A aquella que ha podido conocer y tocar Rebeca Moda Flamenca en su última escapada viajera. Esas que se hace para desconectar, porque las que acentúan distancias propician grandes proyectos. A menudo sin saberlo, más bien sin pretenderlo. Pero surge porque es inevitable parar la creatividad.
Así es como surge Nolita, ¿o debo escribir NoLiTa (sílabas de North of Little Italy) en honor del barrio de Manhattan en el que se inspira la nueva colección de moda flamenca de la firma? Pues haber hay muchos lugares en el mundo. Pero cruzar el Atlántico para toparte con uno que lejos de ser dispar, te hace sentir como en casa, es algo extraordinario y único. Y eso es lo que le sucedió a Rebeca Moda Flamenca mientras paseaba por las calles de esta zona del Downtown, lo que vendría a ser el centro de cualquier ciudad, la parte histórica, dado que en la isla de Manhattan es donde nació Nueva York.
Y así es como NoLITa trae acepciones e ingredientes italianos a su manera de hacer flamencas, pues esta zona de Nueva York surgió por los italianos que al llegar al país se instalaban allí. Dando lugar, entonces, a su pequeño mundo italiano dentro de esta gran ciudad y, ahora, a un ramillete de caprichos con elementos textiles propios de la Dolce Vita y esos años de posguerra en la década de los 40 y 50, que hicieron de la moda italiana el gran rival de la francesa.
De ahí que se marquen mucho las cinturas, se haga uso de cuellos halter para propuestas aflamencadas, aparezcan largos lady likes, se opten por chaquetas para complementar estilismos de pantalón, con grandes lazadas al cuello para camisas, también esos vestidos lolita, que insinúan sin marcar, tienen sitio entre sus diseños para los que ha imaginado multitud de escotes y mangas, tantos y tantas como trajes de flamenca ha presentado en pasarela.
¡¡Sí!! Tal y como puede comprobarse la diseñadora ha venido real e intensamente prendada de lo visto y vivido al otro lado del Atlántico. Y eso nos permite descubrir más y mejor aspectos de la firma, de la línea creativa, que supone, además, un gran salto con respecto a la colección desfilada el año pasado en Pasarela Flamenca Granada.
Osa emplear grises, a la par que tonos pastel, sin descartar lunares verticales y tonos vibrantes, dejando de lado para su nueva colección de trajes de flamencas los estampados de flores, que los reserva para sus estilismos aflamencados o de Noche del Pescaíto, y haciendo hincapié en los contrastes.
De esos grisáceos, el cuello halter de lazada de seda, las mangas corsario semitransparente y el corte palabra de honor, complican un diseño de estampado atípico, marmolado, que reserva la sencillez para el trío de volantes de capa, que hacen ese efecto degradé con la ayuda de un par de tonos más.
Como por ejemplo este estilismo dulce, rosa, brillante y delicado que luce una gran lazada en el comienzo del vuelo. Todo un capricho en volante de capa y mangas jamón para resaltar el escote abierto y generoso en este diseño ‘bienllamado’ por Rebeca Moda Flamenca ‘cuqui’, pues no puede ser más coqueto.
Coquetería que, tal y como os comentaba, contrasta con otros de colores más rudos, intensos y llamativos, pues no podría ser una inspiración correcta y adecuada si no se plasmaran los grafitis de Nueva York de alguna manera. De ahí surge este diseño de cuerpo amarillo con talle bajo y mangas ablusonadas que, al igual que el volante, es un puzzle de colores.
Pero prosigamos con los de tonalidad pastel, en los que igual que daba cuerpo a los volantes para plantearlos enroscados y recorrer desde los hombros hasta el suelo en un sin mangas, las versionaba en XXL para un clásico vuelo canastero de enaguas en suave contraste.
Dejando que, de tanto en tanto, se prodigaran propuestas para un paseo por albero feriante con look aflamencado, si eres de las que prefieren una opción más urbanita con el toque flamenco necesario. Así la diseñadora ha imaginado un corte Lolita con largo minifaldero que se cuaja de volantes para un corte imperio de lunar pequeño y manguita corta. Eso sí, con doble largo de vuelo.
En esos looks aflamencados siempre contempla opciones de pantalón y chaqueta, siendo dos en esta ocasión las que nos diseñaba. Una en esa gama de tonalidades delicadas y otra en la opción más fuerte, mezclando negro, blanco y dorado, que tanto gusta a la diseñadora y que, por otro lado, te transporta a esa década de los 80, tan presente en las pasarelas en las últimas temporadas. Pues, además, el tipo de estampado con cadenas y estribo estaban muy de moda entonces.
Para este dos piezas aflamencado, la diseñadora opta por concebir la chaqueta como única prenda a cubrir el torso, por lo que le añade un cierre de seguridad decorativo para que puedas vestirla a cuerpo. Añade un pantalón pitillo de igual estampado sobre el que reposa la discreta ondulación de la chaqueta.
La firma ha experimentado en sus diseños, incorporando elementos propios en moda que, lejos de recargar el estilismo, ha sabido integrarlos con criterio minimalista. Las mangas, el principal componente de sus cambios, los escotes, otro gran sufridor de esta evolución del afirma, hasta el punto que no hay en la colección dos patrones iguales. Y eso es gracias al trabajo previo realizado, a la elaboración con mimo, sin prisas, desde el diseño de cada traje de flamenca, hasta los complementos y flores.