La esencia de Kulpina, su razón de ser, su inspiración y definición es una falda. No busques motivos. Asimila el concepto tal cual lo recibes, porque es esta prenda, y no otra, la razón de ser diseñadora, la que le empuja desde su Tarija natal, también llamada la Andalucía de Bolivia, a venir a España para formarse y desarrollar su carrera profesional.

La falda no es una falda cualquiera, es la pollera, una de las prendas de la vestimenta tradicional de la mujer andina en Bolivia. Con sangre indígena y mestiza, esta falda, a pesar de los vaivenes sufridos durante siglos, soportando incluso, en diversas épocas, la prohibición de vestirla, es la única que mantiene inalterable sus características: fruncida en cintura y plisada desde arriba, a la que se añaden alforzas, y cuyo largo, dependiendo de la región que provenga, podrá ser entre las rodillas y tobillos.

A esta falda le acompaña una blusa ajustada, un sombrero bombín, enaguas, zapatos planos, tullmas a modo de coleteros, joyas y manta con flecos, similar al conocido mantoncillo, pero en tejido tosco.

Vestido kimono en amarillo con cinturón aguayo de Kulpina

Así son por fuera las mujeres de pollera, a la que el vocablo de origen español, chola, con el que también se les conoce, a día de hoy les suena insultante debido a su uso despectivo para dirigirse a ellas durante demasiado tiempo. No será hasta la llegada de Evo Morales al poder, cuando ponga un poco de orden en esto con su Ley contra el Racismo y toda forma de Discriminación en 2010. Quiso, así, dar dignidad y reconocimiento a la mujer campesina, trabajadora y luchadora, para que pudiera tener voz en una sociedad que rehuía de ella y renegaba de su existencia.

Nada más acertado y correcto, pues queda demostrado tras el Golpe de Estado de 2019 en Bolivia, el poder y carisma de este grupo de mujeres aimaras y quechuas que consiguen reconducir el país hacia la democracia y que, a día de hoy, están reactivando la economía desde distintos sectores y puestos de responsabilidad.

Este espíritu de lucha es fácil atisbarlo en Kulpina, pues, ella misma, abandona su tierra para llegar a España hace 15 años y luchar por su sueño, ser diseñadora. Lejos de su familia, ha podido cumplir su objetivo con creces, tal y como puede deducirse de una colección impoluta.

Mangas de quita y pon para un dos pieza de crop top y falda de Kulpina

Teniendo el aguayo, tejido con el que se hace la pollera, como hilo conductor en distintos tonos y estampados, aplica esa filosofía que existe ahora en torno al traje tradicional boliviano, el cual se reinventa, a día de hoy, en manos de diseñadores de moda para cholas, haciéndolas más cortas o usando sombrero de ala ancha en vez de bombín, por ejemplo. Kulpina hace lo propio en su colección y reinterpreta la mujer de pollera, creando vestidos, cinturones, mangas, faldas abiertas y pantalones con el tejido aguayo.  

Vestido lila en silueta A de la nueva colección de Kulpina

De esta manera, abre el desfile con un vestido en el que incluye el aguayo en mangas, que también son bolsillos, y en el vuelo. Perfilando un minimalismo de líneas rectas, para siluetas sencillas.

El tejido étnico en maxi puños, a los que da forma de campana, y las aplicaciones en el evasé del vuelo, rememoran, pues, sus orígenes, y se integran en este vestido sin mangas para ese lila tendencia.  

Chaqueta asimétrica flecada y pantalón en tejido aguayo de Kulpina en Code 41 Trending.

Para este pantalón, de pernera recta, sin llegar a la amplitud del corte palazzo, deja que el estampado bolviano recorra y alargue en vertical la silueta, con ese mismo efecto óptico de las rayas verticales, las que no engordan y sí estilizan.

Para el cuerpo, opta por una chaqueta corta, hasta cintura, de efecto acolchado, con asimetría y solapas finas un tanto ochenteras. El detalle flecado no se escapa si antes has hablado con la diseñadora. Y no, no se debe a que el traje típico regional de Sevilla, el traje de flamenca, lleve mantoncillo flecado y esté influenciada por ello. Se debe, al traje típico de su tierra se le añade una manta con flecos, no de cuquillo como tiene nuestro mantoncillo, pero si en hilo de poliéster.

Dos piezas con top asimétrico y falda de vuelo abullonado de Kulpina

Para el siguiente diseño, el toque de urbanita sofisticada ayuda al concepto que nos quiere transmitir Kulpina, dibujando mujeres fuertes del XXI, luchadoras que defienden sus tradiciones. Consigue un diseño de dos piezas que encaja, perfectamente, con esos momentos de más etiqueta.

En lila y con aguayo, ese tejido boliviano que tanto le inspira y apoya, para trabajar el vuelo abullonado de la falda. En este dos piezas, donde el crop top manda, aparece asimetría en su versión más clásica, de hombro descubierto y manga solitaria, y hace que la manga juegue en mariposa.  

