El yute y otros tejidos, dan forma a la nueva colección de Fiorella Baruffaldi
Explicarse de dónde se viene, comprenderlo y entenderlo forma parte de uno mismo, de lo que hoy se es y se piensa, de cómo se entiende la vida y cómo se proyecta el futuro, de cómo latimos y respiramos ante lo que nos pasa. Porque, al fin y al cabo, forma parte de nuestra identidad, por lo que descubrirlo y conocerlo es, pues, obligatorio. Por eso ‘Origen’ debía ser el nombre de la primera colección de Fiorella Baruffaldi, pues una colección siempre es la extensión de la personalidad de un diseñador, de su identidad como persona y como creativo, por lo que iniciar su andadura planteándose este reto como inspiración es un buen comienzo. De ahí que las vivencias pasadas y presentes de la diseñadora le han guiado en elaboración de una colección de todo punto biográfica, apegada a la tierra y a sus raíces vinícolas, a la luz del atardecer y los colores de ésta que cuentan, en parte, su historia.
Tomando, pues, como referencia su crianza entre caldos, recrea y evoca los volúmenes de los aperos de cultivo en sus prendas textiles. Para ello, hace uso de tejidos de fibra natural como el yute, el cual prodiga, de diversas maneras, en los estilismos de ‘Origen’.
Todo ello mezclado con la idiosincracia italiana, su procedencia familiar, dando como resultado una colección minimalista, de terminación pulcra y cuidada, en la que la elegancia se palpa y la sobriedad se glamouriza acariciando los sentidos. Ingredientes éstos que ha sabido equilibrar fundamentándose en tres colores como son el negro, naranja y verde, con algunas pinceladas tonales naturales y buganvillas.
El uso que hace de un tejido natural como el yute es destacable y merecedor de acaparar la atención en su colección. Así, versiona en este textil una salida de teatro que la abotona a la espalda a modo de capelina, para combinarse con falda mini sin ajustar al milímetro, de las que abren un poquito antes de llegar al bajo, consiguiendo un estilismo de esos básicos de armario atemporales de primavera verano.
Con el mismo tejido natural, da forma a mangas farol con acabado rectilíneo, formando vértice en un largo tres cuartos, tapando hasta el codo, y que hace de esta prenda, por esta singularidad, una de mis favoritas de la colección. Sin duda, todo un acierto también combinarlo con body negro que se adivina en las transparencias troqueladas de largo midi rematado con bajo de plumas al tono.
Transparencias de rejilla que se repiten en un mono de volumen en palazzos y manguita corta, de nuevo con plumas que son las que colorean esta vez el look. En concreto en fucsia, que dejan adivinar las sandalias de pulsera al caminar.
Para vestido largo, a medias crop top en la parte superior, sitúa este tejido de perforado cuadricular sobre los hombros, construyendo mangas de las que reposan suavemente al comienzo de los brazos. Y todo en un ónix que se colorea al final del largo con una banda de ancho adecuado en esmeralda.
Verde que, además, inunda el dos piezas de pantalón pitillo que va combinado con yute y en el que aparecen en mangas ranglán y en el cinturón con semi peplum, dejando protagonismo al collar babero cuajado de rosas abiertas y hojas en tonos ocres, que recuerdan a las vides desnudas, sin fruto ni hojas. Quizás sea éste un minimalismo barroco por el exorno al cuello, que reafirma la simplicidad de la firma en el estilo que marca en sus prendas.
En tono mandarina Fiorella Barrufaldi ha ideado dos de sus estilismos en un largo tobillero. El primero de pantalón y top que se abriga en hombros y brazos con lazada en negro, formando un escote a medio camino entre palabra de honor y corazón. Con éste, precisamente, iniciaba su desfile en pasarela.
Para el segundo lo que imagina es un vestido de largo de capa, que comienza a separarse en caderas de la silueta, para no atrapar la figura entre costuras, sino insinuarla, combinando este vestido de escote redondeado con kimono de mangas farol, en el que alinea con hojitas en naranja y blanco para rememorar así el ambiente en el que se basa ‘Origen’, aquel en el que se ve rodeada de viñedos y naturaleza.
La búsqueda, pues, de la sencillez y el menos es más a lo largo de sus diseños ha sido, para Fiorella Baruffaldi, un reto conseguido, imaginando una serie de estilismos que evocan sus años de aprendizaje, los de formación como persona y los que la están definiendo como profesional, pues todo suma para ser quien se es y para diseñar como lo hace.
Ha añadido, por supuesto, en sus creaciones alguna que otra tendencia, en concreto ochentera, pero siempre bajo su punto de vista, consiguiendo adaptarlas e integrarlas sin que eclipsen su manera de ver la moda y entenderla, por lo que ha marcado, claramente, en esta su primera colección, un estilo propio de corte discreto y elegante en todas y cada una de sus prendas presentadas en el certamen de noveles Code 41 Talent dentro la pasarela Code 41 Trending.
Por lo que puede afirmarse que la diseñadora Fiorella Baruffaldi refresca, con su colección, el panorama de moda con un diseño que se desmarca de todas esas prendas típicas y tópicas de invitadas de boda y te ofrece alternativas igualmente válidas, pero con otro cariz. Pues están enfocadas, primordialmente, a ese tipo de mujer urbanita y sofisticada que busca diferenciarse del resto sin estridencias ni extravagancias, en un saber estar comedido y coqueto, para lo que escoge prendas únicas sin fecha de caducidad, de estancia eterna en armario.