En un domingo de abril, el segundo del mes, lleno de tiendas abiertas en el centro de Sevilla, algo excepcional en estas fechas, el Gran Soho Alameda multiplicaba también, ese mismo día, la oferta de ‘shopping’ pero a su estilo, al aire libre. Que es lo suyo y que no venía nada mal después de la apatía consumista provocada por las semanas de lluvia y frío que estamos soportando a pesar de quedar ya poco para entrar en el mes de las flores.
La Feria de Abril estaba cerca y eso es notaba en las calles llenas de público a rebosar con avidez de compras en un domingo atípico. Sin duda el paseo hasta llegar a la Alameda de Hércules, espacio en el que se ubica este soho sevillano, fue mucho más entretenido que de costumbre. Se me llegó a hacer corto.
Pues como las fechas siempre mandan en cada una de las ediciones, eso de mantoncillos, flores flamencas y complementos para los lunares y volantes se multiplicaban entre los stands como las setas en un frondoso bosque. Era fácil encontrar multitud de variedad para lo que fueras a necesitar para esta semana de Feria de Abril.
Ropita también había, que no sólo de volantes nos vestimos en abril, y en ellas se respiraba la primavera que ya nos va haciendo falta con tanto chubasco y nubes. Así no faltaron a la cita MC, Oliver, Citizen y su ropa customizada, Bambola con sus camisetas pintadas a mano, Clohe con sus chaquetitas parisinas, Meztizzo y sus propuestas de falditas de tejidos exóticos para la primera noche de Feria, con un aire más casual las de D’India y Cayan, que además de prendas traía bolsos.
En cuanto a las firmas de ropita infantil, Nenitos y Koala traía prendas fresquitas, de verano, entre las que encontrabas batitas flamencas para bebés como las de El duende de la tienda y los mordedores de Little Ro.
Pero a lo que compete por fechas, a todo lo referente a la flamenca, había mucho y muy variado para elegir. Por ejemplo, los mantoncillos los tenías bordados en Isabel Peinado, pintados a mano en Amelia Díaz y flecados sin más recargo que el del tejido liso o estampado en Carmen Arteaga.
Si lo que buscabas eran pendientes y otros accesorios, como peinecillos y broches, no podías dejar de pasar por los stands de Salud Parilla, con un estilo coqueto y vintage muy marcado, los aretes de Marnat y El rincón de la sonrisa, los de acetato de Azularte, los de crochet de El baúl de Clotilde y los clásicos de La mar de Cuqui.
Las flores se salteaban por todo el Gran Soho Alameda, pero, sobre todo, embellecían el espacio de Charo Padilla, cuajado solo por flores flamencas.
Para los caballeros, es bien sabido el protagonismo de las corbatas en sus estilismos feriantes, pues los señores suelen asistir a la Feria en traje de chaqueta, así que el complemento les resulta básico. Y te lo topabas en La Alcalareña.
Aunque no debo olvidarme de los polos de Arréglate Caballero.
También había complementos no flamencos, como viene siendo habitual. Y con alguna que otra novedad en collares como los realizados con papel de Mossona and Paper, los collares de Felippa Complementos y los realizados en cuero de Delsay y los que hacen juego con pendientes de Creando Flores.
Los pendientes de arcilla polimérica los encontrabas en Tirititram, unos muy curiosos realizados con pétalos de flores como el hibisco de Gemma Hernández también volvían a estar en el Gran Soho Alameda y los de cerámica de Kerámikos.
También encontré pulseras y brazaletes en Carambola y José Asensio, colgantes en Mi Platera, cinturones en Retocados, pañuelos en Romasol y riñoneras en Hey Virita Hey.
Abundaba en esta edición la joyería minimalista, como la de Creaciones Lisy, algo más étnica en HM by Vriginia, la realizada a mano por D’Kolina y sencilla también, pero en cuero, la de Loretto Vitorino.
Eso sí, entre los complementos que más me llamaron la atención he de destacar el abanico de corcho de Corkstyle. Sorprendente, cuando menos, por su estética y el frescor de materia prima en la que está realizado.
Junto a este complemento veraniego los bolsos de Boho Chipi Hat y las bolsas de playa de Mia Plumitas.
Había también productos para cuidarnos, como la cosmética vegana de Ringana, los jabones artesanos de Las manitas de Lola, las mantitas para mascotas de Fundación Benjamín Mehnert y una pequeña representación de Vankarmo, un centro de adiestramiento para perros.
Respecto a los juguetes y demás caprichitos infantiles, unas setitas preciosas de Mi lana bonita, las ilustraciones de Mama Pepita, los llaveros con personajes de dibujos de Loli Fieltro, los juguetes de energía renovable de Denki, aprendemos a contar, en esta edición, con Lamaricosi, las chapas de Entropia, las libretas de hadas de El Taller de Elfos y las flamenquitas de Punto de Cruz Estrella y Belengurumis.
Para la mesa botes de con tapa de una conocida marca, vajillas de Tetera de madera, quesos de Quesos El Majadal, charcutería de la provincia de Tradición del Abuelo y tarta de manzana de Dulces El Cedro.
En cuanto a la labor social de este mercadillo al aire libre, va enfocada hacia la asociación ÁPICE, que esta vez nos traían de sus talleres formativos unos originales marca páginas de madera.
Y, por primera vez, ha tenido presencia Artemobile, centro de artes escénicas y plásticas que trabajan con presonas de diversidad funcional y han optado por este espacio efímero para dar a conocer los talleres que se realizan en esta organización.
Todos ellos han formado parte de la edición de abril de Gran Soho Alameda y muchos repetirán en la de mayo, en la que, también, volverás a encontrarte con complementos y accesorios flamencos, pues es el tiempo de las romeras, de las rocieras que esperan ver de cerca este próximo mes a la Blanca Paloma. ¿Te apuntas al siguiente? Anota, segundo domingo de mayo.