Sus desfiles son de los de ‘overbooking’, esos en los que contemplas como un interminable reguero de pares de ojos fieles e inquietos, que eso de hacer cola media hora antes cansa, van ubicándose en cada silla, las de este año numeradas, hasta no verse ni un solo asiento rojo o blanco y siempre, siempre con la ayuda de aquellos quienes tienen su mejor sonrisa preparada para ti justo tras el instante en que se abren las puertas de cristal. El murmullo y el aria de Carmen, sonidos propios del acomodo de asistentes para este We Love Flamenco 2016, se fueron apagando tenuemente hasta alcanzar el silencio, coincidiendo con la iluminación en penumbra que precede al comienzo del desfile. ¡¡¡Sssshh!!! ¡¡¡El torbellino de color de Pol Nuñez va a comenzar!!!
Todos los testigos de la presentación de los nuevos volantes para la primavera flamenca ya han llegado y esperan para conocer sus primeros colores y volantes mirando al frente, sin pestañear. Son algo más de las 8 y media de la tarde del pasado jueves 14 de enero y, por fin, la primera modelo aparece. Tras ella, se encienden las lámparas del salón y otras tantas propuestas se destapan en esos tonos intensos del día, los más cálidos, novedosos entre sus diseños pero interpretados por ella, por Delia, a su manera.
Comienza la ventolera colorista a inundar el Alfonso XIII con tierras y anaranjados pero de intensidad suave, con volantes al hilo de tamaño pequeño para ese vuelo comedido propio de sus trajes, que en esta colección nacen, algunos desde la cintura, otros desde la cadera, pareciendo jugar al degradé con el empleo de varias tonalidades del mandarina, contrastándolas con otros tonos tierra beiges y tostados para delimitar bloques. Introduce así nuevos colores en su paleta cromática, pero con una intensidad suave.
Este arranque condensa la expresión que da nombre al ramillete de sus nuevos diseños, donde una mujer ‘mirando al frente’ lo ve todo de otra manera, en otros colores, guiándose hacia lo que pretende sin distracciones, sin dejar de ser ella misma, porque sólo ella puede imprimirle la garra y valentía necesaria.

Así, Pol Nuñez aglutina bajo una misma colección a distintos tipos de ‘sentires flamencos’, el del día y la noche, el del camino rociero y el lunes del pescaíto o el de ‘no tengo ganas de vestirme de flamenca pero quiero unos volantes y unos cuantos de lunares ‘salpicaos’’, o lo que es lo mismo, algo de pret-a-porter con aires flamencos.
Para su nueva colección junto a los colores de siempre y a los nuevos para esta temporada, escoge estampados no florales, como el cashmere o el animal print, no siendo Pol Nuñez la única firma que ha apostado por estos moteados irregulares como los nuevos lunares flamencos.
Pero volviendo a un par de párrafos arriba, a esas flamencas que se sienten ‘olé’ pero que se cansan del canastero y el mantoncillo, Pol Nuñez diseña distintos estilismos, desde el pantalón a juego con vestido tobillero y camisero (del que os he dejado imágen un poco más arriba y que luce Lola Alcocer), hasta el poncho flecado, pasando por mis favoritos, unos palazzos de lunares con volantes en cada pernera que, de no ser por cómo Carmen Bascón movía los metros y metros de tela, habría sido difícil adivinar el corte vertical de la falda. Como contraste, un cinturón ancho en rojo, que tanto gusta Pol Nuñez incluir en sus diseños, al tono de los vivos del pantalón que se combina con camisa sastre de botonadura blanca.

Su sello patchwork en todos los colores del arco iris perdura en canasteros, volantes cosidos al hilo y en batas de talle alto plagadas de micro volantes cortados, de ésos mezclados en ese orden desordenado que tan bien se le da y que ejecuta sin demasiada reflexión pues no la necesita, posee esa habilidad, la de combinar sin errar con un solo vistazo.
Otro de mis favoritos es esta bata rociera en blanco y estampado de ramilletes negros de tejido fruncido, que parece formar jaretas suaves gracias a costuras paralelas y horizontales. Me imagino con ella a todas horas, en verano y primavera, no sólo en Feria, paseando por una playa gaditana descalza al atardecer y levantando el vuelo para cuidarlo de la sal del mar. Sin duda es una muestra que Pol Nuñez consigue lo que pretende, que pienses que la moda flamenca es mucho más que unos volantes para una semana del mes de abril y que, según qué diseño, lo puedes sacar de ciertas fechas del calendario y colocarlo en otras.
Complementos para ‘Mirando al frente’ de Pol Nuñez
Los mantoncillos son de la colección de edición limitada ‘Pavos reales’, creada para los trajes de este año, sobre todo para destacar sobre los textiles lisos, como el traje de noche con el que cierra su desfile y que amenizaba su paso la voz de Julia Halcón.
Las cabezas Pol Nuñez este año no están tan repletas de complementos como las que disfrutamos el año pasado a lo Frida Khalo de su anterior colección ‘Más que lunares’, dejando flores sólo para la parte de arriba, al estilo rociero, o bien un par de ellas grandes o bien un ramito compacto de tamaño medio. Como peinecillos, hojas y mariposas de metal dorado a un lado y por parejas, marcando las ondas al agua del peinado, complementándose con pendientes, la mayoría aretes y lágrimas. Eso sí, los moños bajos se quedan recogidos por una rejilla de terciopelo de madroños de colores, vistas del color que vistas, similares a los que lucen las piconeras de Cádiz.
Otros complementos son las bandoleritas de solapa en rafia sobre la que caen collares largos, pues para eso sus flamencas son hippie chic de mangas cortas cortadas para hombros desnudos con volantes y tirantes o escotes barco para mangas cortas de flecos.
Una vez más la espera mereció la pena y el reloj dejó de existir mientras sus flamencas se paseaban por el Alfonso XIII. ¡¡¡Gracias Pol Nuñez por llenar de color la pasarela We Love Flamenco 2016!!!