¿Qué es lo que primero conoces de una diseñadora? En moda flamenca es algo así como preguntarse si antes fue el huevo o la gallina, es decir, ¿sus vestidos o sus desfiles? Normalmente suele ser uno de sus vestidos, ése que te ha cautivado y obligado a preguntar, con prudencia para no elevar el ego de quien lo viste: ‘¡¿Y tú de quién eres!?’ Ya que, con algo de envidia e impaciencia por el paso de los días, tras la respuesta nos comienza a rondar la sentencia: ‘¡¡Cómo pueda el año que viene me lo hago allí!!’. Eso de la exclusividad, el ir no repetida y ahorrar todo un año para lucir palmito flamenco sólo se entiende si, se sea o no sevillana, te gusta mucho una Feria de Abril y un juego de volantes.
En Sevilla y en su zona centro se concentran muchas más diseñadoras flamencas y tiendas multimarcas de volantes, no tan exclusivos como las primeras, que en cualquier otro lugar del mundo donde se tercie bailar por sevillanas. El que casi todas estén en el mismo lugar geográfico no es sinónimo de calidad sino de cantidad al alcance de la mano, ya que no todo lo que allí se sitúa merece la pena visitar. Otras firmas, de esas que también escriben historia flamenca con cada puntada que dan, están algo más lejos del centro de Sevilla e, inclusive, en otras ciudades de la provincia y fuera de la ella. Hace unas semanas pude visitar el centro creativo de una de estas firmas, pieza fundamental para que pueda conocer y entender mejor su manera de diseñar flamenca, su visión de la mujer de lunares y de cómo llevar los volantes.
Este lugar está en un pueblo pequeño cercano, tanto a la ciudad de Sevilla como a la de Jerez, llamado Las Cabezas de San Juan. En una de sus principales calles comerciales, Ángela Campos tiene su tienda, su taller, un pequeño despacho-recepción donde recibe a sus clientas previa cita, dado que el trato es muy personalizado y cada minuto es al cien por cien para quien acude, y un inmenso probador dónde, con alfileres, se obran ‘milagros costureros’, ésos que consiguen ajustarte al talle el capricho a tus ojos.
La visita a la tienda de una diseñadora es completar el puzzle, conocerla al completo. Allí su ‘yo’ se palpa, se ve y se siente por todas partes. El orden, gusto y disposición del espacio hablan mucho de ella, de quien vemos en pasarela y cómo quiere que la veamos. La correcta distribución de las estancias que ha realizado Ángela es fiel reflejo de su perfección en el trabajo.
La tienda flamenca en sí gira en torno a una bata de cola roja y negra que ya se paseara por We Love Flamenco, que, a su vez, se rodea de flores diseminadas en la pared y abigarradas en cajones junto a los típicos complementos imprescindibles en todo look flamenco. A la izquierda, en el escaparate, conviven novias y flamencas, las dos líneas que trabaja Ángela Campos, sin olvidar sus vestidos de fiesta y ceremonia.
Tras la coqueta entrada contigua a la tienda, las paredes se abren a lo ancho para dar cabida a su recepción-despacho decorada en estilo barroco, donde no faltan angelotes y recursos decorativos que aportan luminosidad por todas partes. Las verticalidades se llenan de fotos de sus trajes de flamenca, lucidos por algunas caras famosas tanto en desfiles recientes como en aquellos de sus comienzos en SIMOF. Paradita obligada, y muy aconsejada, es el mueblecito que tiene frente a la mesa principal, repleto de fotos para que tu acompañante curiosee y no se aburra, también te sirve para tomar buena nota de sus anteriores diseños y así calcular, a ojo, cuántos años lleva Ángela cosiendo volantes al hilo.
Por fin, ese probador mágico donde el vestido soñado te sienta como un guante, marcando sin descaro unos, y otros sin tapujos y sin límites con sus ya conocidas espaldas descubiertas; nimio detalle éste cuando puedes ver de cerca sus trajes y el trabajo que conllevan, tan siquiera, una de sus mangas. Yo no pude resistirme, me probé un Ángela Campos, la mejor manera de saber cómo sientan y si son cómodos o no. ¡¡Qué guapa me ví con estampados y eso que no acostumbro a ir floreada!! Tampoco sabía yo que tantos metros de tela se podían llevar con alegría y sin pesadez.
Detrás del probador está el taller donde, sobre la mesa, protagonista indiscutible, se da forma a todo lo que Ángela imagina con la ayuda de otras manos que también saben bastante de cómo dar puntadas sobre lunares y que forman parte del cada sueño flamenco.
Toma nota y date un paseo por Las Cabezas de San Juan para comprobar, tú misma, por qué merece la pena hacer unos kilómetros para encontrar el mejor vestido de flamenca. ¡¡¡¿¿¿No hay quién va a Fuente Palmera, en Córdoba, a por su vestido de novia!!!??? El tuyo, el que buscas de flamenca, está más cerca y sólo te tomará la tarde o la mañana del día que elijas.
Su dirección: c/ Practicante José Toajas, 25 (Con Google Maps se llega a todas partes)
Las Cabezas de San Juan, Sevilla
Su teléfono para pedir cita: 955 87 21 71 (No te cortes…. ¡¡¡Llama!!!)
Su correo de Contacto: info@angelacampos.es (Lo consulta a diario)
