Lo mejor en cuanto a desconocer la trayectoria previa de un diseñador, es la capacidad regenerativa de cultivarse en lo que se ve. Acudir a su desfile se convierte en todo un repertorio de sorpresas, pues no conocía más allá de su voz al teléfono.

Las cosas del querer de Juan Boleco En We Love Flamenco 2015

Llegas al Hotel Alfonso XIII, te colocas donde corresponde, esperas a que todo se llene. Se cierran las puertas de cristal, se apagan las luces y el monitor situado en la salida de modelos indica que el desfile que vas a ver es el de Juan Boleco, el que reserva en primera fila un asiento para su abuela, para que le vea bien, el que te atiende siempre con una sonrisa, la que no pierde ni cuando te dice que no, el que prepara su nueva colección de flamenca con el mismo entusiasmo que empleara en la anterior.

Esther Bel de Juan Boleco en We Love Flamenco 2015

Lunares negros sobre blanco son la base de la colección, que se combina con amarillos, rojos, azules intesos y verdes, para conforman un par de flamencas de lo más clásico y otras tantas a su aire, al capricho de ‘las cosas del querer’.

Lunares negros de Juan Boleco

Se atreve a meter chaquetas, pero no las toreritas que provocan tedio a los ojos que las miran, sino unas de cuerpo suave, amoldable, de esas que con impaciencia estrenas antes del ‘Alumbrao’, pero no mucho antes, lo justo para vestirla en la cena del ‘Lunes del Pescaíto’. Ese talle alto que sujeta la camisa, tapada por un sin mangas que atado con cinturón de corte masculino no hace más que resaltar la falda canastera subida por delante con ese movimiento propio del caminar flamenco.

Pero vayamos por partes y comencemos por donde debe ser, por el que iniciaba el periplo de lunares. Con mangas dobles, una de capa y otra digamos ‘pitillo’, abrazada a la muñeca por brazalete trenzado, sin volantes, pues éstos se dejan para rematar el largo del vestido con un trío al hilo y de igual tamaño. Un apunte: si mal no recuerdo, la maleta que portaba la modelo la prestó su abuela para tal ocasión.

Mangas dobles de Juan Boleco

En el siguiente los volantes amarillos se desbordan de su espacio habitual y se abren paso subiendo ladeados hasta la cadera. Por arriba no va a ser menos, y desde el hombro el tejido se drapea para esconderse en el lado contrario, efecto que para quienes lucimos poco pecho nos favorece. Eso sí, te toca a ti decidir si el traje es de manga larga o de manga corta, pues según qué brazo mires así va vestido. Sin duda es la mejor opción para las indecisas. He de preguntarle si la inspiración le provino de alguna ocasión donde una clienta no se decidiera. Yo misma sería de esas.

El amarillo de Juan Boleco

Esta asimetría de mangas de nuevo se repite en un básico de volantes al hilo desde poco antes de la rodilla, donde el detalle está presente en la cintura fruncida que embellece a la silueta flamenca y disimula barriguita. ¡¡¡Gracias por tener presente que las flamencas también cenan o almuerzan en la Feria!!!

Volantes al hilo de Juan Boleco

¡¡¡Cómo me gusta este traje!!! A estas alturas, para quien suele leerme, no es un misterio que me gustan los escotes cruzados, rectifico, no me gustan… ¡¡¡Los adoro!!! Juan Boleco lo imagina con verde y lunares negros, en este traje a modo de detalles, salpicando un hombro de volantitos menudos, colocando en muñecas otros tantos a lo acostumbrado pero de mayor tamaño, que se funden en un canastero dibujando pliegues de pinzas o jaretas desde la cintura, marcadísima por hebilla metálica.

Traje de flamenca de escote cruzado de Juan Boleco

Otros diseñadores hubieran dado por acabado el traje sin los volantes al hombro o bien los hubieran colocado donde siempre. Pero Juan Boleco no puede dejar huérfano al traje allá por el escote, algo tiene que hacerle, y como la zona ombligo esta vez se desnuda de fruncidos y otros para ajustarse al milímetro a la piel, el hombro izquierdo, de nuevo, se torna perfecto para dejarse querer por lunares.

Traje de flamenca en azul índigo de Juan Boleco

He aquí su dos piezas en el que asoman las enagüas, con detalles en oro en los hombros para acompañar a la peineta, con volantes bien ‘colocaos’ y el ajuste del talle a la manera que a él le gusta, esa que cuenta con algún plisado en el tejido para complicar un poco el patronaje, porque las cosas del querer siempre son complicadas.

Volantes subidos de Juan Boleco

Y porque él puede, se inventa el vestido al revés, cambiando la cremallera de sitio que ayuda a esos fruncidos que repite con buen hacer y sin cesar, ésos que acompañan a todo lo largo de la cremallera para un traje de flamenca donde las mangas de capa se rellenan de tul negro y se rematan con sombrero cordobés a lo Manolo Caracol.

Traje de flamenca negro de Juan Boleco

Ese mismo tul con el que se da cuerpo, forma y vuelo a una falda de doble largo, la que ideara en honor a una amiga y también diseñadora, Cristina García, y quien no faltara al desfile para contemplar cómo ve Juan Boleco sus tules flamencos.

Falda de flamenca en tul negro de Juan Boleco

Como ya os escribí en los primeros párrafos, Juan Boleco es de esos seres entrañables que caminan por el mundo al que las cosas mundanas le siguen resultando importantes en el orden que corresponden, como ese beso de su abuela tras acabar el desfile, el que siente como premio a los duros meses de preparación de una colección llenas de gitanas de caracolillos en la frente y lunares en el moflete, de las que tienen sus más y sus menos con las cosas del querer pero que marcan su estilo, el de Juan Boleco que sigue tendencias guiñando al pasado.

Juan Boleco en We Love Flamenco 2015

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