Déjame… Porque la flamenca siempre ha sido y será atrevida. Porque la osadía de dibujar lunares con aristas es mi capricho de obligado cumplimiento en esta colección. Porque una tras otra voy buscando alimentar esa renovación perenne que se necesita en la moda flamenca, intentado tocar con los dedos el perfeccionismo. Deja que te mire para crear el traje de flamenca que sueñas, el que sueño y sueñan porque quiero y puedo hacerlo… ¿Dejas que te mire?
Digamos que así podría hablarte Cristina Vázquez de sus previos a la colección flamenca. Digamos que así es cómo imagino que piensa por lo que le leo entre líneas cuando conversamos y, tal cual, te lo transcribo. Digamos más sobre aspectos más personales, como puede ser el compromiso social que le rige. Pues no puedo ni obviar ni olvidar la expresa referencia que ha hecho Cristina Vázquez en esta colección sobre las mujeres que luchan contra el cáncer, tanto en apoyo como en admiración a ellas, valientes a quienes va, especialmente dedicada, toda esta nueva colección de flamenca. De ahí la inclusión del rosa en su paleta cromática. Por eso el protagonismo tonal en sus diseños, sobre todas las cosas, desde su versión más delicada y coqueta, para acariciar el aire que le rodea en el seseo de volantes, hasta la más intensa, fuerte y poderosa, con la que combatir a los enemigos invisibles.
Cargado pues de este carrusel de sensaciones por las que te hace pasar esta enfermedad, quiso Cristina Vázquez comenzar su desfile en la pasarela SIMOF con un traje de flamenca rompedor, de volanteo generoso empapado de elegancia. Así dispuso un trio de vuelos al hilo en un blanco roto de lo más antojadizo, en el que su talle bajo embullido en el vuelo de la falda resaltaba, aún más, con el escote de uve estrecha. Para este traje de flamenca, imaginó mangas victorianas exornadas de piezas facetadas en forma de flor a lo largo del brazo, desnudo en puños para compensar el equilibrio visual necesario en un vuelo de estas características.
Arrancaba, pues, su desfile en SIMOF con fuerza y sin miedo, en solitario, llenando la pasarela con un solo traje de flamenca, y bajo el silencio de focos y asistentes, quienes intentarían no volver a pestañear si querían verlo todo.
Como la arquitectura asimétrica empleada en alguno de sus diseños, desafiando la gravedad con elegancia y repartiendo semi peplums a lo largo del traje. No dejando, además, la complicación sólo en la disposición de volantes, sino abarcando tanto texturas, guardando cierta similitud entre ellas, como los colores y la elección estampados de flores o lunares. El resultado puedes verlo y juzgarlo tú misma, siendo una delicia ver el efecto de este juego complicado sobre patronaje sencillo, que propicia estilizar la figura de otra manera, dejando que los claveles de tul ejerzan una doble función, tanto para aupar volantes como para formar parte del despliegue cromático.
También consigue el efecto contrario en otros diseños, el de la supremacía del minimalismo. Y lo consigue, simplemente, con un patronaje bien trabajado, al que no se le puede poner ni una pega, que ejerce como debe su objetivo de ajustarse como un guante. El uso del talle bajo, junto al volumen adecuado para la parte de la falda y unos frunciditos algo rococós que integra bien colocados en hombros y en el volante de capa, se convierten en el acento de este traje de flamenca rosa con lunares de colores.
Pero no sólo estos cortes clásicos conforman sus flamencas. Uno de mis favoritos se prodiga entre sus diseños, como es el vuelo evasé. Este básico del diseño en moda flamenca, se actualiza con un cuello caja de escote encajado en flores y enmarcado en flecos, se entalla hasta casi llegar a las rodillas, donde, para el triunfo de la comodidad absoluta, el vuelo abre hasta el suelo, quedando un traje de flamenca más clásico al que no le faltan sus mangas de volantes. Además, imaginándolo en blanco adopta una de las tendencias de la temporada.
Y si lo versionas en coral, un tono desacostumbrado a las manos de Cristina Vázquez, el resultado que consigue esta diseñadora es igualmente magnífico. Creando un sin mangas con peplum, en este vuelo evasé de carácter atemporal y volantes de siempre, donde el rizado de enaguas casi no deja ver el textil de cada rizado al aire… ¡¡Simplemente bello!!
Por otro lado, sus diseños optan por dos tipos de volantes. O bien de tamaño mediano, a veces grandes, para que sólo sea uno, a lo sumo tres, los que se distribuyan en la falda. O bien de tamaño pequeño, a los que no se le anexionan enaguas para que tomen ellos mismos su vuelo de caída dulce. Los cuales se disponen, sobre todo, por el largo desde la cintura. A veces suben y bajan, otras se colocan al hilo, en paralelo, unos a continuación de otros, retirando la vista de escote y hombros para quedar atrapada en este maremagnun de volantitos.
Pero no sólo el asalmonado ha sido novedad entre las puntadas de la firma. El negro, como os comentaba unos párrafos más arriba, también se ha colado, tímidamente, para formar parte de sus diseños, con preeminencia del color, pues la diseñadora es de flamenca alegre impregnada de primavera.
Así que, con suavidad, el ónix ha rematado vuelos y ha tintado enaguas, pero no ha conquistado talles. Para ellos se ha reservado el repertorio tonal que se ha visto en toda la colección en un tejido exclusivo de pailletes diseñado por Cristina Vázquez. En concreto, ha creado un estampado geométrico, a priori nada flamenco, para dar forma a su primera mini colección de feria de noche. Caprichos que ha conseguido situar en ese difícil espacio calificado de ‘a medio camino’, haciendo que estos trajes de flamenca diseñados para la luz de La Luna puedan vestirse también para la luz del Sol, desde la tarde hasta la noche, por si eres de las que te gusta disfrutar de ambos momentos.
Así ha imaginado una colección con la que puedes dejar que te miren. Una colección con la que sentirte flamenca en unas cuantas costuras sencillas, para las que ni el tejido ni la manera de montarlas resulta arbitrario, pero sí perfeccionista. Ha creado, pues, toda una serie de trajes de flamenca de lo más caprichosos, ponibles y atemporales, haciendo honor a su lema: ‘No vestir a nadie como ni yo misma vestiría’. Y el cual, a la vista está, lo aplica con creces en cada uno de sus diseños, tanto por la elegancia que emanan como por la comodidad que poseen. Cualidad ésta importante para la firma, entre otras muchas destacables, para lo que emplea ciertos tejidos que aseguran a quien viste sus diseños esa sofisticación y practicidad que busca.