Mi Luz, la nueva colección clásica y atrevida de Beatriz Benítez

A veces la sutileza propia de cierto nivel de destreza en esto de las puntadas flamencas, aparece pronto, muy pronto, casi al principio de la trayectoria de quien, supuestamente, va dando pequeños pasos y alcanzando grandes metas, o lo que viene a ser un emergente con perspectivas favorables, dado lo que ya es capaz de hacer. Su esfuerzo constante por perfeccionar lo que hace y mejorar lo que ya domina son, claramente, palpables en su manejo de volantes, en el que Beatriz Benítez hace en sus diseños. Esos que llevan flecos sin mantoncillo, que entalla talles que abre en evasé sin nesgas, que se inventa unas manguitas cortas para que las tirantas no queden tristes y solas.

Su colección, su pequeño ramillete de volantes al aire, se presentaron este año en el certamen de noveles de We Love Flamenco, al que llegó como finalista tras pasar la preselección un par de meses antes. Y que fue una de mis favoritas para el premio, aunque, finalmente, no fuera galardonada.

Su paseo por la pasarela comenzaba con tonos suaves para ir cambiando, después, a otros más intensos y fuertes, volviendo hacia el color de colores, el blanco, del que se dice acoge todo el arco iris cromático.

Escote corazón y tirantas con volantitos bebé de Beatriz Benítez

El caso es que igual que encaja volantes al hilo, unos cuantos, como de costumbre, se imagina otros vuelos de un solo volante que deja asomar enaguas con carruchas en vertical. Para este juega con el escote y las transparencias, incluyendo uno propio de vestidos de noche que cierra en hombros con un bordado que dibuja la piel hasta llegar a los puños, donde remata con volantito coqueto. Siendo precisamente este diseño quien diera cierre a su desfile.

Traje de flamenca blanco y rosa de Beatriz Benítez

Pero comencemos por su novia flamenca, con la que arranca su desfile y que, si no fuera porque estamos en pasarela de moda flamenca, bien podría ser, simplemente, una novia con falda de doble vuelo y capa en escote cubriendo brazos, dejando hombros a la vista. La sencillez tonal y el minimalismo del estilismo no deben despistarte de la dificultad que entraña un diseño de este tipo, en el que el vuelo evasé desde caderas acentúa el talle, que marca con movimiento gracias al vaivén del cinturón de flecos extra largos. Elemento este que se repite en el resto de diseños.

Traje de flamenca de novia de Beatriz Benítez

Tras él, un denso verde esmeralda con un coqueto volanteo de 6 piezas, que aparecen en un talle bajo de un dos piezas en el que la elección de tirantas, a las que añadir un par de volantitos bebé, para un escote corazón rematado en cintura con volante peplum, es, sin duda, todo un capricho bocetado hecho realidad.  

Traje de flamenca verde esmeralda de Beatríiz Benítez

Del verde la diseñadora nos lleva a tonos algo más cálidos, como el naranja, contrastando con cierto azul de aguas cristalinas que aviva la fuerza tonal que utiliza para enaguas, remate de escote y vuelo y el trenzado de flecos que se dispone en diagonal en el talle. De nuevo la aparente sencillez de un traje de flamenca de tirantas se complica con este vuelo de un solo volante sin fruncir y que se acorta para que asome ese otro anaranjado. Al estilismo flamenco le confiere asimetría, una de las tendencias de esta temporada, colocando un volante de capa al contraste que pasa por encima del hombro para esconderse debajo del brazo contrario.

Traje de flamenca en azul y naranja de Beatriz Benítez

Volviendo a repetir estos colores en un traje de flamenca de tres volantes, con juego de tirantas en hombros y cuyo escote recuerda a los bikinis bandeau, pues deja que el escote se alargue en vertical, consiguiendo ese efecto.

Traje de flamenca con escote flecado de Beatriz Benítez

Terminó su desfile en We Love Flamenco con un vestido que ya le diera el pase a la final, en el que la cintura se ve en un símil crop top que recrea con abertura en forma de ojal. Aquí, al clásico escote uve, repite con los volantitos bebé de capa en hombros y, de nuevo, se recrea en su silueta favorita de talle bajo en una combinación de malvas y blancos.

Traje de flamenca con flecos en la cintura de Beatriz Benítez

Pero su luz, su colección, inspirada en los atardeceres al borde del mar, mientras la espuma del agua pone la sintonía al recuerdo, no está completa si no te presento uno más de sus diseños, más de invitada de boda que de flamenca, pero bien sirve para una Cena de Pescaíto. En esa dualidad que siempre funciona entre el turquesa y el fucsia, Beatriz Benítez imagina asimetrías en vuelos, tanto para la semitransparencia que cubre al bies hasta las caderas, como para el doble largo que acaba en volante de capa.

Vestido de invitada en turquesa y fucsia de Beatriz Benítez
Imagen de Miguel Machuca cedida por la firma

Un capricho más, casi perfecto, pues dicen que la perfección no existe, lo cual pongo en duda cuando me topo con colecciones como esta de Beatriz Benítez. Pues eso, un antojo que suma a cada uno de los affaires que se producen tras deleitarse con su particular revuelo de volantes.

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