Este año la Mercedes Benz Fashion Week Madrid se ha ido de vacaciones con los deberes hechos. Y es que la pasarela ha querido sumarse al cambio de fechas que se está produciendo a nivel internacional, llevando la suya en el calendario hasta el seis de julio, consiguiendo así ser la primera de todas. Novedad principal de la edición número 68, en la que el devenir del primer día de desfiles no se amoldó al típico programa de pasarela con localización estática. Así, los lugares de eventos de moda y presentaciones de desfiles, se organizaron en base a un orden temporal y se fueron distribuyendo a lo largo del día por todo Madrid, convirtiendo a la capital en pasarela de moda.
También comenzaba de una manera distinta con Desigual, hablando sobre moda, la identidad de la moda callejera y el estilismo como mensaje que te identifica, junto a la celebración de talleres de moda y una muestra de artesanos.
De allí, sin prisas, pero sin pausa, se pasaba a otra zona de la ciudad, cerca de La Ventas, para conocer la nueva colección de Pilar Dalbat. Al aire libre, para palpar el correcto movimiento de sus diseños en la calle, pero en silencio, enmudeciendo a la pasarela, lo que se llama a deaf runway, para ser oída mediante cascos, individualizando el momento.
Oversize, vuelos tableados al hilo y mecla de estilos, tanto desestructurado como geométrico, con preferencia por la forma triangular, vienen a ser los principales ingredientes de su nueva colección Zona Norte para el próximo verano, el del 19.
Tras ella, tocaba cambiar de escenario en la MBFWMadrid, justo en el otro extremo de la ciudad para empaparnos de la performance de Oteyza y su nueva colección bailada por el Ballet Nacional de España. Porque no fue desfilada al uso, sino paseada al compás. Todo un gusto y deleite para los cinco sentidos, contemplando, en su esplendor, como se abrían las pinzas fuelle de sus chaquetas de tejidos ligeros y sin forrar, apreciando, también, esa fila de botones forrados al tono que unen los dos lados de un traje de chaqueta sin solapas. Éstos, entre otros elementos, le sirvieron para presentar a su caballero español, lleno de raíces germinadas en el XXI.
Tras el café, sin demasiada parsimonia, el ritmo seguía, tomando el pulso a los trajes sastre presentados por Ángel Schlesser en su nueva colección, quien viste a la mujer urbanita y sofisticada con sencillez de largo midi y estructuras amplias, empleadas para pantalones y gabardinas que se ajustan a la cintura, entre otras piezas, con algún detalle atrapa miradas. Como los maxi botones, que se desvían de la línea minimalista que rige gran parte de su colección, a la vez que se dejan contrastar con la gama de amarillos, llegando a incluir el naranja flúor en un abrigo de verano sin botones de diseño recto.
Esta última colección está firmada por Daniel Rabaneda, director creativo de la firma y del que ya puede ver en Code41 Trending su manera de hacer moda.
Para acabar la tarde, Shoop presentaba una colección con la que mostraba la estrecha relación que hoy día tenemos con el deporte y cómo se ha integrado en nuestra rutina. Mostrando así estilismos en los que los traje sastre se mezclaban con deportivas y camisetas y las cinturas plisadas se acompañaban de camisas abotonadas y cazadoras amplias. Todo bajo otro prisma, también tendencia, como es la vertiente unisex de este tipo de prendas, a medio camino entre lo casual y lo políticamente correcto para acudir a la oficina.
No quiero olvidarme de citar la Pop Up, o tienda efímera, que Palomo Spain celebró simultánea a la pasarela. Se desarrolló en el Only YOU Boutique Hotel, en el Salón Azul y constituía una buena oportunidad, sin duda, para tomar contacto con sus diseños o, simplemente, conocer lo último de Palomo Spain de cerca
Imágenes Image.net-MBFWMadrid, para Con Acento Artesano