrea Fernández
La mariposa que diseñó y que revoloteaba sobre los colores de la botella Terry, mezclándolos y equilibrándolos con sutileza y armonía, a pesar de la intensidad de tonos, le hizo conformar un estilismo más que adecuado para poseedoras de piernas interminables y para ser merecedora del tercer premio de esta primera edición de ‘Somos Color’.
Macarena Gallego
Sin perder de vista la inspiración que une y guía este desfile de moda, y tomando como base la tonalidad que compete, en este look la creatividad se orientaliza. Con abertura lateral en una propuesta de lo más osada, la diseñadora consigue expresar toda esa fuerza interior que guardamos dentro, quizás asemejándolo, en cierta manera, a esta bebida.
Consuelo García
Siguiendo las pautas dadas en el concurso y su estilo eminentemente femenino, la diseñadora idea un look básico de armario en blanco, donde el pantalón pitillo con un par de vueltas en el bajo y la camisa sastre de botones, resultaban perfectas para vestirse de tul multicolor en forma falda y de capa con cola, siendo, por cierto, uno de los estilismos sorprendentes de la tarde.
Tom Márqez
También versado en pantalón, pero sobre blanco y negro, creaba su idea con la ayuda de una cola en la que dibujaba con tiras de tul fruncido el diseño de la botella, haciendo de cada detalle un plus que enfatizaba la elegancia que derrocha este diseño y que conquistó al jurado, otorgándole el primer premio.
Adrián Mesa
Son sus mangas de campana, o en forma de copa, según quieras verlo, las que captan la atención en un look donde la silueta lápiz y el bajo a medio muslo, en un aire pop y desenfadado a la vez, se elevan lo suficiente como para hacerse con el segundo premio.
María Pelayo
Al llegar a su diseño se comprueba lo bonito que es que te demuestren lo fácil que se consiguen ciertos efectos ópticos con unos cuantos lazos. Pues, al pisar, simulaba salpicar agua en un reflejo amarillento proveniente de las piezas superiores del diseño, cuyo tallaje desmesurado y ciertas formas de las líneas, recuerdan al país nipón.
Marina Peñuelas
De nuevo un largo dulce, a pesar del tono ácido, como queriendo evocar a una mujer coqueta y aguerrida, que afinando silueta en cintura presume de escote comedido.
María Ruíz
Todo un batiburrillo de volantes y colores, toda una explosión de color de estilo arty, para esta silueta menina de Velázquez, que le da ese aire castellano y divertido que inspira la botella.
Jennifer Vargas
Que parece continuar con la colección que nos diera a conocer en su último desfile, nos propone de nuevo un vestido en el que el acolchado que estampa a esta redondeada silueta no es más que una nueva expresión de esta diseñadora que nos deleita con su especial interpretación del volumen de esta botella Terry White Brandy.
Carlos Javier Vicente
Para el final del desfile, quedó el único diseño imaginado para ellos en blanco y negro con corsé de doble botonadura y ausencia, al menos a primera vista, de color.
Presentada y desarrollada esta primera edición en el Museo de Carruajes de Sevilla, me queda la esperanza que se repita, pues el concepto de concurso con un mismo punto de partida, le añade un elemento interesante que, más o menos, equipara a los participantes. En este aspecto me refiero a tomar como inspiración tanto los tonos, como la estampación y forma de la botella, suponiendo el denominador común para las distintas formas de crear de los participantes. Por otro lado, el maridaje entre este aperitivo, que por lo que veo tiende a mezclarse con zumo de limón, y el despliegue de color que acapara, no hacen más que mostrar la intencionada consecución del positivismo que quiere representar, pues ‘somos color’ y eso se contagia en los textiles que hemos podido ver.