Pilar Rubio en SIMOF 2016: Desde mis entrañas

¡¡¡Qué bueno ser invisible y disfrutar de ‘momentos mosquita’!!! ¿¿¿Nunca habéis querido ser insecto alado para otear de cerca, que no en la distancia, aquello que os perdéis??? ¿¿¿¿No???? ¡¡¡¡Pues yo sí!!!! Alma cotilla… Y este año he podido serlo gracias a un pasaporte al otro lado, cargada con un aparato a lo gran hermano, procurando colocarme donde no estorbara y abriendo los ojos de par en par, para así poder contemplar las entrañas de SIMOF, ésas que ceden espacio a las de Pilar Rubio para que puedan componerse como deben antes de permitir que el resto de pares de ojos congregados a un lado y otro de la pasarela puedan marcarlas con la mirada, como ya hemos podido hacerlo unos cuantos afortunados en backstage.

Porque la luz de bambalinas es diferente, el aire que se respira también lo es, con un contraluz que embellece lunares y volantes, dibujando siluetas flamencas de claro-oscuros que se tornan musicales en gargantas como las de Laura Gallego, que le dan sintonía a capela a esos momentos inolvidables, en los que se canta en penumbra al amigo, a quien te ha colocado la flor o a quien acabas de conocer que te ha ayudado con esto o aquello, siendo simplemente una letras en voz alta para quien sabe modularlas con ese timbre a sentimiento bonito, de los que emocionan e impregnan el sabor flamenco que se paladea en SIMOF siempre a principios de febrero. ¡¡¡Qué bonito lo hiciste Laura!!! ¡¡Menudo nudo de esos que ahogan y no aprietan!!

El trajín entre estos módulos tiene un color especial, con prisas pero sin pausa, donde a pesar de portar el objetivo indiscreto, ese que captura imágenes, te mimetizas en el entorno para atrapar instantes y detalles en distancias cortas, como pendientes y maxi brazaletes que tan sólo puedes contemplar unos segundos en pasarela y que, aquí, puedes casi tocarlos, digo lo de casi porque el respeto por el trabajo ajeno me impide cruzar ciertas líneas, por absurdo que parezca, así que prefiero tocarlo con la vista.

No hubo ni un sólo minuto en que mis ojos no se inquietaran, era imposible tenerlos quietos y mirar hacia un sólo lugar más de 30 segundos. Así que los puse en modo acecho para procurar no obviar nada, moviéndolos de un lado a otro, tropezando en ocasiones con mangas inconfundibles, a lo Pilar Rubio, que se te cruzan y dejan estampas como ésta, en la que al fondo se adivinan algunos más de sus trajes y a ella misma con Pedro conversando, probablemente, sobre los últimos detalles del desfile.

Desde mis entrañas …

El desfile de Pilar Rubio en SIMOF 2016, arrancó suave, a lo clásico, con lunares y con tonos negros y rojos, donde los canasteros se salpicaban en el escote y el talle con guipur de rosas bordadas que los recorrían, inclusive en hombros, acompañándose de pendientes y abanicos pintados a mano, a capricho para cada traje de flamenca.

Su comienzo acompasado y discreto tan sólo fue un preludio de un desfile que fue ‘in crescendo’ a medida que salía cada nuevo estilismo, aumentando con delicadeza la dosis de elegancia. Lo que para otras firmas pueden ser vestidos de flamenca con los que cerrar, para ella sólo es un aperitivo con el que abrir boca, jugando un poco al despiste, pues aunque nos sienta las pautas de lo que veremos a continuación, tampoco destapa de una vez todo la esencia de su nueva colección, dosificando así a lo largo del desfile los platos fuertes.

Por cierto, de su mini colección de lunares, este estilismo 3 piezas de camisa, pantalón pitllo y chalequillo flecado ya tiene dueña.

Y de los moteados en blanco, mi favorito este dos piezas de camisa, de las suyas, de las que ni se asoma la duda que lleve su firma, con su sello ablusado de caída dulce que acompaña a canastero de talle bajo, forman parte de sus básicos, de sus constantes en sus colecciones flamencas, marcando aquí la cintura que se resalta con decoración floral en guipur al tono.

Tras ellos una colección de flores, también siempre presentes en sus propuestas primaverales, con ese canastero que deja asomar enaguas rizadas que ayudan a abrir el vuelo hacia fuera con ese especial empaque al caminar.

Contrasta trajes de flamenca que imagina de fondos suaves, como un dos piezas de camisas corsario que se recogen con cinturón ancho en piel ajustando el talle a la cintura, a otros más intensos, con la oscuridad de un negro que se clarea con la alegría de tonos los ramilletes florales, en escotes corazón y asimétricos.

No perdáis de vista el tamaño de los volantes al codo que propone para esta temporada, ya sean para esos de porte meloso u otros con cierto cuerpo, dándole ese glamour aflamencao que distingue a unas flamencas de otras.

Justo hacia la mitad del desfile suelen emerger sus propuestas camperas, combinando este año el denim y la piel para dar vida a flamencas de las que se mojan los botos o caminan durante horas en romerías. De nuevo canasteros, cortitos, o abiertos y subidos, para que asomen bien las enaguas blancas, con estilismos tan dispares como la camisa blanca conbinada con pantalón beige y faldón troquelado en piel o los zahones que revestían un dos piezas de torerita.

