Siempre es un privilegio poder observar de cerca parte del proceso de una colección. Así que cuando recibes una invitación como la que me hizo Marobe no es cuestión de responder que sí, sino de no perder el tiempo y preguntar, directamente, lugar, día y hora.
Exactamente me convocaban al shooting (o sea, sesión de fotos) para el catálogo de su nueva colección O/I, por lo que presenciaría esa etapa en la que las prendas ya tienen vida y se dejan mirar por el objetivo de la cámara, aquél que hará que queden plasmadas en imágenes. Es ése momento el que querían compartir conmigo. Lo cual es todo un halago, ya que las firmas son muy celosas de su intimidad creativa y no suelen aventurarse a compartir ciertos detalles de una colección que se presentará meses después. Además, el comentario que me hicieron entonces sobre que aún faltaban varios diseños, dejaba abierta la puerta a la sorpresa en septiembre.
Tanto esas nuevas creaciones, como las que estuvieron presentes en la sesión de fotos podrás verlas en Con Acento Artesano, dado que Marobe nos ha elegido para presentarlos aquí en exclusiva.
Era un día caluroso de fines de junio, de esos en los que el simple visionado de la manga larga se hace difícil. Comenzamos temprano. Las modelos debían prepararse, así que ellas, Lucía y Ana, junto a Lisbel, estilista, fueron las más madrugadoras. Llegaron pronto al estudio de Jesús Amarillo, fotógrafo encargado del reportaje para el catálogo, que cedió su espacio para que fuera nuestro punto de encuentro ese día. A pesar del trajín que conlleva el previo a la sesión de fotos, hubo tiempo incluso para ese segundo café, ése que te confirma que estás allí y que el día sigue su curso. Mis despertares son algo lentos en verano, similares a los caracoles cuando se asoman. Tardo en extender las antenas.
Una vez que la primera modelo estuvo preparada, parte del equipo nos trasladamos a La Cartuja, cuyos edificios metálicos y verticalidades infinitas eran el fondo geométrico y monotonal perfecto para que las prendas destacasen.
El primer estilismo que se fotografió y con el que saludó Sandra, una de las diseñadoras de Marobe, tras el carrusel en el desfile de Code41 Trending, fue éste dos piezas de manga francesa y falda lápiz que tapa rodillas en tejido con cuerpo que se combina con ese otro en animal print.
En la misma línea pero en monocolor, pudimos verlo también el desfile cerrando el bloque de azules. Marobe, así, te muestra la versatilidad de un mismo patrón, pues puede parecer diferente cambiando sólo los tejidos. En satén de seda azul marino y ribeteado en lima adquiere otro punto de vista, con una elegancia diferente a pesar de la sobriedad del color.
El desfile comenzó en esta tonalidad, ésa que a veces disipa el reinado del negro aunque admite menos combinaciones. El vestido que inició el desfile tiene la mitad del talle drapeada, de cintura a hombros, guardando sintonía con las costuras verticales de lado opuesta en la falda, que también simulan estos pliegues pero sin movimiento. Enamorada de este vestido, es perfecto candidato a postularse como inversión sin fecha de caducidad y que bien aventuraba el resto de la colección.
El siguiente proseguía la senda cromática, añadiendo gris de flores azules en las solapas que caían desde los hombros y que se ajustaban al talle, tapando un poco las mangas de largo hasta las muñecas.
Entre sus propuestas marinas, el estilismo más informal que presentaron estaba compuesto de suéter recto, de los que se despegan del cuerpo y reposan sobre los hombros. A la vez fue la única propuesta pantalón de la firma para esta temporada. Aquí, vuelven a jugar con las costuras para simular drapeados, recurso textil que caracteriza esta nueva colección. Y que encontramos tanto en los bajos de los pantalones midi como en la asimetría del chaleco estampado de flores, que toma forma gracias al puzzle tejidos en los tonos grises y azules, haciendo que este diseño resulte cómodo y que pueda definirse como un casual elegante.
Tras éste, y contrastando con el anterior, llegó el turno de una falda midi de doble largo y vuelo de capa que acompaña a un cuerpo de escote cuadrado en rojo y manga francesa, que se iguala en color al tul que aúpa el vuelo y al ribete que lo decora. Es de esas propuestas que gustan, con inspiración pin up y que te hacen ser la invitada perfecta.
Retomando el gris y los tejidos con cuerpo, salpicados de amarillo intenso, Marobe imagina dos diseños de esos que que se quedan de manera eterna en el armario. Podrás cambiar de temporada, de lugar donde guardarlo o incluso de casa, pero siempre querrás tenerlos cerca para su uso inmediato en esos eventos especiales que te permitirán disfrutar de ellos.
