Érase una vez un paseo por Sevilla que me hizo atravesar el centro histórico para llegar a la calle Arrayán, donde diseñadores independientes ofrecían sus creaciones durante sólo tres días a todo aquel que se las quisiera comprar, dónde la comida de Lola Catering y la música no faltaron para animar. Érase una vez la historia de la VIII Edición de Muchomasmarket, aunque sería mejor especificar que esta será la narración de lo que ví y más me impactó o sorprendió.
Acudí en la mañana del domingo algo tarde, pero con igual entusiasmo como si fuera la primera edición. En la recta final de Muchomasmarket, guiada por Patricia, Ana y sus otras dos organizadoras, no sólo conoces a los participantes sino también qué tal ha sido su evolución y desarrollo de estos días. Os aseguro que en ciertos momentos era difícil ver los stands con tanto curioso y comprador paseando.
Al entrar te recibían tres coronas de madera, como si de los tres Reyes Magos se tratara, sostenidas por una cuerda entre un andamiaje y otro, sin obviar la zona para parking de bicis a la derecha, el gran cubículo de tickets de caja, donde todo cabe, y la pequeña pizarra anunciando que al fondo te toparás con las delicias culinarias de Lola Catering, las cuales constato que así son. La estructura y aspecto de Muchomasmarket, diseñada por Espacio 18b, quiere ser, a partir de ahora, su seña de identidad, una característica más propia de este mercadillo semestral, pues sus organizadoras sienten que este evento ha alcanzado su madurez, así que, como tal, van haciendo suyas singularidades de cada edición. Eso sí, tomar nota de la dirección de éste último para volver a ella dentro de 6 meses es inútil, pues aún conservan el alma nómada, por lo que sigue siendo diferente siempre el lugar de celebración. No olvides que el próximo será para la primavera.
Mis firmas artesanas favoritas en Muchomasmarket
Tras pasar bajo las coronas, a la derecha, encontrabas firmas artesanas como Bibí, con sus pulseras y collares de piel de italiana y argentina acompañados de piedras realizadas con resina y polvo de turquesa. Junto a ellas las ilustraciones de Annie’s Fingers, sobre artistas de la talla de Dalí o Frida Khalo y cuentos, para vestir espejitos, broches, chapas y libretitas, entre otros.
Muy cerquita collares sorprendentes y de materiales reciclados, como tuercas, tornillos y ramitas de la Sierra de Cazorla o piedras de Cabo de Gata, bajo el nombre de eMedePetra. Ropita, como en todos, haberlas las hubo, eso sí….. ¡¡¡Diseño propio!!! ¡¡Hurra!! Debaga, La niña pobre y Ulumulu que, además, tienen en marcha un proyecto conjunto siendo en primavera cuando presentarán su primer desfile urbano bajo el nombre de La Fibra.
La niña pobre emplea en sus diseños tejidos setenteros encontrados en un almacén de Oviedo, al que vuelve siempre que puede, con un 80% de lana, lo cual está lleno de ventajas, pues puedes ir en invierno con camisa y abrigo.
Vaya si dí saltos de alegría cuando me topé con el stand de Dpnitas. ¡¡¡Ufff!!! ¡¡Emocionante conocer en persona y poder tocar creaciones de quien admiras!! Dpnitas también realiza ilustraciones pero de un talante singular, pues la mujer picassiana que traza es natural, llena de imperfecciones e irregularidades, sin complejos, de pechos bizcos y enormes ojos, con un aspecto entrañable y tierno, dulce como lo es mamá. Sus piezas expresan un locura bella y sus favoritas son las plasmadas en piedras, como las que dibujaba, por encargo de una asociación de mujeres: Red de Feministas de Murcia, mientras se celebró el Mucho Más Market. Ahora también decora ropita bebé como zapatitos, baberos y braguitas a juego. Me recordó al estilo rock and roll de Mari Cosi, una de las participantes en el Gran Soho Alameda en alguna que otra edición.
Ana Salas tenía su stand situado justo a la entrada, al comienzo del recorrido, con pequeñas y delicadas piezas en porcelana de limoge montadas para joyería en plata bañada en oro amarillo o rosa, y en gres otras frágiles, muy, muy finas como tazas y cuencos, rozando los límites de la rotura y apoyados sobre platos realizados con moldes de los años 20. Coquetas y muy decorativas sus cajitas pintadas y trabajadas a mano, con multitud de usos, perfectas para enmarcar pequeños ciervos con ramitas de naturaleza en el lomo. Todo basado en un minimalismo, lleno de sencillez y fragilidad, para las pequeñas piezas que elabora. No obvia detalles, por lo que ha ideado un curioso packaging en forma de pirámide, para pequeñas creaciones, y otro con multitud de oportunidades de uso, como es la envoltura textil, a la antigüa, como antaño.
Casi para el final volví a conversar con quien me recibió en primera instancia al llegar al Mucho Mas Market. De Loulitas y de sus colecciones reversibles es imposible no hablar. Es magia que con una prenda puedas cambiar de camisola a pantalón o vestido, según te convenga. Vaya, la prenda perfecta para planes inesperados. Ella misma posó para la foto con una de sus piezas. ¿Y el bolso gorro? ¿No lo conoces? ¡¡Ves por qué hay que acudir a estos mercadillos independientes!!
Y cierro con quien casi se queda sin stand antes de acabar el Muchomasmarket. No te asustes que no fue nada grave sino justo lo que todo vendedor de mercadillo desea: lo vendió todo. Parte de las piezas expuestas se las dejaron hasta acabar el Muchomasmarket y así no tener el stand desangelado. La Trementina recicla y reutiliza muebles antigüos o modernos y los transforma, respetando siempre la pieza original. Su pasión por la ilustración y sus conocimientos en Bellas Artes dan lugar lo que ves, a cajas de vino pintadas, con una nueva vida por gastar, y a baúles con un nuevo aspecto del que presumir.
¿Conocías Muchomasmarket? Las citas son dos al año, una ahora, previa a la Navidad, y otra en Primavera.
¿Te perderás la Novena Edición? No lo hagas, siempre, siempre, encontrarás participantes nuevos.