Tendencia en lazos y vestidos de fiesta unidos en Sexto Sentido de Alba Caro. Lazos que también protagonizan su nueva campaña de complementos para Navidad bajo el nombre Skyline by Alba Caro, presentados, ambos, en Code 41 Trending. Sin olvidar sus volantes…
Mientras otros aún no saben qué harán con su vida, se toman un año sabático o cambian de estudios porque lo escogido no era lo suyo, Alba Caro, que lo de desperdiciar tiempo es algo que no se le da bien, acaba sus estudios de diseño, monta su pequeño taller, formaliza su empresa y crea, por qué no, Skyline by Alba Caro para aquellos complementos que imagina en colecciones cápsulas, a veces en tan sólo unos días.
Su primer desfile, eso sí, no ha llegado hasta ahora con Code 41 Trending y su participación en el Certamen CREA, en el que el nivel de talentos, como ya ha ocurrido en otras ediciones, ha sido también bastante alto. Y entre ellos el de Alba Caro con ‘Sexto Sentido’, nombre de su primera colección que no es más que una llamada a la acción en el mundo real a todos aquellos poseídos por el móvil y una reflexión sobre el uso que hacemos del mismo y el que deberíamos de hacer realmente.
Porque la vida pasa y te la pierdes si no la miras con tus ojos. Y verla a través de otros carece de olor, gusto, tacto y oído. No puedes dejar que sea sólo la vista la que te ofrezca toda la información posible del mundo que nos acoge fuera de ese otro virtual, frío y gris. De ahí que Alba Caro escoja colores en tonos intensos para despertar en nosotros estas necesidades. Sólo los colores vibrantes pueden expresar toda esa repulsa a la carencia de una verdadera vivencia.
Así que, abrir la pasarela con un dos piezas en amarillo y lila que provocan, dulcemente, a los sentidos, es la perfecta declaración de intenciones con la que la diseñadora te invita a mirar más allá de la mini pantalla azul para no perderte nada.
La profusión de detalles con cierta medida, debido a esa pauta discreta y delicada que rige a la firma, favorece el juego visual y toda una experiencia al tacto. Observa cómo la falda, de sencilla apariencia, gracias a la generosidad de metros de tul, propicia esa sensación de flotar en una nube de algodón, emitiendo ese sonido característico al caminar alertando así al oído.
Para este largo en lila, con pequeñas flores destellantes diseminadas por el vuelo, la diseñadora imagina un top de los que deja sin palabras. La pieza es asimétrica y se configura en volantes abullonados cosidos al bies a modo de carrucha, dejando la espalda para cerrarse con lazadas paralelas y al tono. Quedando, pues, botones, cremalleras, corchetes y cualquier otro similar, descartados.
Esta opción le permite ganar en amplitud de tallas, problema habitual al que da esta ingeniosa y práctica solución, permitiendo que en su taller puedas encontrar propuestas hasta la 5XL inclusive. Por lo que esta alternativa viene a ser, también, una vuelta a los orígenes en costura, que le va a permitir posibilidades que, de otra forma, quedarían fuera de su alcance.
Tras este primer diseño, continuar con una propuesta en pantalón a modo de homenaje a su abuela, que fue sastra, era obligado. Por tanto, esa preferencia de la diseñadora por la falda se diluye, pero sólo lo justo, pues imagina unas perneras trampantojo, por aquello de recrearlas para que cuando estén quietas simulen ser lo que no son. Así, en un suave vainilla, imagina pantalones con vuelos abundantes desde las rodillas que, incluso al moverse, según desde donde los mires, podrán engañar a la vista y parecer un vestido o una falda.
Y de nuevo, como en todas las creaciones de esta pequeña colección, el recurso textil del lazo, tendencia, por cierto, es el elegido para cerrar la espalda. Aquí, además, decora los hombros con ese tono buganvilla al contraste y que aporta ese vaivén delicado al diseño.
Con el siguiente estilismo, el uso del volante continúa, pues, junto con los tonos vitamina y la lazada en el cabello, se tornan como hilos conductores de la colección. Y su uso es constante. De hecho, aquí también lo emplea en el lateral de pernera, tanto al largo con un mini volante, como en el escote con un triplete al hilo. Vuelve a dar forma, así, a un volumen que domina y maneja bien.
Una vez más, las lazadas realizadas en el mismo tejido, se encargan de abrazar el cuerpo a la espalda. Y así es cómo la firma, sin pretenderlo, va creando su sello de identidad. Lo hace, por cierto, en consonancia con su nuevo lanzamiento de complementos que crea a propósito de esta colección. Son los lazos encarnados para el cabello y pendientes asimétricos de tul, ambos nacidos bajo la firma Skyline by Alba Caro, su segunda línea creativa.
Al tratarse de un concurso, la colección es más pequeñita que de costumbre, siendo este cuarto diseño el encargado de dar por finalizado su primer desfile. Y en el que la complicación, los metros de tejidos, los tonos vibrantes y, cómo no, el volante, de nuevo con protagonismo absoluto, se hacen necesarios para alcanzar con creces el adjetivo soberbio.
Al clásico montaje de volantes al hilo, donde se solapan costuras al estar uno sobre otro, se suma el tul de carnaval y en abundancia, que requiere de cierto montaje para su adecuado porte y distribución de peso. Pero para la excelencia se necesita algo, más. Y en la búsqueda de la misma opta por customizar este raso de novia, creando un cuerpo geométrico de hombros descubiertos para el vestido. Y lo hace gracias al punto smock, que no es más que un tipo de bordado que consigue fruncir la tela. Por cierto, también tendencia tanto plisados, como fruncidos, en la próxima primavera-verano 2023. Se trata de una técnica muy antigua que solía usarse para puños, vestidos, cuellos y corpiños. Puede hacerse a máquina, pero me consta que Alba Caro la ha aplicado a mano.
Como cúlmen a este vestido de fiesta, la diseñadora añade un elemento propio de los vestidos de novia: la elegante cola Watteau, que nace en los hombros y llega al suelo, que multiplica la belleza que ya de por sí tiene el diseño y sin el que no sería lo mismo.
Pero, ¿quién es Alba Caro? Alba Caro es inquieta, creativa, empática, sentimental y perseverante. Adjetivos que la llevan por el buen camino, la definen y explican por qué, por ejemplo, al ser vegetariana no emplea piel en sus diseños, por qué incluye en su colección pantalones, a pesar de no gustarles (recuerda que son homenaje a su abuela sastra), y también razonan el motivo de su opción local en cuanto al proveedor de tejidos, favoreciendo al comercio de cercanía, cueste lo que cueste. Por supuesto, no tengas dudas que también explica la inspiración escogida para su estreno en pasarela.
Esa es Alba Caro. Todos estos valores que, al igual que sucede con otros diseñadores, procura dejarlos patentes en la firma, hasta el punto de si hace falta perfumar los diseños que van a desfilar, se perfuman para conseguir ese otro sentido, el del olfato, y crear el ambiente perfecto para contemplar su ‘Sexto sentido’. Como ves, el adjetivo de perfeccionista también lo tiene, cuidando cada detalle para ese resultado idóneo en todo lo que hace. Uno más que forma parte de esa lista que irá engrosando y perfilando, pues Alba Caro aún se encuentra en su fase de creativa emergente, lo cual significa que todavía le queda mucho, aunque no tanto, visto lo visto, para poseer su propio estilo bien definido hacia el que apunta bastante bien.