Gafas de sol para trajes de flamenca Adrián Alonso Zapata

La aventura en flamenca que Adrián Alonso Zapata ha comenzado esta temporada en la  Semana Internacional de la Moda Flamenca, SIMOF, por cierto, también la cuna de lo que debe ser un volante y un lunar en pasarela, debe tener continuidad. Pues la destreza que ha demostrado este alicantino poseer con la aguja, para esto del costureo flamenco, no debe parar aquí. Tiene que seguir imaginando costuras.

Son puntos de vista como el suyo, foráneo y sin contaminación por cercanía, dado lo lejos que reside y la imposibilidad que vislumbre en abril, a través de su ventana, flamencas en movimiento, los que generan esas nuevas ideas que mantiene viva a esta moda única en el mundo. Y que la hace, a su vez, ser fuente de inspiración para diseñadores de todo tipo. Para muestra, ese vestido de largo midi al que cose, a partir de las caderas, volantes cortados y al hilo. Singularidad que, no siendo la única que posee, es una de las piezas de este puzzle que lo define, de esa creatividad que posee.

Con una colección de nombre Glam Girl inspirada tanto en la época de las grandes producciones de cine en Hollywood, como en Barbie, imagino que por la silueta perfecta que dibuja en mujer y el reinado entre los diseños del rosa fucsia que la identifica, el diseñador se centra y resalta ese parte glamourosa y algo olvidada de la flamenca de lunares y volantes.

Y para ello se ayuda de elementos como los guantes largos al codo, muy de la noche hollywoodiense, y las gafas de sol, de lo más pin up en los años 40 y 50. En concreto con lentes en forma de corazón y con vértices apuntando al cielo de primavera, tan populares entonces. Por supuesto que estos ingredientes no son los únicos en su coctelera. Las características de la flamenca del XXI o actualizada, se unen a las que ya forman parte de la historia de la moda, consiguiendo verdaderas joyas textiles.

No hay nada más que ver este primer diseño para que aprecie este equilibrio de los diferentes componentes elegidos como fuente creativa de una colección donde el rosa gobierna en mayor o menor medida cada uno de los diseños. En éste, los volantes enroscados para chaquetita corta que combina con traje de flamenca, dan como resultado un estilismo rabiosamente urbanita que se combina en ese fresa vitaminado de abertura infinita que eleva  el look, aún más si cabe, con cinturón en plata.

Toda una oda, pues, a la sofisticación y glamour en flamenca que aventuraba que estábamos ante una colección de las que dejan huella en la retina.

Enseguida pudimos conocer ese otro tono competidor en acaparador de atenciones, muy en esa línea de tonos vibrantes. El verde wasabi, tendencia de temporada, que contrasta aquí con detalles en fucsia, como lazada en escote y los guantes, para este sin mangas que ladea el vuelo de largo desigual.

Y como la Feria de Abril no sólo se vive de día, opta por la inclusión del negro en su colección que se ilumina con ese tono rosa chicle, hilo conductor de sus diseños presente en esos detalles que aportan viveza al traje de flamenca. Son, en concreto, las enaguas rematadas con carruchas y el cinturón ancho de hebilla al tono. Y en ese tipo de corte que se atiene a la atemporalidad tan anhelada para esos que se nos tornan favoritos en el armario flamenco.

De nuevo el omnipresente rosa que se reserva aquí para los lunares y ese caprichoso top con lazada halter de volantitos abigarrados, el cual se antoja para cualquier estilismo chic de inivitada, sobre todo si estás en esas fechas en la que la piel se dora.

Pero no sólo de flamenca nos imagina Adrián Alonso Zapata. También se recrea en esos otros looks aflamencados para esas ocasiones no feriantes o, siendo en la semana de abril, optamos por dejar el traje de flamenca en casa y buscar alternativa. En base a ello, diseña varias propuestas. Esta se conforma como vestido de tirantas anchas y volantes paralelos al hilo, que resulta de lo más innovador y sorprendente.

En su doblete alternativo, la inspiración Channel aparece y se adivina en este traje de chaqueta corta y falda, al que las delicias de sus vuelos menudos ensortijados, dan ese toque flamenco que te va conquistando, poco a poco, a lo largo de sus diseños.

Volviendo a su trajes de flamenca, la coquetería que le propicia la gama rosada, la despliega por todo el diseño, que vuelve a ser huérfano de mangas, en cualquiera de sus formas, y se deja querer por el encanto que le aporta al diseño las lazadas maxi que van acariciando el talle desde los hombros hasta casi rozar el comienzo del vuelo, Y todo en un talle bajo de vuelo de capa.

Cerraba su desfile volviendo al empaque elegante del negro, en el que incluir un elemento desmontable lo hace aún más atractivo. Su silueta ajustada de talle bajo y volantes, dejaba a la vista esa asimetría en hombros para sumar uno más sin mangas, característica que lo define, al menos para esta colección. Y dejaba que el traje de flamenca en tono nocturno se dejara abrazar por una cola de vuelos al aire que parecen emular a un canaster, pero redimensionado por la medida de sus piezas fruncidas. Todo un derroche de glamour en este último diseño, perteneciente a una colección imaginada para una flamenca de aires sofisticados.

Toma nota del elemento discordante en flamenca, o al menos el que lo ha sido hasta ahora, las gafas de sol, que se han visto, y mucho, en desfiles de moda y que aquí se han integrado con elegancia. En el protocolo del vestir el traje de flamenca, ni las gafas de sol, ni los relojes están incluídos. Son elementos chirriantes que no casan con los lunares y volantes. Por lo que es destacable la destreza osada de Adrián Alonso Zapata en incluírlas en el look, consiguiendo un resultado bastante correcto con, me atrevo decir, incluso dosis de glamour. Convirtiéndose, pues, éstas en un ingrediente más de una colección que sabe a poco y pide a gritos otros taintantos volantes.