Los acolchados plagados de costuras que dibujan formas saltan de la ropa para dormir, pues es un clásico en batas de estar por casa, a vestidos, chaquetas, cuerpos, abrigos y demás. Esta novedad, se acompaña de tejidos compuestos de aplicaciones en diversas formas y siguiendo, o no, un orden, buscando ese relieve al tacto. Todo ello, junto a las básicas y clásicas texturas textiles con base de lana, a la que se añade la denostada piel que parece volver a los armarios otoñales.
Estos tejidos parecen querer dominar los looks que llevaremos en días de frío y han podido verse en cada una de las firmas que desfilaban el viernes de la pasada edición de febrero. Todas y cada una de estas puntualizaciones de estilo te iré contando cómo las ha ido aplicando cada diseñador.
Paloma Suárez
Con un toque parisino y grandes dosis de nostalgia, se amontonan tendencias de otras décadas en una sola colección, para la que los remaches, las hebillas y tachuelas rescatadas de la era punk, se prodigan en sus diseños. Una forma original de versionar la preferencia por el metalizado en moda. Tanto como puede ser también su reinterpretación, en algunos estilismos, de las rigideces y costuras más propias de bolsos de piel, que de faldas y chaquetas.
Para el día, elige colores de una primavera sin comenzar. Para la noche, serán el azul Majorelle, el rojo de intensidad suave y, por supuesto, el negro aterciopelado, junto a satén y transparencias con aplicaciones.
Ojo con el calzado, que la pala algo alargada y acabada en punta vuelve, junto a las mosqueteras. Rebusca en tu armario: quién guarda, halla. Y toma nota de los tejidos, que, como te decía al principio, se estampan con relieve sin necesidad de contrastar colores, pudiendo acaparar los estilismos que veamos este invierno.
Isabel Sanchís
Con una puesta en escena sublime, al menos para captar la esencia y los detalles en 360 grados, demuestran que es posible renovar con sencillez la forma de desfilar en la MBFWMadrid, rompiendo la cotidianeidad con estilo.
Respecto a los elementos singulares empleados por Isabel Sanchís, destacan las aberturas en oblicuo y desde muy arriba, para combinarse con prendas de oficina, haciendo ese mix fiestero laboral, con soltura y armonía. Así vemos cómo el cuerpo palabra de honor, se acoge en un look príncipe de Gales con pantalón palazzo, creando un streetstyle sofisticado y urbanita que nos propone en gran parte de su colección. Sin olvidar cómo introduce lazadas, tanto en su versión básica, como en otra donde se busca dar originalidad al look, ya sea para un largo asimétrico, ya sea como remate diferenciador al talle, entre otras.
A ello, se une el original estampado elegido, versado en paisajes arquitectónicos en colores neutros y grises, junto a las plumas y paillettes amontonados como escamas, las flores y los espejos metalizados en cuerpos gresite, que dejan al tono caldera que se apodere de la fiesta, del brillo nocturno y la elegancia. Un color más propio del día, del algodón y el paño, pero que ellas adecúan sofisticadamente a las horas sin Sol.
Como de costumbre, su colección vuelve a ser todo un deleite para la vista y la imaginación por su interpretación de la moda.
Hannibal Laguna
De negro con metalizado en rayas, daba inicio a su paso por pasarela en siluetas tubo para vestidos y estilismos de falda larga.
Acostumbradas a sus vestidos fluidos y vaporosos y a sus largos ladylike, que también los hubo en esta colección, nos muestra que esta preferencia de estilo es una oportunidad de ver cuánto y cómo saca partida al corte recto de silueta ajustada. Vuelve a ser, pues, toda una lección de moda. Sus habituales escotes en uve abierta desde hombros, drapeados, vuelos pañuelo, asimetrías en talles y mangas victorianas, comparten espacio con lazadas, volantes con seseos tipo escarola, cinturas anchas y propuestas pantalón.
