Salta a la vista que, si ponemos el foco sólo en el mundo de la moda flamenca, no conoceremos nunca lo que pasa a nuestro alrededor y eso no es bueno. El aprendizaje en esta profesión debe ser constante, por lo que resulta obligado poner la atención en otros sectores no flamencos y en grandes marcas, laboratorios de tendencias y responsables de la evolución constante de la moda. Por eso, no les vendría nada mal a los concursantes de Aguja Flamenca estudiarse el Vogue, el Glamour o el Telva, por nombrar algunas, de tanto en tanto, para así saber, realmente, quiénes son los que les visitan. Ya les ha ocurrido no conocer al diseñador invitado y eso denota falta de cultura en moda, lo cual no les hace ningún favor. Y aquí me quedo que me lanzo, pues hace daño ver el poco conocimiento que tienen del medio en el que quieren desarrollarse como profesionales.
Prosigo pues. En esta ocasión, además de Roberto Díz, como diseñador invitado, de quien, ya sabéis, se escoge uno de los vestidos que desfilará en el programa para que sea inspiración en la prueba por equipos. Tendremos a Gil Ortiz, ganador de su edición de noveles en el certamen de SIMOF y que no nos mostrará sus volantes, sino varios de sus diseños de fiesta. Sin olvidar a Mibúh, firma de tocados y bolsitos joya que formará parte de la tercera prueba del programa. Muy divertida, por cierto.
Como ya se anunciara la semana anterior, el nuevo concursante es Álvaro Baturone, joven diseñador que ya cuenta con cierta experiencia en esto de montar colecciones, desfilarlas e, incluso, ganar premios de moda flamenca.
Hecha de nuevo la debida presentación del concursante recién llegado, Esther Arroyo, vestida esta vez por Roberto Díz con un sencillo vestido de lunares y hombros a la vista, quien también ha vestido de traje sastre cruzado y en blanco a Lourdes Montes, pasaba a contarnos la primera prueba de la noche.
Y que consistía en la elaboración de una liga de novia. Siendo ganadores Joaquín, que eligió como mandil de capitán el verde, y Jennifer, que escogería para su equipo blanco a todos los noveles: Álvaro, Manuel, que mascullaba mientras llega a su puesto que no quería estar con Jennifer, María y Ángelita. En el verde, Joaquín sumaba el resto de concursantes, los ‘veteranos’: Victoria, Rosa, Juanma y Musa.
Diseñador invitado: Roberto Díz
Gallego de nacimiento, andaluz de adopción, Roberto Díz, diseñador que ya presenta sus colecciones en pasarela internacional, como es la MBFWMadrid, nos va dejando a lo largo del programa ciertos axiomas en moda que os iré transcribiendo tal cual, como estudiante que toma notas de una clase magistral, para que cada uno de vosotros lo asimile como le convenga, pero que lo haga, si es que la moda es lo vuestro. Algunos no son más que el eco de otros grandes creativos que han hecho historia en la moda, otros son consejos literales de su experiencia profesional.
Así, Roberto Díz nos decía en Aguja Flamenca que ‘la modernidad más radical radica en el clásico puro, pues cualquier cosa que hagamos nosotros ya lo ha hecho alguien antes. Channel inventó una chaqueta que aún es tendencia. He ahí que no hay nada más vanguardista que el clásico más radical. Quizás sea la tecnología relacionada con el tejido el único campo en el que sí podemos inventar algo’. También habló del estilo desestructurado, afirmando que la mejor forma de crear es conociendo muy bien la técnica. ‘Solo se puede deconstruir cuando puede construir muy bien.’
Respecto a la situación actual opina que ‘serán los detalles los que te diferencien, como siempre, del resto, pues estará mal visto gastar en aquello que esté mal hecho o sin calidad.’
Y es que, a este macarra sofisticado, como le llaman algunos, la moda le estaba esperando. Le necesitaba más que él. Sus ideas claras en lo que hace y los principios que le rigen, nos advierten estar ante uno de los grandes de la moda española. No hay nada más que ver los diseños de varias colecciones de novia que ha traído hasta Aguja Flamenca. De ellos destacaba el que ha sido inspiración para la prueba de equipos, pues representa al cien por cien el alma Díz. Fue creado no para una novia, sino para la actriz Godeliv Van Der Brandt que lo lució en la fiesta del Festival de Cine de Cannes.
