
En el viernes de SIMOF, los estilismos flamencos para invitadas y los trajes de flamenca compartieron pasarela como líneas creativas que son de una misma moda, la flamenca.
Para esta segunda jornada de moda flamenca, la del viernes de SIMOF, los estilismos flamencos para invitadas perfectas se multiplican, dando como resultado que, prácticamente, todos los diseñadores que desfilaron trajeron a pasarela alguna que otra propuesta. Parece que este stand by que ha supuesto la pandemia, ha llevado a que la línea creativa para invitada se haga más patente entre lunares y volantes, dando así al sector una mayor perspectiva, necesaria desde hace ya varios años y cada vez con más fuerza en el sector de la moda flamenca.
Desde estilismos pantalón, hasta vestidos lápiz, sin olvidar elementos como la chaqueta, han desfilado junto al traje regional que evoluciona con la moda, haciendo de la temporada 2022 una de las más conservadoras y, a su vez, exploradoras de nuevos horizontes. Los cuales no son moda andaluza, como mal se le llama, sigue siendo moda flamenca en su línea para invitadas o, por qué no, casual, dadas algunas propuestas con camisetas, sudaderas y bombers que se han visto.
Juan Manolo
Flamante ganador del programa y concurso de Canal Sur Televisión, Aguja Flamenca, y del que te mostramos aquí todo lo que iba sucediendo, ha participado este año como profesional en SIMOF, tal y como establecía parte del premio que recibió.
Teniendo una oportunidad como ésta de pasear su buen hacer con la aguja por el Salón Internacional de la Moda Flamenca, he de decir que ha sabido aprovecharla. Su presencia ha dejado huella gracias a una colección acorde al traje de flamenca que le hizo ganador, siendo pues fiel a su propio estilo y mostrándolo en cada uno de los estilismos que pudimos ver. Por lo que, acorde a lo que ya conocíamos, sus vuelos de tul son de los que aúpan satenes de seda que se vieron en sus diseños y que bien acompasaban con la flamenca del XXI. Esa de corte actual y vanguardista que no pierde de vista los cánones de la flamenca clásica.
José Joaquín Gil
De tul y brocados el diseñador se imagina flamencas de lunares galletas y vuelos maxi. Pequeñas pinceladas que, junto a otros elementos, va introduciendo entre volantes y flecos. A estos últimos les da uso en su máxima expresión, haciendo que besen el suelo para un mantoncillo que también hace la función de capa y que recuerda a esas salidas de teatro que usaban las señoras a finales del XIX.
Elemento singular que rescata junto a la riñonera ochentera, para esas cosillas que llevamos en el bolsito de las enaguas que propicia el mantener el glamour en todo momento. Y todo en una colección que, sin duda, ha sido de las que mejor aúna el estilo clásico y vanguardista en flamenca en esta edición de SIMOF.
Guillermo Peralta
Presenta una colección, tanto de colorido como de patronaje, clásica y básica en flamenca, tintado en negro y rojo sus volantes al hilo y cortes en evasé, que cuando se tornan de capa combina con chaquetilla flamenca, una de las tendencias vistas en esta pasarela de moda flamenca.
F de Frank
Su colección comienza a lo Ágatha Ruíz de la Prada, usando todo el universo del color en sus tonos más intensos y en unos cortes que juegan con distintas propuestas de mayor a menor intensidad flamenca, incluyendo pantalones, abrigos, lazadas, camisetas y bolsitos a juego.
En contraste con la segunda parte de sus propuestas, en la que la flamenca se vuelve glamourosa en su máxima expresión y se deja querer por multitud de elementos de la moda, como los volantes abullonados, las mangas ablusadas y las transparencias de encaje. Para ello se ayuda de distintas distintas texturas, algunas con más brillo que otras, y del negro, el color de la noche.
José Raposo
Su vanguardismo en moda parece superar sus propios límites cuando crea flamencas, admitiendo transparencias en talle con lazos anudados que caen a modo de flecos sobre siluetas metalizadas que se cuajan de vuelos de tul. Sin olvidar el uso del estampado cebra, que despliega en un diseño a medio camino entre el setentero y la bata rociera, abriendo su vuelo de capa desde hombros, con esa exquisitez y detalle que le caracteriza, deleitando con un animal print en blanco y negro para flamenca.
Ana Morón
De costura soberbia, sus talles son inconfundibles por aquello que inventa, de talante que casi podría calificarse de arquitectónico, debido a la forma especial que da a sus mangas, sobre todo, dibujando el espacio de volantes a su manera tanto en estas piezas como en los vuelos, haciendo de ellos patente aquello de ser único y si me apuras, casi irrepetible.
En la nueva colección presentada, hace un guiño a la del 20, pues su desfile comienza precisamente con los tonos de la anterior, significando ese punto y seguido para seguir mostrando su particular ramillete de flamencas. Para sus creaciones de este año, ha tomado como eje central una flor, el clavel, y a partir de él ha diseñado verdaderas joyas flamencas. Con este elemento colocado en puños, cintura y hombros, ha realzado el cuerpo seseante en modo flamenca. Además, tal y como han hecho muchos otros diseñadores, no ha dudado en incluir estilismos aflamencados para invitadas perfectas entre sus volantes de capa y al hilo.
Verónica de la Vega
Cremallera, algo tan básico e imprescindible para la moda como lo es para esta diseñadora en sus looks flamencos. Y de nuevo, por cierto, también claveles, que se crean aquí gracias a esos volantitos plisados que, colocados a capricho, simulan esta flor flamenca. Y todo en su habitual silueta sirena que se libera hacia las rodillas con aberturas, con o sin cremalleras, en busca de la comodidad.
Clásico entre sus creaciones es su estilismo de pantalón pitillo con vestido – camisola de vuelo canastero, a veces simplemente sin fruncir, sin olvidar sus escotes de uve abierta para vestidos sin mangas y ese corte flamenca que la define: cuello caja, sin volantes en puños, de ajuste milimétrico a la silueta y con cremallera delantera para que se abra el vuelo y asomen enaguas.
Antonio Gutiérrez
Como un punto y seguido, continúa esa pequeña colección cápsula con la que finalizara su último desfile en SIMOF, homenajeando a su Granada natal y a la cerámica propia de allí. Tomándola como referencia en cuanto a tonos y sencillez de trazos, imagina y recrea su propio estampado para sus flamencas del 22. Pájaros, granadas y decoración vegetal para mangas de pétalos en flor.
Javier García
Fiel a su línea creativa, imagina a flamencas con estampados propios de prendas de abrigo, como es un motivo similar a la pata de gallo, pero no exacto. También emplea tonos muy atrevidos e intensos, como el pistacho combinado con el buganvilla o el azul que mezcla con el celeste. Y todo, al menos gran parte de la colección, recreados en canasteros de vuelos XXL, que se han acompañado también de algún que otro estilismo de invitada con aires flamencos.
Que los lunares y volantes del traje de flamenca estén dejando espacio y compartan tiempo con aquellos otros estilismos que, inspirándose en estos elementos, crean moda para otros quehaceres, no es más que la suave, discreta e inherente evolución propia de una moda que está viva. Una moda única cuyo eje central es un traje regional que, no sólo se transforma con las tendencias, sino que las impone e inspira a otros sectores de la aguja y el hilo.
Seamos, pues, testigos de estos cambios, necesarios y acordes con los tiempos que corren y participemos de la apertura de la moda flamenca hacia otras líneas creativas que siempre han estado ahi. Ahora sólo son más visibles.