Malvaloca es seductora, coqueta, fuerte y flamenca. Así es la nueva colección de trajes de flamenca de Reyes Vázquez en SIMOF
Las primeras, las ha encontrado en Bécquer, que rimaba sobre amores imposibles y exotismo, propios de mujeres decididas. Las segundas, las descubre al adentrarse en esos sainetes y demás piezas teatrales ideadas por los Hermanos Álvarez – Quintero, que recrean situaciones cotidianas. En una de ellas, aparece Rosita, una mujer que busca el amor y guarda secretos, de esos que no podían contarse por el qué dirán.
A quien llaman Malvaloca porque coquetea con hombres y conquista corazones, en una época en la que no está bien visto ser mujer e ir de flor en flor. Nombre que también elige Reyes Vázquez para bautizar su colección, cogiendo todas esas características que empoderan a Rosita. Ella es uno de los personajes más conocidos de esas obras de los Hermanos Álvarez – Quintero, a la que dibujan con ese aire romántico, dulce y bohemio propio de los versos de Bécquer. Quien, casi puede decirse, cuenta también su historia en el poema ‘Volverán las oscuras golondrinas’ cuando, en cada línea, la respuesta en la siguiente es sentenciar que a aquello que conocías, ya no volverá a ser.
Todo cambia. Y eso es lo que le sucede a la vida de Rosita, que encarna a esa mujer que busca su camino y huye de un pasado que, de descubrirse, dará al traste con todo lo que ha conseguido. Hablan, pues, en sus palabras escritas de mujeres fuertes, que se agarran a la vida y se enfrentan a ella tal y como la sociedad de entonces les permite, consiguiendo, a pesar de todo, llegar adonde quieren.
Así, va dando forma a una colección llena de detalles sencillos, como siempre, con una alta presencia de labores de costura, que fundamentan y definen su enfoque en flamenca, creando ese ambiente de fuerza sutil de mujer osada con sabor vintage.
Su amor por las labores le da esa sensibilidad única para ultimar detalles en una prenda. Cómo ribetear en terciopelo las costuras del corsé, crear tirantas con zigzagueo hilado a la vista o un cinturón con cinta ancha de terciopelo. Es decir, hacer uso de esos recursos de mercería que dominaban nuestras abuelas y resultan tan prácticos y coquetos a la vez. Vaya, lo que viene a ser ese estilo coquette que está ahora tan de moda.
De fondo blanco y lugar rojo simétrico, para llevar la contraria a la tendencia, tal y como su capricho bien acertadamente lo indica, crea un vuelo de un solo volante. Pero canastero, setentero y de capa, con ese punto de actualidad que ella sabe darle.
De costura impoluta, su segundo traje en pasarela, es la perfecta combinación de feria y romería, por el volumen y los elementos romeros que emplea. Como el vuelo de la falda y la vistosidad desmesurada en mangas de batista, acompañada de escote generoso. A lo que se suma el pasacintas con lacitos en raso y el inequívoco estampado floral, de ese tipo de traje de flamenca de 80, pero bajo el prisma del XXI, que busca comodidad ante todo y de ahí que reduzca el volumen.
Para el siguiente, el rojo absoluto reina en el estilismo, en un corte cuya preferencia por el vuelo evasé, desde caderas, va quedando clara. El doblete de volantes de capa en el bajo, el que zigzaguea por caderas y el otro que dibuja el escote, junto a la manguita corta, consiguen un paralelismo armonioso y estético para este traje de flamenca rojo de lunares.
A Reyes Vázquez le gusta experimentar con elementos poco convencionales. Y le resulta irresistible no realizar alguna propuesta que incluya esa innovación, como ya hiciera en la temporada anterior con sus volantes geométricos.
Por eso, especial atención merece el siguiente diseño, con el cuquillo como protagonista. Este recurso textil, básico y clásico en el atuendo para flamenca, lo dispone como cuello caja que, con la ayuda del entramado realizado, acaba en el escote palabra de honor, dejando que el efecto mantoncillo se desarrolle en toda su extensión, flecando largo hasta las muñecas.
Todo un deleite con un elemento flamenco tan sencillo como es el hilo de flecar, para hacer de él un nuevo concepto, similar a la capita de teatro. La cual ya se ha versionado, anteriormente, en pasarela, pero que sólo ella, Reyes Vázquez, consigue imaginar como imagina.
A vueltas con el rojo, escogerlo con el lunar en lila es todo un reto colorista superado con nota. Contrastando las enaguas con el moteado, su vuelta a los 80, para traerse cortes como éste, dan el resultado que ves. En el que se rebaja el volumen para que tenga cabida en esta temporada.
Por tanto, se ocupa del vuelo con un par de volantes XXL, el primero con un lado subido. Y deja que las mangas se acorten con un volante de capa, al que no le falta el tul. El escote, de nuevo, amplio y en forma corazón, conformando un bustier integrado en el traje.
La colección la finaliza con un negro en plumeti, jugando de igual manera con la zona de los hombros, como ya hiciera con el cuquillo, pero aquí en clave victoriana, usando el plumeti para fruncir sobre hombro y aunar en el cuello. Todo en un talante delicado, cuyo tableado volantea hacia la cara.
Reyes Vázquez con Malvaloca en Huelva Flamenca 2024
Para su paso por Huelva Flamenca, la diseñadora ampliaba su colección con dos creaciones más. Una de ellas, siguiendo esa línea ochentera de manga jamón y pasacintas en el cuerpo, pero, esta vez, con estampado de flores sobre el incombustible blanco. Otra joya más plagada de labores de costura que hacen, de este traje, un revival de la década en la que se inspira, fiel y actualizado, que acapararía las miradas de los más exigentes en moda flamenca.
En cuanto al segundo diseño, cambia la vegetación por el lunar pequeño, no demasiado, y en negro. Tendencia que nos viene de la temporada anterior y que, por supuesto, para ésta ya se ha adueñado de las pasarelas. La propuesta es sencilla, con ajuste al talle hasta cintura y abriendo en A rematada, en el bajo del vestido, con un volante de encaje. El cual también se ajusta en escote. Ese detalle coqueto que bien equilibra y armoniza, contrastando texturas y estampados, al que se suman lacitos cosidos y terciopelo que dibujan esquinas. Esto es lo que la diferencia del resto, entre otras cosas.
Por cierto, María Jiménez sonaba de fondo durante su desfile. Para la diseñadora debía ser así por lo que representa y alberga la fuerza de su voz. Esa rabia contenida que se libera al enunciar sus letras. Una extensión de su yo interior que habló, entonces, alto y claro por todas aquellas que, en cierta época del XX, no podían hacerlo e, incluso, como toda artista, por ella misma.
A ella se le adjudica uno de los primeros himnos feministas con la canción ‘Se acabó’ publicada en 1978. Y no olvidemos una de sus canciones más recientes en la que decía: ‘Qué felicidad la mía’ estar contigo y amarte con rabia. O como diría Bécquer: como yo te he querido… desengáñate, nadie te querrá.