María José Segura es de esas personas inquietas que no han parado de aprender y formarse en moda porque siempre sienten que les falta algo más. La perfección les lleva a la búsqueda de la mejora constantemente y eso explica su necesidad de nuevos conocimientos. Justo este año vuelve a la pasarela, por lo que no está de más conocer un poquito de una diseñadora tan prolífica como ella.
Su biografía profesional está repleta de paradas a lo largo de un recorrido que le ha ido llevando por distintas estaciones para, una vez asimilado lo necesario, volver a subir al tren y proseguir hasta la siguiente. Esa manera de realizar su recorrido profesional es la que le ha llevado a poseer el capital de conocimiento del que dispone ahora.
Pronto su afición desde pequeña por la aguja la fue llevando a la necesidad de buscar formación. Digamos que primero estudió aquello que le aseguraría un puesto de trabajo y después se dispuso a instruirse en lo que más amaba y ama: diseñar. Así que tras cuatro largos años de estudio en Goymar, Escuela Superior de Moda de Sevilla, hace sus maletas para dirigirse a su primera parada en Madrid. Concretamente en el taller de Franc Sarabia, donde comenzaría a poner en práctica lo aprendido, además de desarrollar otras facetas que comprenden la elaboración de una colección, imprescindibles por muy administrativas que puedan ser.
Le siguen Blue Myth, Basaldúa y así hasta verse inmersa en labores docentes en la Escuela-Taller de Sastrería de Palacio Real de Madrid. Momento tras el cual monta su primer atelier en esta ciudad, recibiendo, un tiempo después, un encargo de los que dejan huella a cualquier diseñador: la elaboración del vestuario para la segunda temporada de la serie Isabel de Televisión Española (tve). No todos los días surgen oportunidades de trabajar en cine o en televisión.
Pero no es esta la única faceta de María José Segura. Como ya te he comentado su trayectoria está siendo larga y fructífera. De hecho, su nacimiento en Antequera añade a la lista de habilidades la de creación de moda flamenca, pues su gusto por los lunares y volantes es algo que viene añadido por ser de donde es. Son cosas que da la tierra, no puden evitarse. Fue en SIMOF, pasarela con casi un cuarto de siglo de historia, donde dio sus primeros pasos flamencos. Y justo en los comienzos de la misma, siendo la última vez que sus flamencas formaron parte de ella allá por el 2003.
Pero este 2017, catorce años después, ha significado para María José Segura su vuelta a la pasarela, creando una colección de moda flamenca donde la fusión del japonés y el flamenco intenta plasmarse en textiles fruncidos de los que sesean al aire mientras caminas. Son sus ‘Geishas flamencas’ las culpables de este regreso a los desfiles.
Pero hablemos de sus novias y de sus propuestas de fiesta, de esta faceta no flamenca que es la que más ha desarrollado durante todo este tiempo en Madrid.
Sus diseños se enfocan a mujeres desde los 18 en adelante, dado que entre sus creaciones se encuentran propuestas frescas y vibrantes como ésta. Donde el asimétrico fruncido en forma de capa, se estampa de flores en tonos fresa y mandarina, a juego con un pantalón capri en un tafetán de seda al tono, en ese fucsia que ya se va ocupando de coger protagonismo en los primeros compases de esta temporada de primavera 2017. ¡¡Apúntate a este tono de rosa!!
No podían faltar en sus colección los kimonos, dado que la inspiración oriental que ha guíado sus flamencas también ha invadido el resto de sus bocetos. Precisamente es una de mis piezas favoritas. La mantendría en el armario y no me limitaría a usarlo en ciertas ocasiones. Es un capricho de los que gustan vestir a todas horas, por lo que cualquier excusa sería válida para lucirlo.
En seda y en una tonalidad suave y delicada, una falda mini plagada de plumas al tono combinadas con un cuello alto y sin mangas, en este tejidos etéreos de los que te marcan la silueta sin señalar michelines. Perfecto para cuando no te ha dado tiempo de cumplir a rajatabla la operación bikini, por tanto básico de armario BBC (Bodas, Bautizos y Comuniones).
Para la noche el glamour está servido hasta con los lunares. Nada mejor que optar por nuestro estampado. María José Segura los ha elegido para un sin mangas de espalda descubierta y cola. En otros de sus diseños, la falda tulipán se alarga para tapar tobillos y tablearse tipo plisado como las falditas del colegio de cuadros madrás. Pieza que se combina con la elegancia de un top de solapa cruzada y mangas abullonadas, de las que se rematan en puños con botones forrados.
Pero mi favorito, de los que emboban, es este dos piezas con corpiño y falda con motivos florales de doble largo. Pero del que sólo permite se te vean los pies, dejando por detrás que la falda acaricie el suelo unos centímetros. Propuesta elegante la mires por donde la mires. ¡¡Simplemente bello!!
Pero no sólo vuelos y siluetas desmarcadas son las que dibuja María José Segura en sus bocetos. También se deja llevar su lápiz por trazos que contornear caderas y marcan cintura y busto en silueta sirena. Aquí la remata en escote barco con capa que acaba a la espalada. Su vuelo evasé es discreto, el adecuado para compensar el otro que dibuja suavemente sobre los hombros a modo de capa tapando hasta el pecho.
Para novias imagina una mujer coqueta, con la dulzura propia que aporta la inocencia que se tiene ante cualquier cambio en tu vida. La ilusión de lo que está por llegar. Así, las crea sencillas, sin demasiados elementos, dejando que sean los tejidos los que acaparen miradas, dejándose llevar por el minimalismo.
Y sin no observa este vestido de novia estilo princesa donde el talle se define con un textil bordado y el resto con un vuelo en tul de seda sin límite a los metros fruncidos. No necesita nada más para que te sientas novia.
O este otro, que se estampa con pedrería colocada para contornear los dibujos florales que se reparten a lo largo del vestido sobre una seda transparente, vistiendo así a otro realizado en un satén entallado de tirantas minúsculas al tono del textil que reposa sobre él. Un vestido se superpone a otro para sumarse en uno sólo, al que se le pude tildar de vestido joya, fiel reflejo de las horas de trabajo que conlleva la confección a medida.
No quiero acabar el post sin hablaros un poco más de su manera de hacer flamenca. Sus diseños bien pueden calificarse de clásicos, a los que añade ingredientes que sutilmente renuevan los volantes y lunares de siempre. Así a un básico feriante del que os dejé foto al comienzo del post, le añade flecos al escote uve y se los cruza, acorde con la tendencia de temporada y cuyo largo extra hemos visto que se ha impuesto en pasarela, acariciando el talle más allá de las caderas.
En este otro, el cuerpo en guipur y el vuelo de enaguas que asoman por detrás desde muy arriba, se equilibran en armonía de tonos, consiguiendo un traje de flamenca de los que parecen nuevos cada vez que te los pones. ¿Acaso es de los que puedas dejar de mirar?
De alguna manera, su estancia en Madrid lejos de cortar su cordón umbilical con los volantes, lo ha reforzado. María José Segura desde su taller sigue creando flamencas a medida, como hace con el resto de sus creaciones, y al capricho de la clienta. Tiene el privilegio de vestirlas allí, en Madrid, para que viajen hasta aquí, hasta Sevilla, a disfrutar de la Feria de Abril. Además, el estilismo lo elabora al completo, enseñándoles, incluso, cómo colocarse las flores. Sin duda es un honor que alguien desde tan lejos se encargue de propagar la moda flamenca durante todo el año, como igualmente ocurre en otros lugares. ¡¡Gracias por volver María José Segura!!
Imágenes cedidas por la firma. Autoría: Yo soy más