De todos, mi favorito es de esos que parecen ‘desganaos’, ésos donde el desorden ordenado es precisamente lo que les hace bellos, pues una falda canastera de las encajadas en cintura gracias a cada puntada, que se decora a los lados para contornear caderas y se combina con una camiseta de tirantas blancas, al tono de los refajos, para cubrirse con camisa desproporcionada, de asimetría en hombros y mangas, dejándose caer a un lado, para compensar cómo cubre el brazo entero al otro, es lo que hace a su flamenca diferente, de las que no pasan desapercibidas y te provocan el giro de cabeza, sinónimos de arrepentimientos por la falta de búsqueda del traje de flamenca perfecto.

Y tras la tosquedad que requiere el estilo campero, cambiamos de tercio y nos enfundamos en el glamour del Hollywood en blanco y negro pero en versión cándida, tomando el tono maquillaje y una pincelada en gris, que se está dejando ver este año en pasarela como tono tendencia.

Así, el corte imperio de escote uve y cinturita de avispa a lo Rita Hayworth, de mangas abullonadas a la muñeca con puño de tramo largo, junto con la dulzura de tejidos en seda que se abren en evasé, se decoran con piezas metálicas o textiles en color oro, realzando así el minimalismo de una mini colección donde los diseños se defienden como debe ser, a base de patronaje, sin más enredos que los propios de costuras sencillas, donde la dificultad que entraña radica en cómo se colocan, para dejar que cinturones, aplicaciones bordadas o capotes de lujo a lo torero pongan la nota que necesita cada traje de flamenca.

La suavidad de la coquetería neoyorquina se dejó cautivar por los rojos de Pilar Rubio, apartándose a un lado para dejar sitio a volantes de los que se mueven con vaivenes rotundos de lado a lado sobre los espejos negros de SIMOF que siempre contemplan, desde otra perspectiva, el seseo de tejidos fruncidos, en este caso teñidos de rojo.

¡¡¡Qué mejor manera de presentarlos que con unos taconeos flamencos!!! Así, Manuela López Escobar nos fue dando pellizcos con cada giro que dibujaba en carmín con un dos piezas de tirantes en pitón y muñecas flecadas, mientras Manué D’La Momi le iba marcando con el cante las pautas del baile, llenando sólo ellos estos momentos flamencos que forman parte de los desfiles de Pilar Rubio y que quedaría al completo con el posterior cierre verbal en verso cantado de Laura Gallego.

Difícil escoger uno de todos, pero quizás este de cuello halter, con cadenas de piezas facetadas al tono rematadas con borlones a la espalda, sea el que daba la nota singular entre sus compañeros grana.

Tampoco quiero dejar de hablar del singular movimiento de volantes de este otro, donde el encaje y el raso de seda se combinan para traje de flamenca de talle bajo y doble volante al hilo, con mangas que no son más que una pequeña versión equilibrada de los metros y metros que se mueven al andar acariciando el suelo.

Complementos flamencos Pilar Rubio

En esta colección no ha habido ni un solo complemento que no haya trazado en bocetos Pilar Rubio, por eso bautizar sus propuestas flamencas para esta primavera como ‘Desde mis Entrañas’ es una definición correcta y acertada, pues nos ha imaginado de arriba abajo, sin dejar nada a sugerencias de terceros, creando así una de las colecciones de moda flamenca más completas de las que este año se han visto en pasarela.

Para los pendientes, pulseras, brazaletes y cinturones en piel y en pitón, ha contado con la colaboración del Guardanés Artesano, que ha dado vida a las piezas que Pilar Rubio ha creado en exclusiva para cada estilismo flamenco.

Los abanicos que se han visto en su desfile, son pintados a mano por Encarnita Bonilla para Pilar Rubio que, siguiendo las directrices de la diseñadora, ha plasmado los estampados de cada traje de flamenca con el que se ha conjuntado.

El resto de complementos que has podido disfrutar a lo largo del post en diferentes fotos también han sido diseñados y creados por Pilar Rubio, estrenándose así para SIMOF como diseñadora de complementos, imaginando aretes XXL en piezas metálicas, en piel o en raso, que se enreversan en el rosco colgante del que se prenden flores y demás accesorios, pues eso de unos buenos pendientes y una flor para flamenca siguen siendo la base del atuendo mínimo feriante.

Por cierto, los zapatos que se han lucido en pasarela también son de la firma, pues Pilar Rubio pretende que una vez que acudas a elegir tu traje puedas salir de su atelier con todos los detalles que necesites, pues lo de dar vueltas cargada con los volantes para encontrar el complemento perfecto pasa a ser historia una vez atraviesas el umbral de su puerta.

Los mantoncillos han sido los grandes ausentes entre sus volantes, aunque tampoco te percatas en el primer diseño, pues, al menos yo, simplemente al hacer balance del desfile para plasmarlo por escrito ha sido el origen de advertirlo. Lo más parecido que se ha dejado ver ha sido la capita a lo capote torero que se ata a la cintura a un lado en uno de sus talles en maquillaje.

Tras este desfile mis sensaciones son que Pilar Rubio aún no ha tocado techo. Sí, se ha puesto el listón más alto, pero ella es capaz de superarlo para el próximo año, además sin problemas, pues se denotan en sus puntadas flamencas que tiene mucho potencial aún por dibujar en volantes, definiendo su estilo elegante cada año un poquito más, pero dejando siempre abiertas puertas a la sorpresa, sin enmarcarse demasiado en las tendencias sino en lo que le apetece crear, como hacen los grandes. Nada más tienes que ver que la subida del talle que tanto han procurado incluir la gran mayoría de diseñadores en sus vestidos, en los suyos ni se atisban. ¡¡¡Ganas de ver más de tí, de cómo nos seguirás ideando para ir vestidas con revuelo de volantes!!!