A lo largo de la prueba, tanto en el equipo blanco como en el verde parecía haber sub capitanes, pues Victoria no dejaba de establecer el trabajo del resto, ya que veía a Joaquín perdido, y Manuel hacía lo propio en el suyo, con el beneplácito de Jennifer, quien aboga por la participación activa del resto de componentes, lo cual puede ser un arma de doble filo.
El caso es que Roberto Díz ayudó a los concursantes dándoles indicaciones para mejorar el resultado final de cada diseño, pues, como él dice: ‘Todos mis trajes tiene truco’. Por ejemplo, en cuanto al volante que va en el lateral del equipo verde. Les aconseja usar un truco con la ayuda de una hombrera que, bien colocada debajo del volante, consigue auparlo. Luego se tapa con guipur y así recrean una llamada falsa cadera. De paso, al ver que el patrón incluía costadillos, les advirtió que ‘un vestido bien cortado, es un vestido poco cortado. Cuantos menos cortes lleve, mejor.’ Pero ya estaba hecho.
Al finalizar el tiempo de la prueba, se procedió al desfile de cada diseño, siendo el primero en verse el vestido inspiración. En segundo lugar, el vestido del equipo blanco, que constaba de una pequeña cola y escotes verticales, tanto por delante como por detrás, para mangas abullonadas de puños abotonados y volantes de caída dulce en la cadera recreando ese volumen Díz. Vestido, por cierto, que gustó mucho desde el principio al diseñador.
El vestido de novia del equipo verde se perfilaba en un aire más ochentero. Con escote infinito enmarcado en guipur y hombreras de las que emergía un velo. La silueta recta rompía monotonía con el volante de capa colocado en cascada desde la cintura hasta el bajo del vestido.
Acto seguido, los capitanes nombraron a quienes mandaban directamente a la final. Joaquín optó por Musa y Jennifer por Angelita. Después, el jurado votó, concluyendo por unanimidad, unos por la técnica y todos por el fiel reflejo del estilo de Roberto Díz, que el equipo blanco se ganaba el derecho a permanecer una semana más en Aguja Flamenca.
Decisión a la que sumaban el participante que, en esta ocasión, se salvaba de la eliminatoria: Victoria. A la que la noche le reservaba una sorpresa más que fue desvelada tras la actuación de Fernando Soto, preludio del momento más romántico vivido hasta ahora en el programa: pedida de mano de Joaquín a Victoria. Por cierto, dijo que sí, colocándose, con los nervios, el anillo en el dedo anular derecho en vez de en el izquierdo, que es donde debe ir dado que se dice que es por donde pasa la vena amoris que conecta directamente al corazón. ¡¡Enhorabuena chicos!!
¿Volveremos a ver a Musa con su diseño de novia africana?
Con boda a la vista se llegaba a la prueba de eliminación, para la que invitaron a la firma de tocados Mibúh. Tenían que realizar un tocado, para lo cual a cada uno de los concursantes se les entregó una caja con todo lo necesario. Angelita elaboró un tocado similar a una pamela, Rosa y Musa crearon diademas, Joaquín un Kelly con velo y Juanma imaginó el más original de todos, trenzando los tejidos de sinamay de manera que consiguieron sorprender a María Jesús Losater, diseñadora de Mibúh.
Mientras se desarrollaba este último reto del programa, pudimos conocer un poco más de la Historia de la moda flamenca con Raquel Revuelta y Pilar Vera, que traía diseños de Pitusa Gasul de esos locos años 20, década en la que se definió el traje de flamenca que conocemos ahora. También vimos la entrevista de Mario Niebla del Toro a la Princesa Beatríz de Orleáns, consejera delegada durante 20 años en Christian Dior, que también ha trabajado como comunicación de moda en Givenchy y Cristian Lacroix. Nos contaba que si la comunicación es transmitir una idea, se necesita amar a la gente y ser elegante, resultado equilibrado de un vestuario, manera de hablar y andar adecuadas. Pues la imagen debe cuidarse, dado que es el reflejo de tu personalidad.
Al acabar la prueba, y después también de los desfiles de Lourdes Montes y Juana Martín con los tocados que ellos mismos habían realizado, el jurado debía decidir quién no volvería al siguiente programa de Aguja Flamenca. De todos resultó ser Musa para el que, quizás, su discreto paso por el programa no debería de haberlo sido tanto. Pero de quien, a pesar que ya no esté, esperemos le permitan cumplir su promesa de traer al programa un diseño de novia africana en esos vistosos tejidos llamados wax. Rosa quedó muy cerca de ser eliminada, por cierto, lo que ha supuesto para ella una llamada de atención para esforzarse.