Todos ellos llegaban hasta la pasarela con algo menos de propuestas que de costumbre, para poder preservar la seguridad saludable ante los acontecimientos, pero con la misma fuerza e ilusión de siempre, la que corresponde a toda nueva colección. Tocaba ver esta vez las propuestas para la próxima primavera verano 2021, en la que esperamos que los escenarios que nos rodeen sean más seguros y parecidos a los que teníamos antes de marzo de este año inolvidable.
Andrés Sardá
Con una colección de baño y de ropa interior sofisticada, mediterránea y positiva, tal y como la ha calificado Nuria Sardá, creativa de la firma, llegaba a la pasarela MBFWMadrid. Sus propuestas de lencería provenientes, en gran parte, de la anterior colección debido a la nulidad del sector que estos meses atrás ha supuesto la pandemia, casan con las creadas ex proceso para la primavera verano 2021, en la que usan tejidos como el tul tatoo bordado se perfila como la novedad de su colección, en tono nude y eléctrico sobre blanco.
Finalizaba su paso en pasarela en tono blanco, que, acompañado de colores cálidos y fríos, como rosas y azules, colores todos inspirados por el Mar Mediterráneo y sus medusas, teñían textiles y recreaban chaquetas y exornos de los distintos estilismos que pudimos ver. Encontrándose, por supuesto, en esta colección marinera el estilo navy en rayas y estampados.
Devota & Lomba
Sus propuestas se definen en una geometría de líneas rectas con mucho color, de carácter intenso, muy vivos, a la vez que aparecen en sus diseños otros más suaves, como el nude y el blanco, color muy protagonista y, por cierto, tendencia también en esta pasada primavera.
Las formas minimalistas de sus diseños se enmarcan en esa inspiración oriental que propicia talles cómodos en tejidos fluidos. El propio diseñador, adjetiva a su colección como arquitectura elegante y sofisticada que, a pesar de esta simplicidad, emplea un lunar brocado en tonos amarillos, por lo que apenas se aprecian, y en textiles brillantes, como puede ser el satén de seda.
Toda la colección, al igual que la filosofía de la firma desde sus comienzos, gira en torno a la slow vida, a esa forma diferente y responsable de vivir y vestirnos que no ha traído esta pandemia que vivimos y que el propio diseñador espera que sea la actitud que impere a partir de ahora. Pues su firma nació en esa moda lenta, en esa slow fashion, antes incluso que se acuñara el término anglosajón, permitiendo que sus clientas sigan luciendo prendas como más de 30 años.
Malne
Malne trajo a la pasarela una pequeña colección en la que exalta la Alta Costura como un medio para poner en práctica la slow fashion, visitiendo así mujeres únicas con un menor gasto de recursos naturales.
Sus diseños cargados de glamour, brillo y lujo para mujeres fabulosas, son de los que consiguen embellecer, ensalzar tu sofisticación y rayar la perfección, consiguiendo ese empoderamiento que todas necesitamos de vez en cuando. Una colección cápsula en la que el metal dorado y las cadenas exornaban chaquetas e ideaban vestidos deslumbrantes con pailletes y sin ellos.
Hannibal Laguna
Presentaba el diseñador una colección que ha debido guardar durante todos estos meses tras suspenderse por el coronavirus la edición de la Milan Fashion Week que había de celebrarse el pasado mes de abril. Así, el homenaje que el diseñador rendía a sus clientas de toda la vida con esta bellísima colección ha tenido que esperar hasta siempre para mostrarla en casa, en la MBFWMadrid.
Sus diseños han versado sobre transparencias, aplicaciones bordadas, brillos de tacto melocotón, más bien aterciopelados, y prendas con botones de novia a la espalda. Entre los tonos el malva, color tendencia, está en la colección, para tintar escotes muy amplios, hombros desnudos y siluetas que se dibujan en su línea, elegante y sensual.
A todo este despliegue de glamour y elegancia, el toque de su manera de hacer moda llega hasta los pies, con sandalias de colores que juegan a los contrastes, acompañando verdes a azules índigos, por ejemplo. También ha de destacarse el piqué tridimensional que ha empleado en alguno de sus diseños estructurado a lo Balenciaga en el que el vuelo de capa se ondula con cierto grado de perfeccionismo. Pues, ayudado por los cortes de las piezas, consigue ese efecto ondulado en un largo midi.
Ágatha Ruíz de la Prada
En el desfile de la diseñadora, la pasarela se convertía en un arco iris de color para recibir su colección. En la que los lunares colgantes, los lacitos en los brazos, sus debidos cortes de capa, el empleo de volantes o la ilusión de vestidos realizados con piezas superpuestas de estos vuelos al aire, a modo de pañuelos, hacen de su próxima colección primavera verano 2021 todo un deleite divertido y práctico.
Así ha imaginado camisolas, pulseras grandotas y broches para los escotes uve. Prendas a las que añade sus nubes y complementa con turbantes en el pelo, desbancando, este año, a su eterno corazón desdibujado, pero no de los estampados. La fluidez está presente en sus vestidos, que insinúan, pero no marcan, los cuales tienen toques ibicencos de espalda al aire, aunque en su paleta de color, que ese año ha subido fuerza, llegando a ser muy chillona y fluorescente. Lo cual se opone a esos rosas suaves que también ha empleado y contrarresta esa energía colorista del resto.
Una tarde de moda en la que la nueva filosofía en el vestir, el slow fashion, se paseó con cada uno de los diseñadores, apostando así por el nuevo cambio, por los nuevos horizontes que la moda está explorando. Y que no son más que aquellos que se corresponden con el origen, con lo que ya ha ocurrido y parecíamos haber olvidado. Esos pensamientos y costumbres de otras décadas, en las que la reutilización y el aprovechamiento primaban y la moda Kleenex o fasta fashion, imperante hasta ahora, ni tan siquiera se planteaba como posibilidad.