Son esos momentos de ausencia de voluntad, en la que la quebrada libertad desaparece como palabra y concepto de la existencia. Momentos eternos en los que se pierde la fuerza, pero no la valentía, se pierde la felicidad, pero no el coraje. Se necesita sólo un instante para recobrar lo que éramos y sentíamos. Ése en el que encontramos la llave de la jaula para escapar. Y volamos.
Todo esto es Mi vuelo, la nueva colección de Eli Martín, que evoca ese instante en el que se recuperan coraje y fuerza, se grita basta y se escribe LIBERTAD en mayúsculas. Así es su colección flamenca, volantes llenos de espíritus libres con ganas de salir al mundo y vivirlo de todas las maneras posibles que se pueda.
Su estampado, diseñado por la firma en exclusiva para esta colección, es su expresión de esperanza y resiliencia. Colibrí, flores, lunares y jaulas, para una paleta de colores variada con todo el peso simbólico del lila para sus diseños.
El primero de sus diseños viene a expresar esa libertad de hacer lo que quiero. De imaginar sólo volantes para crear un vestido. Pues, si te dicen que con un par de volantes al bies estarás vestida, no te lo crees. Hay que verlo. Y aquí tienes la muestra. Esta pareja de rizados al aire, se colocan para crear asimetría en hombros, consiguiendo así, mira tú por donde, una manga. Y, además, en el tamaño adecuado, suficiente, por cierto, para lucir un talle de largo mini que se convierte en un verdadero capricho de armario feriante.
A ver. Con el segundo diseño presentado, si te parece, comienzo por definirlo tal que así: silueta sirena de cascada de volantes al hilo, surgida en cintura para un negro de volante dulce ribeteado en blanco. Se remata con vuelos de estampado exclusivo que repite en chaquetilla, marcando hombro, escote de cuello caja y mangas.
Pero, ahhhh … ¡Sorpresa! Que lo que parece ser desfilado y de frente, no es lo mismo que ven desfilar las gradas laterales en pasarela: estilismo pantalón. De nuevo, ver para creer, y de, nuevo, nos aporta una soberbia opción al tradicional traje de flamenca. El estilismo pantalón para flamenca se ha intentado y versionado en multitud de ocasiones. Pero no siempre se consigue un resultado estéticamente bello. Éste, sin duda, no sólo es bello, sino que impacta.
Con el tercer diseño desfilando en pasarela, ya tenemos el primer traje de flamenca al uso de Mi vuelo. Pero con esos cambios que lo hacen suyo. Veamos cómo lo hace. El tejido exclusivo de colibrís, se añade con un corte al bies en caderas, para un cuello halter que se cuaja de volantitos a modo de rosas que caen de cuello a hombros, dejando éstos al descubierto, al igual que los brazos. Y a lo que se suma un escote isósceles generoso y volantes al hilo, por partida doble, en un imprescindible rojo flamenco.
De todos quizás sea este, en verde plomo, su favorito. Imaginado con cuello caja para crear escote vertical tipo gota, en una asimetría textil, que combina el liso con el estampado alado. Prosigue con esa apertura lateral del vuelo, que dibuja con delicadeza, y que se conforma en el bajo con enagua de tul.
Teniendo presente ese tándem estampado y liso, deja el talle para estampar hasta las caderas con volantes al hilo de caída dulce. De nuevo mismo tipo de escote vertical que repite, pero hasta el infinito, con el volanteo de enaguas canasteras a la vista en lila. Perfecto para este morado que sobre ellas reposan. De nuevo, las disparidad asimétrica en mangas también, con descaro y a la vista, en la que la manga globo se desmesura en codo con el volanteo requerido.
Será este mismo concepto de manga el adecuado para este otro diseño. Pero aquí se duplica, por tanto, no hay asimetría, y se exentan, además, del traje de flamenca para convertir, un palabra de honor, en un escote Bardot.
De talle ceñido y nesgas en el vuelo, la armonía en el resto del vestido es la tónica predominante, creando paralelismo entre el estampado de mangas y el comienzo del volante de capa en falda. Y todo, en el dúo textil, hilo conductor de la colección, en el que el liso se mezcla con el estampado que Eli Martín ideó para su firma.
Acompañado de un amarillo vibrante y poderoso, elegido para tintar esta bata de cola de doble largo que cierra el desfile y que simboliza esa victoria tras una mala decisión, esa vida que nos llega en el futuro, que ya tocamos con los dedos, y esa riqueza de libertad y voluntad propia, que no malgastaremos y emplearemos con destreza.