El primero es corto, de falda tulipán y sin mangas. Está realizado en un tejido rugoso, con mezclilla, que estimula al tacto y conquista a la vista. La profusión y peso del estampado se contrarresta con dos drapeados paralelos que acaban en la cintura y consigue estilizar y ese efecto óptico de quitar kilitos, los que añaden los estampados.Ya se sabe de la magia de las rayas verticales. Fue uno de mis favoritos del shooting. Pero, a la vista de lo visto hace unos días, nunca habría podido imaginar lo que me quedaba por ver meses después.
Recordándome a lo que Slava hizo en la última edición de La Noche en Blanco, ellas, Marobe, también han convertido en vestido de noche un tejido, a priori, propio de propuestas más abrigadas, para el día y casi, más bien, para chaquetas. Toda una sorpresa encontrarlo en un sirena de talle alto combinado con raso gris claro para el asimétrico de mangas al codo, donde el drapeado solo se pinza en un costura lateral que le da ese aspecto ondulado. Al contrario que en el talle, donde se dibujan perfectamente porque se agarran al hombro y a los lados. ¡¡¡Simplemente bello!!!
Éstos no fueron los únicos estilismos en gris y amarillo para esas citas que precisan más glamour que otras. Aún quedaban dos. Por un lado una falda de doble capa con vuelo de tablas anchas y por otro unos pantalones rectos con cintura que asemeja un cuello mao. Estos estilismos seguían sumando en positivo a una colección que rebasa con creces el listón que colocaron con Origen 1.0. Difícil decidirse por favoritos cuando lo son todos.
Para la falda, e inspirado en la moda de los siglos XVI y XVII, la camisa con vuelo en el escote redondo y puños anchos con botonaduras, se decora en las mangas, a la altura de los codos, con una pieza que se asemeja a las grogueras blancas que lucían al cuello los nobles de esa época.
El pantalón se combina con un cuerpo de espalda descubierta y cuello alto, que nace en el escote barco. Y se abraza, en donde el talle se estrecha, con una cinturilla diseñada a modo de cuello de camisa, quedando las solapas por encima del estampado como si de un talle alto se tratase.
Para cerrar el desfile, Ana Fernández, segunda finalista de Miss World Sevilla 2016, vestía su propuesta en plata con pailletes para este vestido de noche, recto, se marcaba en la cintura con capa negra. Es una muestra de sus diseños de fiesta con largo hasta los tobillos y que Marobe ha querido incluir en ésta, su segunda colección de moda.
Pero, como os he comentado, ‘nuestro desfile’, el que queremos mostraros, no acaba aquí. Añado dos más. Uno en verde y otro en mostaza. Ninguno de los dos ha podido pisar la moqueta gris de Code41 Trending, pues suele ser habitual que algunos diseños que del boceto pasan al patronaje y confección, se quedan a un paso de presentarse en pasarela por una o mil razones.
El mostaza es un vestido ligero, fresco y cómodo. De largo clásico, se deja invadir por lunares negros sobre fondo blanco en forma de T invertida, minorando la monotonía cromática y marcando la silueta, pues no sólo rodea a la cintura, sino que el fruncido en el tejido amarillo marca y realza el pecho.
El verde es de lana y de largo midi, con cuello alto pero a distancia, vaya, que no queda pegado, pues es de los que caen sobre el escote y dan ese toque sofisticado. Justo a la altura de las caderas se adivinan unos cuantos plisados agarrados por la costura, perfecto porque disimulan barriguita y pistoleras. Sin duda es de esos vestidos bien llamados ‘todoventajas’.
Con él finalizamos la presentación de la nueva colección de Marobe, que también fue el último en fotografiarse en el shooting de moda, donde el set de maquillaje y el probador se improvisaban conforme íbamos llegando a las localizaciones, ubicándose sobre la marcha.
¡¡Qué no se me olvide nombrar a la nevera!! ¿¡Qué habríamos hecho sin ella en día en un día como el que hizo, en el que los 40 grados a la sombra se consideran frescos?! Agua, refrescos, junto a una buena bolsa de regaliz, resultaron ser el antídoto perfecto para aliviar los efectos del calor. Pero, sin duda, lo mejor fue el equipo que formamos por un día: Ana María López y Lucía Galán, modelos, Lisbel Reyes, estilista, Susana y Sandra, diseñadoras de Marobe, Jesús Amarillo, fotógrafo, y yo, redactora y blogger de Con Acento Artesano, propiciaron el buen ambiente que se respiró durante toda la sesión, con anécdotas de todo tipo que hacen inolvidable un día como éste. ¡¡¡Gracias Marobe por permitirme formar parte de esta sesión privada!!! ¿Cuándo repetimos?