Lina ha fallecido

¿Cómo expresar que la historia ha acabado cuando su legado continúa? ¿Cómo imaginar que su agradecimiento en el Palacio de Salinas hace más de año ahora sonaría a despedida y no retirada? Lina nos ha dejado un martes por la mañana, tras una noche en el que cielo de Sevilla no ha parado de llorar. Pausando las lágrimas tan sólo para que el día abriera cargado de nubes, en señal de luto, por la marcha de la Señora de la Moda Flamenca. Por Lina, Maestra y germen de lo que hoy día es, y será, un traje de flamenca.

El 10 de enero de 2020 la diseñadora presidía, junto a sus hijas, Rocío y Mila, su desfile homenaje con motivo de su 60 Aniversario creando trajes de flamenca y en el que presentaba su última colección: ‘Gratitud’. Dejaba su habitual apertura de la pasarela SIMOF para un encuentro algo más íntimo y coqueto junto a los familiares más cercanos, amigos y clientas de toda la vida. Sonaba a retirada, a ese paso de testigo a sus hijas, propio de toda empresa familiar.

Poco después nos vendría la pandemia, que nos encerró a todos en casa y conllevó la ausencia de volantes desde entonces. Lo que me hace lamentarme en voz alta por la tristeza que todo ello le puede haber acarreado.

Nos deja quien imaginó el primer mantoncillo flecado, el largo en flamenca a ras del suelo, el talle bajo y el traje de Línea Espuela. Nos deja una sevillana muy querida y galardonada en su tierra con el Premio Giraldillo, el Botón de Nácar del Gremio de Mestros Sastres y Modistas de Sevilla, es Hija adoptiva de Triana, le concedieron la Medalla de la Ciudad de Sevilla, además de Premio Flamenco en la Piel de SIMOF y Alma Flamenca de la Pasarela Jerez, entre otros.

Nos deja un trocito de historia, quizás el más o uno de los más importantes, que continuará escribiéndose través de las manos de sus hijas, herederas de su maestría, exquisitez y discreción. Nos dejas, Lina, sin palabras y con lágrimas en los ojos, pero agradecidas de haberte conocido, de saber de tus volantes y costuras y del significado del traje de flamenca a través de tus ojos, pues llevar un ‘Lina’ es lucir más de medio siglo de evolución flamenca.

Gracias Lina por llevar la Moda Flamenca a otro nivel, a ése tan exclusivo que llaman Alta Costura. Gracias por adelantarte a tu tiempo y ver todo el potencial que surge de los volantes. Gracias tu manera de hacer flamenca, que ha creado las bases de lo que debe ser, es y será un traje de volantes. Gracias a ti por siempre, por tu legado eterno de lunares y vuelos al aire. Gracias, por supuesto, también a vosotras, a Rocío y Mila, herederas de tu carisma y profesionalidad. Gracias… ¡¡Hasta siempre Lina!!

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