Inolvidable la nueva colección de trajes de flamenca de Francisco Tamaral en SIMOF 2019

Soñar despierta sucede, se toca, se siente y se viste. Soñar despierta beneficia a los sentidos, al alma y a la manera de ver las cosas. Pues este positivismo onírico que a veces, sólo a veces, se hace real y que debería ser más un ‘a menudo’ que un ‘a veces’, te lleva a alcanzar la felicidad plena o, al menos, tocarla con los dedos. En fin, todo a su tiempo. Pues soñar despierta implica no tener prisa para deleitarse con el bonito camino por recorrer, mientras la inspiración llega para quedarse y provocar todas esas nuevas formas idílicas de las que hacer flamencas. Ésas que, precisamente, alberga Francisco Tamaral entre sus dedos y de las que cada año se despide en febrero. Para mal acostumbrarnos, como siempre hace, a ser flamencas de otro mundo, un tanto divas y endiosadas, aunque terrenales y coquetas. Flamencas de las que maravillan ojos y entendimiento, arrebatando momentos gracias al embrujo de sus puntadas flamencas a capricho.

Por eso, soñar despierta es necesario para erigirte semi diosa de los lunares y volantes, para que las ilusiones se cumplan y los anhelos se tornen en deseos alcanzables. Toda una Quimera que puede ser tu propia realidad, la que muestra ese espejo del que adoras su reflejo de ensueño, el tuyo, el que te dice cómo eres y concede tus utopías improbables.

Traje de flamenca con lazada de Francisco Tamaral

Pero, ¿serán de verdad estas deidades flamencas? ¿Podemos ser así de bellas? Ambas preguntas se responden con un sí, rotundo, además, pues es el poder inherente de este monosílabo que tantas alegrías nos da. Afortunadas, por tanto, que su aguja exista, la de Francisco Tamaral, y nos dibuje más bien semi-diosas, un tanto presumidas y coquetas, una vez al año cual genio de la lámpara que cumple deseos.  

Margaritas y mariposas flamencas de Francisco Tamaral

Toda una nueva colección de trajes de flamenca a los cuales esta temporada ha llamado ‘Quimera’, ramillete de antojos flamencos que ha desfilado en SIMOF, uno tras otro, para el embelesamiento colectivo que siempre produce la contemplación de sus lunares y volantes.

Traje de flamenca de dos piezas en negro y nude de Francisco Tamaral

Disminuye la presencia de ciertos tonos habituales en la firma, como el rojo y el negro, en favor de la candidez de otros como el nude, los turquesas y blancos, junto al sustituyo del negro, el azul marino, el color del que últimamente se tiñe la noche feriante.

Su flamenco onírico comenzaba con contrastes, utilizando como base este rosa cuarzo al que pincelaba con negro, ideando volantes para escotes palabra de honor que desafiaban la gravedad, remarcando esa languidez propia de la seda que se hace volante.

Escote de volante en estilismo flamenco de Francisco Tamaral

Los talles de encajes, constantes entre sus diseños, endulcoraban ciertas siluetas, como las setenteras de un solo volante ceñidas con romanticismo de lazada abullonada. Otras se alternaban con tonos aguamarinos en un talle bajo de rizados al aire, esos de porte contundente que, acariciados por flecos, se armonizan tanto con el compás de las pisadas  como con el movimiento ondulante del tul de seda.

Traje de flamena de encajes y hombros descubiertos de Francisco Tamaral

Dejando paso así a uno de los estilismos flamencos en pantalón más singulares de la temporada, donde los volantitos se estructuran al milímetro, tanto como lo permiten los flecos cortados que se disponen al hilo  desde la cintura hasta las rodillas, dejando que la pata elefante aparezca sólo al caminar, complicándose en degradé azulado para un cuerpo donde las ideas lunaradas se cruzan y caen sobre las muñecas, seseando sobre ellas. Simplemente bello este capricho imaginado por Francisco Tamaral que refrenda, con cada una de sus propuestas, ese vaticinio en el que todo es posible, realizable y palpable.

Estilismo de flamenca de pantalón flecado de Francisco Tamaral

Pudiendo pues pasar a una ensoñación menos barroca, más líneal, a lo Mondrian, que sin restarle dulzura al trío colorista, lejos de las tendencias tonales de la temporada, potencia el estilo de la firma con ese impacto a la vista que propicia ese punto y seguido, sinónimo de apuesta por nuevas corrientes en las siguientes temporadas. Así, con la simplicidad en el patronaje, el minimalismo canastero de Francisco Tamaral crea volúmenes amplios para dibujar caderas y estrechar cinturas en este damero de color ideado por el diseñador.