El detalle del cinturón con bolsillos laterales, serían las alforzas que llevan la mujer que viste de pollera. Lo que vendría a ser, por cierto, una visión minimalista sobre la riñonera ochentera, si lo filtramos por tradición. Otro ejemplo de cómo versiona la tradición para traerla al XXI y a una colección de moda.  

Top abullonado para bermudas en tejido aguayo, el típico de la fada de pollera en el traje tradicional boliviano de las mujeres indígenas, en la nueva colección de Kulpina

No descarta una de las tendencias para la primavera y verano, la bermuda. Y para la que dispone el estampado en vertical, con bolsillo, que te lleva a ese deleite para la vista que suponen los contrastes. No sólo por este tono wasabi empolvado, sino por el volumen abullonado de dimensiones considerables que hacen de esta combinación una opción atípica. Ya que, en vez de diseñarlo con esa proporcionalidad que le ofrece una prenda como es la falda, escoge un contrapunto sorprendente con volumen comedido y de lo más urbanita, como es la bermuda.

Falda flecada a imitación de la manta del vestido de pollera de Kulpina

Para este estilismo, hace uso del flecado de las mantas para polleras, como una forma de alargar una falda mini hasta el nivel midi y con el propio tejido. Se combina con un crop top de tiranta ancha en aguayo estampado en tonos ocres, o esos llamados también neutros, y que dan el toque de color para contrarrestar la predominancia del negro, presente incluso en lazada maxi en escote.

Falda tableada y superpuesta en tejido aguayo a otra de silueta lápiz para este look de la colección de Kulpina

Para un mix and match de estilos, la tradición opta por entrar tableada en este estilismo de talle ajustado y, a modo de sobrefalda, con espacio lateral suficiente para ver ese otro tono azul océano que emplea el look, y que combate en dominio con su omnipresente estampado, denominador común de toda la colección.

Cut out y superposiciones con cremallera metalizada a la vista, se encargan del resto en una configuración tribal a la par que sofisticada.

Top asimétrico para pantalon de pinzas en aguayo de Kulpina en Code 41 Trending

El pantalón, que no bermuda, también tiene hueco en su colección, haciendo de nuevo, ese juego de tablas que da un volumen concreto, focalizándolo en la pinza.

Asimetría en el sencillo crop top sin mangas, le dan ese aire urbanita e incluso de oficina, que todas tenemos en el armario. Viene a ser el vestir a diario de pollera sin tener que llevar el traje regional al completo.

Vestido de silueta ochentera que recuerda a los kimonos de la fima Kulpina en su desfile en Code 41 Trending.

La presentación de colección, la finalizaba con un diseño de doble largo para un corte kimono, cuyos designios de atemporalidad, elegancia, minimalismo y pulcritud van implícitos. En un tono vibrante, más limón que lima, que facilita el resalte del cinturón en ese tejido típico. Son, pues, la caída, el movimiento y su contundencia, los que se prestan a esa elección que los convierte en uno de mis favoritos de la colección.

Vestido de noche realizado en tejido aguayo con motivos étnicos, de palabra de honor con silueta ajusta hasta caderas, donde nace el vuelo abullonado que evoca a la falda de pollera del traje típico de la mujer andina en Bolivia. Inspiración de la nueva colección de Kulpina

Su apuesta final tenía que ser al cien por cien para el aguayo y, por supuesto, predominando el rojo. Con la carga de empoderamiento que ya, de por sí, tiene este color. El tejido, por tanto, que le define y le aferra a sus raíces se va a convertir en un vestido de noche en carmín, propio de alfombra roja.  

La verticalidad en estampado, que estiliza figura, el corte en caderas para el nacimiento del vuelo, y el abullonado con cuerpo hasta tobillos, denotan y confirman cómo triunfar con patrones sencillos y tejidos complicados, gracias a una buena elaboración de patronaje. Pues, tejidos toscos a priori, no son fáciles darles la ductilidad necesaria para tornarlos glamourosos. Y Kulpina lo consigue.

Lo consigue y es, además, demostración que está en los inicios de algo que es cuestión de tiempo, adquiera envergadura. Su apuesta para esta primera colección, sus propuestas arriesgadas en una elaboración perfecta y la constante evocación a su ser y costumbres ancestrales, de forma elegante y con medida, son el perfecto culmen para esta primera etapa que acaba de cumplir con su desfile en la Pasarela Code 41 Trending.

Kulpina tras el carrusel de su colección en Code 41 Trending.

Y a la que tan sólo son necesarias añadir unas palabras de la propia diseñadora, que amplío con algo de información para una mejor comprensión de su reflexión: ‘Soy imperfecta, me frustra la perfección. Pero también soy trabajadora y luchadora… Seas de donde seas, puedes ser una mujer brillante.’ ‘Una Mujer Valerosa como las mujeres de pollera, símbolos de una revolución. ¡¡Fallalla las mujeres de pollera!!’