Mantoncillos y peinecillos flamencos en el Rastrillo Nuevo Futuro

Entre un volante y otro siempre hay  tiempo para alimentar la vista con otras creaciones y actividades, donde lo mejor radica en la sorpresa por ver lo que no se sabe que se va a ver, aunque se sepa adonde se va. Trabalenguas de fácil compresión si os digo que es de esos paseos en los que los pies te llevan a un rastrillo, por lo que sabes adónde vas pero no lo que vas a encontrarte.

El pasado 4 de febrero se inauguró el Rastrillo Nuevo Futuro donde siempre, en el Hotel Los Lebreros, pero sin la visitante por excelencia: doña Cayetana de Alba, quien, de alguna manera, estuvo presente, pues algunos participantes quisieron acompañarse de un pequeño retrato con su imagen.

El objetivo de este año sigue siendo el que les ha guíado desde sus comienzos: recaudar la mayor cantidad posible de fondos para ayudar a los hogares de acogida que están, si cabe, aún más mermados con la difícil situación que les hace pasar la crisis económica que estamos viviendo.

Maranta, Las Buhoneras y Blue Moon en el Rastrillo Nuevo Futuro

Dos plantas repletas de propuestas de todo tipo, repartidas en salones de nombre La Maestranza, Ronda, El Postigo, La Parrala, etcétera, donde lo difícil era no distraerse.

Mi debilidad flamenca parece poseer un radar y me hizo ver, casi al instante, el stand de Maranta, firma de mantoncillos realizados en tejidos nacionales en 5 colecciones diferentes, si la memora no me falla, flecados a lo clásico, de mayor o menor anchura, en piña o bolillos. Sin duda vistosos los mantoncillos realizados en tejido similar al de cortinas y tapicería, con ese clásico estampado en rojo, negro y azul apagados. Pero sucumbo ante las florecillas vintage de tonalidades suaves sobre fondos blancos y tostados, flecados al contraste en tonos algo más subidos pero al modo de siempre.

Antes de conocer a Maranta, bajando las escaleras, atisbé el rinconcito de Las Buhoneras, quienes, además de piezas de anticuario tenían caprichos de época como esta ‘salida de teatro’, que no es más que un coqueto mantoncillo-capa, flecado en seda con cierre realizado en este mismo tejido, de aspecto muy similar al soutache pero de tono más elegante. Esta pieza era llamada así en torno a los años 20 y las vestían las damas para acudir al teatro; en estas fechas las cigarreras de la Fábrica de Tabacos llevaban grandes mantones negros como prendas de abrigo. En una de sus mesas, bajo cristal que lo protege del toqueteo, preciosos bolsitos joya, haciendo honor más que nunca a su calificativo pues están tejidos en plata y realizados a mano, junto a una diadema alemana de plata dorada, entre otras joyitas con ese sabor antigüo que le da carácter único.

Al otro lado de la escalera y desplazada desde Málaga, conocí la firma Blue Moon, cuyas principales piezas se basan en la tendencia actual de bisutería pequeña y menuda, realizada en aleación de metales bañados en oro.

Lo que más me gustó fueron unos cinturones anchos en tejido elástico, decorados con doble broche a los que les puedes dar casi tantos usos como imagines. La sugerencia de Paloma pasa por colocarlo a la altura de la cintura….¡¡¡Bello!!!

Al otro lado de la mesa me percaté de unos brazaletes similares a los realizados por Le Voilá para Sánchez Murube en su colección Kallisté en el pasado We Love Flamenco 2015. Tomad nota pues ya véis que este año las piezas de flamenca salen del Real para pasear por otros sitios o bien piezas carentes de este adjetivo se hacen sitio entre las de siempre para acompañar volantes y mantoncillos.

 

Rocio Cambras y Miriam Diaz Astigarraga en Rastrillo Nuevo Futuro

En la planta superior en uno de los salones, de nuevo admirando complementos flamencos, esos de pequeños peinecillos de flores pintadas en oro envejecido y piedras semipreciosas de Rocío Cambas, pegaditos a las pulseras de asta en tonos marfil y negros de Miriam Diaz Astigarraga.

¿Curiosidades como éstas? ¡¡Muchas!! Tantas como quisieras buscar y encontrar.

¿Te las perderás el año que viene o las has podido disfrutar este año?