We Love Flamenco tiene el frenesí propio de la Feria de Abril. Un comienzo sosegado pero abrumador a la par, unos días centrales donde todo es un no parar constante y, para los últimos, se reserva la calma. Ya va terminando y aún no le pierden de vista los cientos de ojos que estamos dentro, atentos para contaros cada desfile. Y tampoco los miles de fuera, los vuestros, los que no os perdéis nada de lo que se os cuenta. Hoy el lunes de We Love Flamenco con un título del post que lo dice todo, pues el talle bajo se ha visto y mucho. Y no sólo el lunes, sino durante los 6 días de We Love Flamenco 2017. Vaya, que venga el que venga, a ese largo no hay quien le haga sombra, que lo de marcar silueta es lo que nos pierde a todas.
El lunes menos firmas que dedos tiene una mano presentaron sus colecciones en pasarela. Y menos mal que sólo fueron cuatro porque la intensidad de cada una de ellas merecía un compás más calmado y suave, para verlas con detenimiento. Ventura, José María Tarriño, Rosa Pedroche e Inma Linares. Para abrir y cerrar dos agujas emergentes premiadas en We Love Flamenco. Y entre ellas la elegancia sobria y solemne de José María Tarriño y la que se corresponde con la flamenca del XXI, la de Rosa Pedroche.
Ventura: El baúl de la Piquer
Ha pasado un año desde que Ventura entró por la puerta grande en la moda flamenca. Tener como aval una colección premiada y, además, elogiada por los medios de comunicación y prensa es más que suficiente para establecer el nivel en el que se encuentra la firma. Pero lejos de todo esto, mirándolo en la distancia, por Jonathan Sánchez es como si el tiempo no hubiera pasado. Su cercanía y su manera de ver las cosas siguen siendo igual de sencillas, y espero que lo sea por mucho tiempo.
En el 2016 presentó una colección para ganar, en éste ha hecho una colección para disfrutar. Se ha permitido el lujo de no ponerse límites para crear a su antojo, con escotes cruzados y superposiciones agarradas por cinturones de hebilla para afinar el talle, con flecados desde los hombros hasta los volantes, con volúmenes que no parecen ser tanto pero lo son y con un patronaje diferente al usual, donde recursos de moda se aflamencan sobre todo en sus propuestas de dos piezas.
El gusto por el lunar diminuto, la combinación de tono marrón tostado y morado (que esta vez se versionan en dorado y lila) y los volantes clásicos vuelven a verse en sus estilismos, a los que también añade otros. Como el talle alto cuajado de volantes pequeños que, o bien adquieren la nueva silueta flamenca, la silueta sirena, o bien se fruncen en pequeñito metros y metros de tela para adoptar volumen. Eso sí, en un volante de mayor tamaño, cosidos al hilo en un vuelo de media capa.
José María Tarriño: Flashmenco
Con sus trajes de flamenca hay que cambiar el chip. No estás ante un elenco de tendencias, pues por mucho que el vuelo desmesurado manda en pasarela, sus diseños dictan otras. Pero, ojo, tampoco vas a ver un ramillete desfasado.
Su manera de crear recuerda a las bailaoras de tablao flamenco, aunando comodidad, necesaria para bailar, y la sensualidad que destilan con cada uno de sus movimientos. Por tanto, son diseños minimalistas, exentos de barroquismo, en los que juega con los tejidos. Como la transparencia del plumeti para crear el diseño con el que abrió su desfile, dejando caer volantes desde el escote y derramándose desde las caderas hasta los tobillos.
En otros, mezcla lunar y estampado floral que ya hemos visto también en otras firmas a lo largo de la pasarela. Pero me quedo con el encanto de la sencillez, ese que necesita tan sólo de una buena percha para lucirse, propio de este estilismo de traje negro hasta los pies con mantón que lo cubre al cejo. Creo que representa muy bien al José María Tarriño y a cómo le gusta vestirnos. Un moño bajo despeinado, sin encorsetamientos, unos aretes deslumbrantes, un vestido negro de vuelo evasé rematado con un solo volante y una pieza flecada al hombro. ¿Qué más necesitas para vestir de flamenca?
Rosa Pedroche: Gracias
Para muchos ha sido la sorpresa del lunes, para otros, incluyéndome a mí, ya sabíamos que rompería la tarde con su colección. Casi una treintena de diseños para agradecer a todas y cada una de las personas que han pasado por su taller a lo largo de estos años, llámense clientas, personal colaborador, etcétera. Aunque realmente los agradecidos somos nosotros, quienes tuvimos la suerte de verte en el Salón Real, por compartir tu manera de manejar la aguja.
Unos cuantos estilismos de lunes de Pescaíto abrieron y dieron paso a los volantes de Rosa Pedroche, que venían por vez primera hasta el Alfonso XIII. Los suyos son de los que se colocan más bien abajo, cerquita de las rodillas, porque le gusta marcar la silueta una puntada tras otra. Hubo algún traje de inspiración mejicana, aunque más bien lo que hacemos es retomar lo nuestro cuando nos fijamos en ellos, por aquello de la época colonizadora, por lo que la inspiración no lo es tanto. Pero eso sería entrar un poco en historia y un poco largo de explicar, así que lo dejo aquí.
Lo dicho, que de vuelo lánguido, sin enaguas y con muchos metros de tela ha creado pero lo mínimo para darse el capricho, porque lo que verdaderamente le gusta a ella son las flamencas de siempre, de talle bajo con forma de reloj de arena, en tejidos con cuerpo pero sin flecar. Común denominador en una colección de esas que pasan dejando huella y buen sabor de boca. ¡¡Bravo Rosa Pedroche!!
Inma Linares: Alzando el vuelo
Muy significativo el nombre de la colección, pues tras estos dos años de andadura en solitario, tras salir de Sevilla de Moda, Inma Linares tiene ya cierto recorrido a sus espaldas. Aún le puede quedar mucho por experimentar y conocer, pero no hay duda que es una de las firmas emergentes recientes que mejor colocadas están en el panorama sevillano, al menos.
Su fidelidad por ciertos tonos como el maquillaje y el buganvilla permanecen, pero sus flamencas se tornan este año más voluminosas, sumándose a ese pequeño grupo de diseñadores con predilección por el setentero de vuelo maxi, empleando un tejido un tanto delicado, propio de trajes con menos peso.
Aprovechando este desfile, Inma Linares también mostró un poco de su pret-a-porter y de sus novias, recordándome una de ellas a uno de los trajes de flamenca con los que se presentó en su semifinal para el certamen de noveles de We Love Flamenco. En aquel entonces llevaba cosido por la zona del pecho y hombros, si no recuerdo mal, abalorios salteados. Aquí son pequeñas rositas con retales de seda en colores pastel.
Así, con su desfile en el que hubo un poco de todo, no sólo flamencas, finalizaba la tarde del lunes en We Love Flamenco, dejando para el martes tan sólo tres estilos de flamenca: el de los mantones bordados de Foronda, que se hizo acompañar de la colección de novias 2017 de Roberto Díz, el de Rocío Peralta, siempre singular y diferente, y el de Sánchez Murube, o sus flamencas con historia propia.