Y todo en una paleta de color que no deja de lado ni por las tendencias metalizadas. Como son los azules, verdes, rojos y buganvillas, alcanzando tonalidades en fucsia y, si me apuras, casi el rosa Barbie.
Roberto Torreta
En una reducida paleta cromática, basada en negros y grises, entran el naranja caldera, que según Pantone es crema de tomate, lo que viene a ser color gazpacho o salmorejo, vaya, junto al chocolate, el rojo y el dorado, con permiso del azul marino.
Sus cortes minimalistas para propuestas en recto a los Balenciaga, lejos de ser aburridas, son de lo más recomendables como básicos de armario. Ello se debe a su gran adaptabilidad para diferentes momentos y por su tipo de diseño, atemporales y heredables.
Chaquetas de solapas anchas, mini vestidos en negro con lazadas, espaldas descubiertas, siluetas sin mangas con cuello mao y transparencias caladas, vienen a ser las características de sus propuestas para esta temporada de frío. Con algo de protagonismo de la piel, al igual que también hemos visto en la colección de Paloma Suárez.
Duyos
Metalizados en bronce. Ese es su arranque de presentación en la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, para el que opta por un vestido hiper mini, fluído y recto, dando así parte de las pautas de su nueva colección.
Así, nos da un paseo por el desierto para encontrar el oasis y hacia el que Duyos nos lleva con sus prendas. Para ello, emplea tejidos etéreos, tafetán, sedas y plumas con forma de bastones paillettes que evoca a esa lluvia desértica, tan atípica y bella.
Las formas fluidas que marcan su estilo, se van combinando y alternando con otras de volumen obligado, como el de los abrigos de pelo, dejando sobre pasarela una colección otoñal con diversidad de estilos. Tirantas espaghetti, cuellos de pico, chaquetas de solapa ancha, vestidos largos de estampado camuflaje y mangas abullonadas de largo hasta muñecas, son algunos de los elementos, entre habituales y no habituales en sus diseños, que definen sus propuestas.
Toma nota de la piel, que aquí Duyos también la usa, pero en chaquetas de corte militar, y el punto, que tricota para cubrir el talle en estilismos de dos piezas de lo más antojadizas.
Encinar
El volante sigue siendo el motor de sus costuras, diversificando vuelos en todas las formas posibles e imaginables con volumen.
Así, lo anexiona en costados, redefiniendo la silueta de pies a axilas, marca un corte imperio, lo enrosca por todo el cuerpo, se transforman en mangas de capa con talante generoso, se abullonan en faldas de doble largo, como también hemos visto en Hannibal Laguna, exornan escotes y, de mis favoritos, se postulan en un peplum donde el largo midi y el corte sin mangas parecen estar inspirados en el estilo de la Reina Letizia.
Su opción metalizada en oro, con estampado Paisley para tejido jacquard, se torna antojadiza, permitiéndole, además, un volumen extra gracias al cuerpo que tienen. Al hilo de ello, especial mención merecen sus siluetas caramelo, románticas y encantadoras, para las que rescata un dúo de color muy de moda hace unas cuantas temporadas: rosa y negro.
Malne
Brillante, neutro, nocturno y con una elevada dosis de sofisticación, tal y como se espera de la firma, fueron sucediéndose, una tras otra, las propuestas de su nueva colección con un nuevo homenaje al negro.
La selección cuidada de tejidos, en cuanto a satinados con aplicaciones, y la búsqueda de volumen geométrico en texturas, orientan las preferencias de la firma. Y todo en negro intenso, si puede serlo aún más, verde militar, gris plomizo y cobalto, combinándose con cuadros madrás, príncipe de Gales y tweed.
En cuanto a sus diseños de fiesta, buganvillas, rojos y corales, se encargan de dar color a la colección. Y lo hacen de manera clásica y coqueta, en asimetrías drapeadas, vuelos de capa con cola y siluetas de las que se ajustan al milímetro para dejar la espalda a la vista.