Nueva colección flamenca, Por las calles de mi Sevilla, para cerrar el 25 Aniversario de SIMOF
Quién me iba a decir a mí que iba a delitarme con 8 trajes de flamenca de Victorio & Lucchino mientras un kilo de azahar hecho fruto descansaba dentro de mi bolso. Y es que la cotidianidad de las cosas, las que propician que en un lugar agricultores de la naranja se estén manifestando, repartiendo esta fruta, y que en otro unos cuantos afortunados se nos cite para dar fe de una presentación tan esperada como ésta, que cierra el año de SIMOF, el de su 25 aniversario, origina, por azar, nexos de unión de carácter momentáneo entre elementos tan dispares.

Con motivo de este aniversario del Salón Internacional de Moda Flamenca, Victorio & Lucchino han imaginado una colección cápsula con tejidos Flamentex, empresa textil patrocinadora de la pasarela y que ha querido participar en este especial encuentro aportando sus textiles.

Así, la colección ‘Por las calles de mi Sevilla’ que se ha paseado por los alrededores del Tablao Flamenco Los Gallos en el Barrio de Santa Cruz, donde se ha presentado la colección, ha cerrado un año especial en el que SIMOF se ha rodeado de eventos conexos, como la presentación del libro Flamenca de Raquel Revuelta, la Gala SIMOF 25 aniversario y la primera edición de Olé Olá SIMOF. Nombre, este último, de la nueva pasarela de SIMOF que se ha aplazado para este domingo 24 de febrero y que acoge a firmas emprendedoras, pretendiendo ser una plataforma más de difusión de la moda flamenca.

Aunque hace unos años ya desfilaron Victorio & Lucchino algunos trajes de flamenca, una mini colección, con modelos como Bimba Bosé, María José Suárez y la participación de Carmen Martínez Bordiú, para José Víctor y José Luis, realmente, nunca han presentado una colección al uso, por lo que es algo que aún tienen pendiente. La falta de tiempo por otras líneas de diseño que acaparan su atención se lo ha impedido. Aunque, eso sí, nunca han parado de imaginar flamencas, pues a lo largo de su trayectoria profesional han realizado colaboraciones puntuales que implicaban lunares y volantes.

Precursores del talle bajo, han basado su colección cápsula en esta silueta, liberándola de costadillos y pinzas, buscando así la comodidad en el traje de flamenca. De ahí que también haya de resaltarse la ausencia de enaguas y cordoncillos, restándole peso al traje de flamenca, pero, en ningún caso, volumen en el vuelo, pues su destreza con la aguja demuestra que es posible realizar un volanteo coqueto, de carácter comedido, sin añadirle debajo metros de tejido para alzarlo. Propiciando así, como resaltó en nuestra conversación José Víctor, que puedas moverte con ligereza por la Feria de Abril y sus casetas, sentarte sin complicarte en cómo colocar los volantes para que no estorben y bailar sin miedo a arrastrar ninguna silla al dar la vuelta.

En resumen, sus 8 trajes de flamenca vienen a ser vestidos cómodos que permiten moverte sin condiciones. Trajes de flamenca para los que han empleado recursos textiles procedentes de su línea pret-a-porter, innovando en los lunares y textiles rizados, sin dejar de lado las premisas básicas que debe cumplir el traje de volantes.
Han jugado con el volumen de un volante de capa, dejándolo caer en vertical zigzagueando, para rematarse con una ‘tira bordá’ del XXI hecha con láser, consiguiendo que ésta tenga ondulación propia y en un compás diferente al que marca el vuelo al caminar.

También han empleado un corte al biés para dar forma a mangas de largo interminable, de manera que, aunque pueda parecer que te estorba al vestirlo, nunca lo hará, ni siquiera para comer. Completando el traje de flamenca con un vuelo canastero para no restar importancia a este elemento.

La tendencia de volante al hombro también ha podido verse entre sus propuestas. Ésta teñida en tonos rojo y morado, con multitud de volantes de tamaño desigual en la falda, mientras acarician el suelo.

Volante al hombro que, en este otro, fruncen para formar una manga farol, un clásico en flamenca, sobre otra larga y ajustada hasta la muñeca, en un traje de flamenca donde la maestría en patronaje ha combinado en lunares de terciopelo, sobre distintos fondos de color, un elaborado puzzle a base de piezas de tejido. Tendencia ésta que puede encontrarse impresa en tejidos que ya hacen esta combinatoria esquematizada, para quien no quiere complicarse con patrones.

Colores intensos, como el fucsia, también se han empleado para un talle perforado, volanteado en organdí, recuperando así un tejido clásico flamenco olvidado en estos últimos años, al menos en pasarela y en trajes de flamenca para señora.

En este diseño, moldean el volante para que se rice a su antojo, rematándolo hacia arriba con pequeñas piezas al contraste, entrando aquí un tercer tono, el nude, que suaviza la intensidad de los otros.
También interpretan la influencia ochentera que se prodiga estas últimas temporadas por las colecciones de moda y moda flamenca, para hacer del clásico lunar mangas globo ajustadas a partir del codo, y que contrastan en moteado blanco con el flocado en negro empleado en los textiles rizados.

Continuando con el lunar, recrean un corsé y lo hacen flamenco, ayudados por encajes y una espalda descubierta que se sujeta a hombros y costados con finas tirantas entrecruzadas. De nuevo aquí, su aparente vuelo al hilo se distribuye en cascadas, alienadas con estrechas nesgas que sólo pretenden albergar caderas, sin pretensiones de multiplicar el aire que acaparan. Y lo hacen en un doble largo elegante, ese que no sube más allá del midi y que no se atisba sin movimiento.

Acabaron su presentación desafiando ese postulado de moda que establece incompatibilidad entre el azul y el negro, mostrando el ónix como complemento al marino, asomándose en remates de mangas y volantes y que vuelven a quedar salpicones por delante, pero sólo con la intención que muestres el calzado. Pues para Victorio y Lucchino, es un accesorio de suma importancia, como lo son las joyas que acompañan al traje de flamenca.

De hecho, para estos diseños de flamenca, han utilizado piezas de diseño propio, combinando la plata de tipo filigrana cordobesa con el coral y piedras semipreciosas, además de cristal de Swarovski y otros naturales. Las flores de origen persa, realizadas con un aspecto natural, muy similares a los claveles, se armonizaban con los caracolillos del cabello.

Ojalá que esta exquisita colección flamenca que han tenido a bien realizar, en una fecha tan destacada para SIMOF, sea el preámbulo de algo más, de una próxima colección con la que saciarnos, pues su manera de hacer moda se necesita en esta evolución constante del único traje regional que sigue tendencias. ¡¡Gracias José Víctor y José Luis por este ramillete de lunares y volantes!!