¿Quién dijo que para ir sexy era necesario vestir ajustada? Todo un sinfín de posibilidades, entalladas y no entalladas, pero versadas en negro, son factibles para mostrar lo mejor de tí, dejando fuera del alcance de la vista aquello que más nos disgusta de nosotras mismas. Al menos es así cómo nos lo ha mostrado Mayka López en su desfile en esta última edición de la pasarela Sevilla de Boda. Toda una buena selección de vestidos negros de los que no dejan indiferente a nadie.
Y es que ha sabido conjugar en modo elegante sobre este tono, en diferentes tejidos, tendencias y elementos clásicos, que vuelven atemporal cada prenda. Su manera de hacer moda, de la que ella misma dice ser sencilla, y que te aseguro que no lo es, me impactó en pasarela. Podía advertirse, fácilmente, cómo patronaje y corte mandaban en sus diseños para que sienten como sientan, osando, y con razón, a postularse como perfectos.
De hecho, su colección fue toda una sinfonía de buen hacer sobre pasarela, desde el primero hasta el último. Cuida los detalles, pues su minimalismo lo necesita, para conseguir que quedes boquiabierta ante cualquiera de sus estilismos. Además, de ser imposible que, tengas el estilo que tengas, no haya uno sólo que te guste aunque sólo sea un poquito.
De esta manera, mezclando tendencias con sus preferencias personales, jugó con la caída, estampados y bordados de los tejidos, aderezando así cortes imperio lineales, abullonando siluetas y desmesurando vuelos de cinturas suavemente marcadas.
Recursos que emplea para potenciar la personalidad de quién viste sus trajes, tu personalidad, pues resulta evidente que se decanta por evocar el empuje, esa fuerza interior que cada una tenemos y que nos alimenta habilidades, innatas o adquiridas, que nos ayudan a sobrellevar el ritmo de marca la sociedad. Pues, recuerda, que somos mujeres del XXI, ‘superwomans’ que todo lo pueden.
Y sin olvidarse de la femineidad, pues hace uso de coqueterías como esta capita de pumas en tul de seda, que permite que se transparente un ladylike como éste, sencillo, de escote palabra de honor y vuelo de capa desde la cintura.
Repite este mismo recurso, las plumas, en este otro vestido negro de noche, disponiéndolas en círculo en un escote de vértigo de los que alcanzan casi el ombligo y tienen su reflejo por detrás, perdiéndose dulcemente a medida que acaba la espalda. Y todo en una prenda despegada, de la que acaricia la silueta delicadamente con el movimiento.
Otro elemento que añade en sus vestidos negros es la pedrería facetada, usándola para enmarcar un top que se agarra a la cintura en una falda tubo fruncida, con vuelo, y larga, de las que llegan hasta los dedos. Y de nuevo en un palabra de honor de los que deja pasar el aire sobre la piel.
Estas piezas pequeñas de fantasía también salpican y bordean la abertura en este otro vestido negro de talante espectacular. El vuelo que tiene lo consigue gracias a su corte al bies, drapeándose desde el cuello halter cuajado de piezas biseladas al tono, que aportan brillo a este estilismo.
Me ha resultado muy difícil emplear el calificativo de ´favorito´ a una sóla de sus propuestas, dado que me veo vestida con cualquiera de los que presentó. Pero como affaire, por su coquetería, me quedo con este vestido negro estampado, o más bien brocado ó bordado, en tonos como el blanco roto y el gris. Ayudan a remarcar el estilo princesa del traje para eventos de cierta etiqueta y en uno de sus escotes preferidos, el de hombros desnudos.,
Pero ya os he dicho que no he podido guardar fidelidad a uno sólo. Durante su desfile los flechazos fueron constantes. Entre mis enamoramientos uno de esos vestidos negros que se desgatan de mirarlos de tanto que te gustan. Y han sido dos que se han dejando influenciar por aires orientales. Por un lado, un kimono que no se cruza, que simplemente se deja abrir en escote uve y en una abertura interminable, delineada en dorado para un tejido aterciopelado con estampado de hojitas a lo devoré.
Por otro, el segundo que no consigo arrancar de mi cabeza se asemeja a la indumentaria de los samurais por cómo ha dispuesto las mangas. Les endosa, desde los hombros, un doble volante que cae sobre ellas en cascada y hasta el codo, acompasándose muy bien tanto con la lazada en raso a la cintura, que hace las veces de fajín, y que dibuja silueta sirena gracias al tejido.
Siendo éste, además, el que deja paso para sus dos últimos diseños. Los de novia. Una muy de ceremonia civil, de largo hasta las rodillas y muy del gusto de chicas pin up, a la que sustituye el velo por una capa que se anuda al cuello.
Para su segunda novia, que cerraba el desfile, el encaje se apropia del talle colocándose como alas de mariposa para una novia muy sensual y un tanto hippie, en el clásico estilismo de corte sirena y que tan bien lucía la modelo.
Espero que no sea éste el último desfile que vea de Mayka López, pues sus propuestas han aportado frescura. Tiene un estilo muy definido y con ciertas pautas que, confío, se repitan en próximas colecciones. Además, es una diseñadora que no pretende disfrazarte de dama de noche, simplemente vestirte y aportarte utilidad con su indumentaria. Pues busca siempre que comodidad y elegancia vayan de la mano sin perder coquetería.
Todo y cada uno de sus diseños son un verdadero acierto para cualquiera de nosotras y no exagero. Consigue que te subas a unos tacones sin ningún tipo de preocupación adicional. Me explico. Sus diseños están hechos para evitar que estés atenta a cuándo encoger la barriga para que no se te note. Y que levante el dedo quien no lo haya hecho nunca. También consigue que te olvides de hacer dieta para que ese par de kilos que te sobran se esfumen y entrar en el vestido. Aparte, sientan como un guante. Por tanto, ¿qué más se puede pedir?
Maravillada por esta colección, se ha convertido en una de mis favoritas de este 2017, aunque he tenido que esperar hasta casi final de año para verla. Así que mientras Mayka López nos deleita con una nueva, disfrutemos de ésta.