Traje de flamenca de estampado geométrico de Francisco Tamaral

Preludio perfecto para dar continuidad a Quimera, una de las colecciones vistas este año en pasarela difíciles de olvidar. Y lo hace en blanco, el color predilecto de la temporada, usando organza y tejido Chanel para crear flamencas soberbias de porte etéreo, germinadas de margaritas en vuelos de pétalos que bordean cuellos y serpentean los vivos de los volantes,

Traje de flamenca blanco con aplicaciones de margaritas de Francisco Tamaral

Rizados que se permiten esbozar mangas abullonadas, asimetrías flamencas y hombros desmesurados que sesean volantes azucarados, inventados para quedarse y que Francisco Tamaral materializa en trajes de flamenca para soñarse diosas.

Mini colección de trajes de flamenca blancos de Francisco Tamaral en SIMOF 2019

Volantes que ocupan espacio proporcionado en un palabra de honor de verde azulado que plantea normas de arquitectura para estructurarse de la manera en que está. Cargado de belleza, ésa de la que se sueña y se presume creer que no existe pero sí y que Francisco Tamaral da protagonismo y recrea en flamencas como ésta.

Palabra de honor de volantes de de Francisco Tamaral en su colección Quimera

Las que, de tanto en tanto, dejan sus hombros al aire para bajar la vista hacia los volantes, compensando la desmesura en mangas con la ondulación correcta del vuelo, semejante al de un mar embravecido sin excesos. Desplegando así vuelos que suben y bajan agarrados con carruchas a las costuras para el disfrute de los volantes.

Traje de flamenca en verde y azul de hombros descubiertos de Francisco Tamaral

Tras los cuales cerraba su desfile de Quimera en una oscuridad casi total, de azulados grises y marinos intensos, que, de nuevo, se exornaban de volantes en siluetas marcadas de línea lápiz, contorneando la piel para esos días que, pudiendo ser feriantes, optamos por una comodidad de largo hasta las rodillas o, simplemente, nos toca pasear volantes por otros lugares sin albero y tan adecuados como éste.

Vestido con escote asimétrico y volantes en hombro y manga de Francisco Tamaral

Tocados de mariposas flamencas

Y siempre acompañado de los complementos que imagina Francisco de la Torre, cuya complicidad en diseño vuelve a sorprender, imaginando para Quimera otros tocados imposibles, en los que las flores dejan paso a mariposas que, posadas sobre caracolillos metálicos, parecen revolotear sobre el cabello.

Detalle de volantes vertical de Francisco Tamaral en un de sus trajes de flamenca de talle de encajes

Mimetizándose, pues, con cada bucle textil de estos tocados de mariposas flamencas, se pierde en la espesura de un bosque de volantes, en el que el vaivén de los vuelos multiplica el carácter delicado y sutil de cada uno de los trajes de flamenca de Francisco Tamaral.

Mangas de volantes en el backstage del desfile de Francisco Tamaral en SIMOF 2019

Rodeándose, por tanto, de todo un despliegue de ensueño para sus flamencas irrealizables, en los que los pendientes no pasan desapercibidos entre el revoloteo de colores, dejando claro la firma a la que visten y exornan con el monograma en XXL metalizado, entre otras propuestas.

Siendo de nuevo los complementos flamencos de Francisco de la Torre el eslabón perfecto que favorece el engranaje onírico de la colección, reforzando cada uno de los aspectos que se palpan en los diseños de Francisco Tamaral, pues cada tocado y pendiente se convierte en una extensión de sus flamencas idealizadas.

Francisco Tamaral tras el carrusel de su colección Quimera de trajes de flamenca en SIMOF 2019

Quimera engrosa así su abanico de flamencas de otro mundo, esas que sólo él sueña e inventa cada año en su habitual tono etéreo y dulce, con cierto grado de inocencia divina, para que paseen talles sobre los que se esculpen volantes perfectos para alberos feriantes. Dejándonos, una vez más, propuestas textiles que revolucionan, sin estridencias, las pautas de la flamenca clásica, aportando elementos que lal actualizan y siendo, además, uno de los referentes del nuevo enfoque en moda flamenca.

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