A veces los momentos nos definen y, sin saber por qué, nos inspiran, escogiendo ciertos elementos con los que nos encontramos cómodos y que nos ayudan a guiarnos en el proceso creativo. Así, Aurora Ruíz ha escogido a Atenea, diosa griega de la guerra, de la civilización, la justicia, la estrategia, la sabiduría y, por ende, de la inteligencia y la reflexión. Fue una de las más veneradas en el mundo antiguo, patrona y protectora de Atenas, ciudad que fue epicentro de la política y la cultura en la Antigüedad, pues fue allí donde se generaron las pautas del mundo civilizado que hoy día conocemos y vivimos.
Por tanto, nos es una temática baladí ni casual la elegida por esta diseñadora emergente para guiar sus bocetos de aires flamencos. Sin saberlo, su contundente y fuerte personalidad se asemejan a gran parte de los atributos de esta diosa, siendo, precisamente, la faceta luchadora de Atenea la más admirada por ella. Su tesón y su capacidad de recuperarse se mezclan en equilibrio con ese sosiego y paz que infunden los atardeceres en cualquier lugar del planeta, momento en el que se encuentra Aurora Ruíz y que está propiciando diseños como los que os muestro en este artículo.
Han sido la luz y su espectro de color los responsables de teñir cada uno de sus trajes de flamenca, porque son, precisamente, los rayos de sol los protagonistas de este ímpetu sereno que se conjugan en la diosa Atenea. De todos, Aurora Ruíz ha preferido el blanco sobre los demás, estableciéndolo como tono principal de su nueva colección y que es, a su vez, la suma de todos los colores del arco iris. Por tanto, esa luz del Sol se puede decir que la atrapa entre sus volantes, permitiendo que sólo ciertos colores de la paleta cromática del atardecer se asomen en las enaguas de cada uno de sus diseños de flamenca.
Pero no se conforma con captar los destellos cromáticos a través del blanco. Se aporpia de ciertos tonos que aunará en el elenco de versiones que, sobre una prenda imprescindible del atuendo flamenco, ha hecho para esta colección de trajes de flamenca. Se trata del mantoncillo, en el que ha conseguido mezclar con soltura todos los colores usados, haciendo que sus ‘flamencas Atenea’ sea también un paseo por las diferentes formas que puede adoptar esta prenda flecada, sin olvidarnos de todo el repertorio de propuestas para llevarlo que nos ha sugerido en cada diseño.
El desfile lo inició con el mismo modelo que ya conocimos de la semifinal de noveles que se celebró en la Diputación de Sevilla y que le valió el pase a la final del certamen de moda flamenca emergente de We Love Flamenco que, desde el pasado año, se ha mudado a la pasarela Viva by We Love Flamenco, en la que tiene lugar.
De silueta lápiz y con volantitos desde la cadera, posee una gran abertura delantera para mayor comodidad de movimiento, permitiendo la sobriedad en mangas y el escote de un talle drapeado, que destaque el mantón tricotado en todos esos tonos de enaguas que podremos ver a lo largo de su colección.
Con una uve infinita, de esas que se superponen un poquito, no demasiado, para que no se abran porque llegan hasta la cintura, dispone un sin mangas de talle bajo y vuelo de capa que se deja conquistar por el morado en enaguas llenas de carruchas rizadas. Vuelve a hacer uso también del cuquillo flecado, pero esta vez reposando sobre el vuelo.
A vueltas con el mismo tipo de vuelo, pero reposando sobre textiles en mandarina, imagina un cuello barco que deja que los hombros se muestren en unas mangas farol que se remantan con puños cerrados. Siendo aquí el mantoncillo, una vez más, el elemento con el que se juega, cambiándolo de sitio, atándolo a la cintura e invirtiendo también la postura habitual en la que se luce. ¡¡Todo un acierto!!
Idea de estilo que repite en el siguiente diseño, pero con un tamaño mayor y alcanzando los hombros en un traje de flamenca de estilo setentero, con enaguas en amarillo y mangas sin volantes en las muñecas.
El canastero no podía faltar entre los diseños flamencos de Aurora Ruíz. Lo ha imaginado como siempre, en el clásico talle bajo, de los que estilizan y marcan silueta, acompañándolo de buganvilla, fucsia o rosa intenso. Dejando también aquí que el tricotado flecado se apropie del talle, cruzándose por delante y por detrás, sin ajustarse demasiado, sólo reposando sobre hombros y pecho para ahuecarse hasta las caderas, por donde se deja caer con suavidad. Todo un espectáculo ver en movimiento tanto este traje como esta nueva versión de mantoncillo que nos ha aportado Aurora Ruíz.
Para cerrar su paso por el certamen de noveles, se reservó un dos piezas con sorpresa. La falda evasé, abotonada y con carruchas a modo de volantitos menudos en la parte baja del vuelo, ocultaba debajo un vestido de silueta lápiz, flecado en el bajo, al igual que en los puños. Y todo en amarillo, esa tonalidad alegre y brillante que se asocia con la inteligencia y la reflexión, puntos fuertes, por cierto, de la diosa Atenea, quien inspira esta nueva colección de Aurora Ruíz. Además, se dice que este color aporta felicidad cuando se contempla, la misma que nos produce un atardecer. Todo concuerda.
Y digo esto porque con esta nueva colección, Aurora Ruíz vuelve a mostrarnos su habilidad para hablarnos de otras culturas a base de tejidos y recursos textiles, manejando esta temporada colores poco frecuentes en sus diseños. Una novedad entre sus creaciones. Inclinándose, para esta temporada, por tonalidades vibrantes y alegres en trajes de flamenca donde el movimiento de volantes se despliega con garra, pero en su justa medida, sin dejar al arbitrio ningún detalle, reflejando siempre ese nivel de perfección que busca constantemente en cada diseño que ejecuta. ¡¡Gracias, gracias, gracias Aurora Ruíz por traer tu luz a la moda flamenca!!